20180120

La industria tiró del empleo el año pasado en el País Vasco, ya que fue la responsable casi absoluta de que el número de ocupados aumentase en 12.300 entre el último trimestre de 2017 y el mismo periodo de 2016, de acuerdo con los datos del Eustat recogidos en la encuesta de Población en Relación con la Actividad (PRA). A esta generación de puestos de trabajo se sumó una caída en el número de activos (en gran medida por jubilaciones) que, aunque sea un fenómeno negativo en sí, ayudó a que el desempleo bajara en 16.300 personas. De esta forma, la tasa de paro descendió desde el 12,6% al 11,1% y se situó en mínimos desde finales de 2011. Tras este drástico retroceso, el índice de desempleo se encuentra cada vez más cerca del objetivo del Gobierno de Iñigo Urkullu de situarlo por debajo del 10% antes de que acabe la legislatura.

Las exportaciones de Euskadi rompieron en 2017 la mala racha de dos años consecutivos de retrocesos. Según avanzó ayer el instituto vasco de estadística, Eustat, alcanzaron los 21.994 millones de euros hasta noviembre, lo que supera en 400 millones las ventas al exterior del conjunto de 2016, que se situaron en 21.595. El dato de los once primeros meses del pasado ejercicio plantea además un incremento del 10,8% en términos interanuales y dibuja un superávit comercial de 4.854 millones, un escenario que es muy diferente al que se dio en el conjunto de España. Por territorios, el mayor aumento de las exportaciones hasta noviembre tuvo lugar en Bizkaia, un 19,4%, seguido de Álava y Gipuzkoa, con el 6,5% y 5,1%, respectivamente. Por su parte, y a falta de un mes para conocer el cierre de año, las importaciones vascas, muy impulsadas por el repunte del consumo interno, crecieron un 21,5% respecto a las del mismo periodo de 2016, al llegar a los 17.140 millones.

España alcanzó un nuevo récord exportador en el acumulado entre enero y noviembre de 2017. Las exportaciones crecieron un 9,1%, hasta los 255.155 millones, prácticamente lo mismo que se exportó en todo 2016. A ese ritmo de crecimiento, las ventas al exterior en España habrían cerrado el año en el entorno de los 280.000 millones de euros, lo que supondría un incremento de 24.000 millones. Ese máximo, sin embargo, se ve empañado por un mayor avance de las importaciones, en gran medida motivadas por el fuerte crecimiento de la economía española, que encadena dos años consecutivos creciendo al 3%, y por el encarecimiento del crudo, que ya amenaza con superar el techo de los 70 dólares por barril. Las importaciones crecieron un 11%, hasta 277.000 millones, y también están en máximos históricos, incluso por encima de los niveles previos a la crisis.

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, Arantza Tapia, incidió ayer en un mensaje que sugirió el pasado miércoles en la jornada de celebración del IV aniversario de la Cultura de la Empresa de Adegi. Y no fue otro que el de señalar que ha llegado el momento de que los trabajadores «participen de los buenos resultados de la empresa, en aquellos casos en los que están experimentando un crecimiento». Tapia defendió que «si la cultura de transparencia y trabajo conjunto es creíble, cuando los resultados son mejores las personas que participan en las empresas tienen que ser partícipes también de los buenos resultados». Con todo, indicó que no se refería solo a los salarios, sino también «a la participación en la renta, horarios flexibles, que los contratos que no son indefinidos pasen a serlo... Es un compendio de una forma de hacer», resaltó.

Los jóvenes vascos empiezan a sentir que su futuro ya no se construye sobre arenas movedizas. El último informe Aurrera Begira que elabora anualmente el Observatorio Vasco de la Juventud revela una evolución positiva en todos los indicadores con respecto a los resultados recogidos en el año 2013. Entonces, cuando los efectos de la crisis tiraron por los suelos sus posibilidades de emanciparse y de acceder al mercado laboral, la valoración de los jóvenes vascos sobre su presente y su futuro no hacía más que reflejar la gravedad de una realidad que les ha acompañado durante varios años. En lo que se refiere al empleo, uno de los datos más significativos es el aumento del número de jóvenes que confía en encontrar un puesto de trabajo en el plazo de un año. En el año 2013, tan solo el 54% tenía esa esperanza, mientras que en 2017 esa cifra es 24 puntos mayor (78%).

La economía española vuelve a gozar de una solvencia notable. La agencia de calificaciones crediticias Fitch –la tercera más importante del mundo– elevó anoche el ráting de la deuda española a largo plazo un escalón, desde BBB+ hasta A-, con perspectiva «estable». España vuelve así al club de países merecedores de la nota A, un estatus que perdió en 2012, en el punto álgido de la crisis de deuda soberana de la zona euro, que afectó también a Grecia, Portugal, Irlanda e Italia. Fitch arguye la sólida marcha de la economía española como principal argumento para la subida del ráting soberano: «España sigue beneficiándose de una reducción de los desequilibrios macroeconómicos, respaldada por una fuerte recuperación económica de base amplia».

En los últimos tres meses, el diferencial entre el bono español a 10 años y su homólogo alemán se ha reducido en 46 puntos básicos. Por primera vez desde abril de 2010, la prima de riesgo cotiza por debajo de la cota de los 90 puntos básicos, hasta los 87, y, según los expertos, ha llegado ahí para quedarse. La prima de riesgo está recibiendo impulsos por sus dos vertientes, pues el bono alemán ha visto cómo su interés se disparaba en el arranque de año hasta pasar del 0,42% al 0,56%, mientras el español, uno de los mejores de la eurozona, pasaba del 1,56% al 1,44%. «La tendencia es opuesta, el interés del bono español, por situación macroeconómica, se debe ir acercando a los países más potentes de la eurozona, mientras que el alemán, que se verá muy afectado por la retirada de estímulos del Banco Central Europeo», señalan fuentes del mercado.

«Hay un amplio margen para subir impuestos sin efectos desincentivadores». El catedrático de Hacienda Pública de la UPV/EHU Ignacio Zubiri realizó ayer en las Juntas de Gipuzkoa un análisis de la fiscalidad vasca y de los efectos que va a provocar la reforma fiscal que en breve iniciará su tránsito parlamentario. Y dejó flotando una sensación de que las medidas que se van a aplicar pueden significar pan para hoy y hambre para mañana. «Con la recaudación a este ritmo quizá no se deban subir los impuestos ahora, pero a medio plazo hay que hacerlo», manifestó sin ambages el experto, que aclaró también que las modificaciones fiscales previstas en la reforma no caminan en la dirección de incrementar los ingresos.

El cierre anticipado de las centrales térmicas y nucleares en España tendría un coste para la economía de unos 6.800 millones de euros, por la necesidad de abrir nuevas centrales de respaldo, según concluye un informe de Deloitte titulado Una transición inteligente hacia un modelo energético sostenible en España en 2050. En concreto, la consultora estima que el cierre de las plantas de carbón nacional en 2020 tendrá un coste de 800 millones de euros. A ello se suma la necesidad de crear centrales de respaldo cuando en 2030 se clausuren las de carbón importado, que alcanzaría los 3.000 millones. Por último, la no extensión de la vida de las centrales nucleares precisará de una inversión de3.000millonesde euros.

El tiempo en el edén llega a su fin. Tanto por la vía de los tipos de interés como de la prima que se pide a las empresas por su perfil de riesgo, los costes de financiación corporativos están llamados a encarecerse en los próximos meses, según anticipan los expertos. Pero eso es el futuro. En el presente, las compañías están consiguiendo dinero a mínimos históricos y la diferencia con lo que pagaban durante lo peor de la crisis es sustancial: las grandes empresas españolas han reducido hasta un 80% sus costes de financiación mediante bonos desde el verano de 2012.

Este año las pensiones perderán poder adquisitivo, debido a que la inflación en 2017, superó el 0,25% de revalorización. Y este deterioro se verá acrecentado el próximo año, cuando entre en vigor el Factor de Sostenibilidad. Sin embargo, la situación de las cuentas del sistema sigue siendo acuciante lo que, unido a la crisis demográfica que se avecina, provocará la necesidad de nuevos recortes. Una situación problemática cuando el Fondo de Reserva ya se ha agotado.