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La crisis del coronavirus ha provocado las primeras pérdidas anuales en toda la historia del Banco Santander, que se ha apuntado unos números rojos de 8.771 millones de euros en 2020. Este resultado no ha supuesto una sorpresa para los inversores, pues la entidad ya había asumido hace meses que cerraría el año de la pandemia sin beneficios. La causa se encuentra en las provisiones que ha realizado para hacer frente al impacto que tendrá la crisis, por 12.173 millones, y al ajuste del valor del fondo de comercio de sus negocios en Reino Unido, Estados Unidos y Polonia por 12.600 millones. Sólo en el último trimestre del año pasado asumió otro cargo por valor de 1.146 millones, vinculado principalmente a la evolución del negocio en España. A pesar de estas cuantías, las acciones del Santander subieron ayer casi un 0,7%, aunque en algunos momentos de la sesión llegaron a repuntar un 4%. Los inversores, conscientes de que la entidad cerraría en negativo, han tenido muy en cuenta el beneficio ordinario del banco. Esto es, las ganancias generadas por el negocio puro de la entidad, sin partidas extraordinarias como suponen las dotaciones, lo que ha dejado unas ganancias de 5.081 millones. 

El diputado general de Álava, Ramiro González, ha reclamado "agotar todas las vías de diálogo" y barajar toda las alternativas que "no conduzcan a la destrucción de empleo" en el sector aeronáutico alavés. González ha hecho esta petición, consciente de la "compleja situación" a nivel mundial que afronta este sector, en el pleno de control de las Juntas Generales de Álava. A pesar de la difícil coyuntura económica, el diputado general de Álava ha asegurado que el sector aeronáutico en Álava "no se está muriendo" al ser muy innovador "con productos de muy alto nivel" y cuyo porvenir dependerá "del futuro del sector a nivel internacional". Ha destacado el "importante apoyo" que está dando Francia con "la compra intensiva de naves" a Airbus y ha apelado a que "se concrete el plan de choque" anunciado este martes por la ministra de Industria, María Reyes Maroto, en el Senado. Asimismo, ha anunciado "la creación de un aerofondo" del que va a participar el Gobierno Vasco y que se encuentra a la espera de concretar su contenido, el importe y la participación.

El primer tren de muy alta velocidad Talgo Avril que se construye en la planta que el fabricante tiene en la localidad alavesa de Ribabellosa ha comenzado esta semana sus ensayos en vía, un paso decisivo en la validación técnica antes de su entrada en servicio por parte de Renfe. El proceso de construcción de 30 unidades de este modelo –en Euskadi se hacen los coches, doce por cada convoy, y en Madrid la cabeza tractora– está en la recta final. El tren puede alcanzar velocidades de 360 kilómetros por hora y tiene capacidad para 581 viajeros.

Ha pasado ya un mes desde que se ejecutó el Brexit y las empresas vascas que comercializan con Reino Unido han recibido su impacto, por mucho que se lograra un acuerdo el 24 de diciembre que evitó una salida caótica. Los principales problemas se han localizado en el comercio, en cuestiones como las normas de origen, y en la movilidad de los trabajadores, que ahora necesitan visados, según las consultas recibidas por el Gobierno vasco. Para analizar estas dificultades el Ejecutivo autonómico organizó ayer una jornada presidida por la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, recién recuperada del Covid. En la cita, en la que participaron ‘online’ 250 empresas, Tapia aplaudió el acuerdo alcanzado para evitar un Brexit duro y lo calificó como «un éxito de la unidad europea». Con todo, reconoció que este pacto deja muchas «aristas» e «incertidumbres» aún por resolver, así que animó a las empresas a apoyarse en el Gobierno vasco para seguir haciendo negocios en Reino Unido. 

Confemetal advierte de que los ERTE no son más que una medida coyuntural y que buena parte de los mismos se transformarán en ERE “antes o después”, por lo que pide reformas para revitalizar los sectores más castigados por la crisis. Así lo hace en su último boletín de coyuntura la patronal del metal, una de las que cuentan con más asociados, que si bien reconoce que los ERTE han sido “una herramienta eficaz, una tabla de salvación para muchas empresas y un freno a la sangría del empleo”, avisa de que no pueden durar eternamente. Esta advertencia se produce justo cuando los agentes sociales acaban de prorrogar las ayudas de los ERTE hasta el 31 de mayo sin que se hayan suavizado las restricciones al despido que demandaba CEOE. “Los ERTE están sirviendo para amortiguar el impacto del Covid en el mercado laboral, pero hay que ser realistas, no es posible hibernar sine die la devastadora situación económica que padecemos”, destaca esta organización.

El Juzgado de lo Mercantil número 1 de la capital alavesa ha aceptado el concurso de acreedores presentado de manera voluntaria por la cooperativa URSSA, integrada en Corporación Mondragón, con el fin de salvar su actividad y el mayor número posible de empleos. En la actualidad cuenta con apenas un centenar de trabajadores, cuando no hace muchos años fueron 250 socios, y la fabricación y el montaje de estructuras metálicas para la industria o la construcción «se ha paralizado de manera muy considerable por la pandemia», asegura su director gerente, Santiago Garayo. Ya en 2020, URSSA se acogió a un preconcurso de acreedores y logró acuerdos se refinanciación con la banca. Pero la caída del negocio durante el año del coronavirus «ha impedido cumplir algunos de esos compromisos», con lo que la deuda ha seguido creciendo. Según algunos medios, asciende a 20 millones de euros, pero Garayo no da cifras y habla de «deuda importante».

El globo montado en torno a las acciones de la empresa siderúrgica vasca Tubacex no ha ido lejos. El ‘calentón’ de las acciones se fraguó el pasado lunes a través de un foro creado en la red social Telegram, pero el suflé se cayó ayer. Los títulos de esta empresa cerraron la sesión bursátil con un descenso del 5,6%, en una jornada que tuvo tono positivo con el Ibex marcando un ascenso del 0,78%. Incluso, el promotor de este tenderete, un desconocido y anónimo ‘gurú’ que responde al nombre de Fernando –es lo único que se conoce de él–, anunció que en los próximos días fijará su objetivo sobre otras compañías. Lo hizo apenas dos horas más tarde de asegurar que iba a cerrar el foro por el aluvión de críticas recibidas.

En el recurso que presentarán a primera hora de hoy ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) reclamarán medidas cautelarísimas contra la decisión del Ejecutivo autonómico de cerrar los bares y restaurantes de los municipios que se encuentran en zona roja. Las tres asociaciones sectoriales anunciaron el pasado viernes que llevarían a los tribunales al Gabinete Urkullu tras echar el candado a la hostelería que trabaja en áreas con una incidencia acumulada de 500 contagios por cada 100.000 habitantes. Adelantaron su oposición a la actualización de las medidas específicas de prevención contra el coronavirus y achacaron la pésima evolución de la pandemia durante diciembre y enero a la relajación de las restricciones sanitarias y, más concretamente, a las celebraciones familiares y reuniones sociales llevadas a cabo en Navidad y Año Nuevo. Lamentaron que, «una vez más», volvían a «pagar el pato» y alegaron que el cese de la actividad en absoluto había servido para frenar la escalada de contagios.

2020 se puede calificar ya como el peor ejercicio de la historia del turismo. La pandemia hizo retroceder al sector 50 años, después de conocer que España recibió sólo 18,9 millones de viajeros internacionales el año pasado, un 77% menos, e ingresó 19.739 millones, un 78,5% menos que en 2019, según los datos del INE. En total, en 2020 el país perdió 64,6 millones de turistas respecto a las cifras del año anterior y, por consiguiente, el sector dejó de ingresar 72.173 millones de euros. Un sector que, según las cifras de Exceltur, se ha desplomado en 106.000 millones y el nivel de PIB turístico no llega al 4,3% del total de la economía nacional, cuando un año antes rozaba el 12,5%. El impacto en el empleo es claro: casi 730.000 personas se han visto afectadas, 300.000 han perdido su trabajo y 430.000 siguen en un ERTE. Desde la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), su presidente Jorge Marichal, asegura que 2020 fue un año «catastrófico» para el sector, que ha dejado un «impacto devastador» en el tejido empresarial. Según sus datos, a principios de este 2021 sólo se encuentran abiertos el 10% de los hoteles en todo el país y el 95% de los trabajadores del sector han sufrido un ERTE.

CEO de Meliá y presidente de Exceltur, el influyente hotelero balear, Gabriel Escarrer, pronosticó el año pasado que el sector debía prepararse para vivir una situación extrema hasta mediados de 2021. Le tildaron de pesimista pero acabará acertando. «Desgraciadamente», lamenta. Con los datos del desplome turístico español recién publicados, analiza el escenario. "La industria turística española, a pesar de los indudables retos que arrastraba ha sido durante los últimos 5 años la más competitiva del mundo, según el Foro Económico Mundial. Tras la caída de 2020 (con una pérdida del 77% de los viajeros internacionales y del 69% de los ingresos), con un primer semestre de 2021 todavía catastrófico, y sin un auténtico plan de ayudas directas, se encuentra agotada, y muy posiblemente no podrá cubrir los últimos kilómetros de esta maratón en que se ha convertido la pandemia". 

Un desplome concentrado en las regiones turísticas. En concreto, el PIB balear se desplomó un 20% en el cuarto trimestre del año pasado, respecto a 2019, debido a que el grueso de la economía de las islas depende del sector turístico. Y un descenso similar, aunque de mucha menos intensidad (del 12,5%), se observó también en Canarias, aunque en este caso el archipiélago sí ha conseguido salvar, aunque de forma muy escasa, la temporada turística. Por detrás quedan Cataluña (11,7%) y Comunidad Valenciana (9,6%), también con un elevado peso del turismo, pero no tanto como ambos archipiélagos. No obstante, hay otro factor que sí ha agravado el deterioro de las economías de ambas regiones, dado que las restricciones sanitarias adoptadas en las dos comunidades respecto a la hostelería y el comercio han estado entre las más duras de España y también se adoptaron de forma bastante temprana. Por ejemplo, la comparación de estas regiones con Madrid (donde la economía cae un 7,9%) pone de manifiesto que en esta última comunidad ha conseguido mantener una mayor pujanza que otras regiones, a pesar de que también tiene un peso relativamente elevado del turismo y la hostelería.

El empleo de calidad se ha convertido en un bien preciado y cada vez más escaso. Este martes se daba a conocer que en Euskadi se destruyeron 8.248 puestos de trabajo en enero, un dato que preocupa sobremanera a las instituciones. La pandemia del Covid-19 ha servido para identificar algunos de los puntos débiles del mercado de trabajo vasco, entre los que están la temporalidad y precariedad laboral, la cronificación del desempleo entre los mayores de 45 años y el sesgo de género entre los parados. La crisis sanitaria ha frenado la recuperación del empleo que se venía dando desde 2013, pero también es una oportunidad de hacer las cosas de forma diferente. Sobre estos y muchos más asuntos se debatió ayer en la segunda charla del ciclo de debates Lan 2021 organizado por EL CORREO, junto al departamento de Empleo del Gobierno vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao.

El año pasado cerró con 27 trabajadores fallecidos en Euskadi frente a los 30 de 2019, mientras que el total de accidentes de trabajo descendió un 19%. De las citadas 27 muertes registradas el año pasado, 21 se produjeron durante la jornada de trabajo, 5 menos que en 2019, pero hubo 6 fallecidos ‘in itinere’, es decir, durante los desplazamientos, frente a los 4 de un año antes. Y en lo que respecta a la tipología de accidente, 17 fueron por traumatismos, es decir, por golpes, caídas, aplastamientos o, como en uno de los casos, al quedar atrapado el trabajador en una máquina. Otros nueve fallecimientos se produjeron por infarto, y el último, que corresponde al ertzaina fallecido tras caer con su coche al agua el pasado 30 de diciembre en Donostia. Llama la atención la cifra de muertes por infarto, una causa que va creciendo en los últimos años hasta suponer un tercio del total. En cualquier caso, las cifras oficiales contrastan y mucho con los registros que manejan los sindicatos. La central mayoritaria ELA computó el año pasado un total de 59 muertes en el trabajo en Euskadi. 

La directora general de Osalan, Lurdes Iscar, explica que a la hora de registrar oficialmente los accidentes se tienen en cuenta solo los que se producen en Euskadi, siempre que los trabajadores pertenezcan a empresas vascas. «Eso no significa que no investiguemos los demás–apunta–. Se investigan todos». Iscar pone el acento en que la siniestralidad laboral mantiene una tendencia descendente en los últimos años y también en que el índice de incidencia, es decir, los accidentes registrados por cada mil trabajadores, se ha reducido en el último año un 16,8%, siendo algo mayor el descenso en la industria (19,7%). Lurdes Iscar incide en que la tendencia de la siniestralidad es descendente en los últimos años. «Tenemos que seguir por ese camino y minimizar al máximo los riesgos laborales», aunque admite que en los accidentes no traumáticos resulta más complicado controlar las circunstancias que los provocan.

Mario Draghi fue el hombre que más hizo por salvar el euro durante la pasada crisis financiera, cuando estaba al frente del Banco Central Europeo (BCE) y pronunció aquella recordada frase de que haría «todo lo que fuera necesario para preservar» la moneda única. Después de aquella difícil experiencia, que le convirtió en uno de los italianos más resa nivel internacional, ahora le va a tocar intentar sacar a su país de la parálisis política y de la pandemia. A sus 73 años, Draghi aceptó ayer «con reservas» el encargo de formar un Gobierno técnico que le hizo el jefe del Estado, Sergio Mattarella, después de que los partidos no se pusieran de acuerdo para dar vida a un Ejecutivo.

El Departamento de Salud notificó ayer otros 1.057 nuevos positivos. Se trata de una cifra alta pero que también refuerza la contención que está mostrando el virus los últimos días. A la espera de conocer la evolución de la pandemia en las próximas jornadas, todo apunta a que la tercera ola ha alcanzado su pico y se encamina hacia una fase de meseta. Son varios los indicadores que permiten pensar así. El primero es el del índice RO, el que mide a cuántas personas infecta cada positivo y permite avanzar si el patógeno se expandirá o retrocederá en próximas fechas. Pues bien, por primera vez desde el 29 de diciembre, se sitúa por debajo de 1. 

Los menores de 50 años ocupan cada día más camas en las UCI de los hospitales vascos. En Cruces son ya casi la mitad y en Basurto también han subido estos casos. Los propios datos de Osakidetza de la última semana revelan que el 45% de los contagios corresponde a enfermos de menos de 40 años. Las UCI de Euskadi han registrado un notable repunte de los ingresos por coronavirus en las dos últimas semanas. Han pasado de tener 97 pacientes en estado crítico el 20 de enero a los 155 que contabilizaban ayer. Este incremento del 60% ha ido acompañado de un cambio en el perfil del paciente que reciben estas unidades. Es más joven que el del pasado noviembre o el de la primera ola y se asemeja más al que recibieron durante la oleada de verano, aunque en un número mucho mayor.