20191117

Confebask, en una jornada sobre talento realizada la semana pasada en Bilbao, reiteró el mensaje de que el sueldo no es en absoluto una barrera para la contratación. Y para ello exhibió los números del Estudio de Incorporación a la Vida Laboral que realiza de manera periódica el Instituto Vasco de Empleo (Lanbide). El presidente de la organización empresarial, Eduardo Zubiaurre, expuso frente a una nutrida representación empresarial e institucional vasca –que incluía a la consejera de Educación, Cristina Uriarte, y al viceconsejero de Industria, Javier Zarraonaindia– que «los recién incorporados a la empresa» ganan de media en Euskadi 1.521 euros netos al mes en catorce pagas. Salario que en el caso de los titulados en carreras técnicas, subrayó, se elevaba a casi 1.700 euros (en realidad, son 1.609). Esos son, efectivamente, los números del trabajo de Lanbide, que no ofrecen exactamente la fotografía del primer empleo. Ni mucho menos. Lo que hace el organismo público es contactar con jóvenes titulados tres años antes para averiguar su situación laboral y salarial después de ese periodo; esto es, tras los habituales contratos de prácticas, becariado o de ‘aterrizaje’ en las empresas.

"El índice de denuncias es pequeño, calcula las miles de empresas que hay en Euskadi", valora a DEIA el vicecon­sejcro de Trabajo del Gobierno vasco, Jon Azkue, de cuyo departamento depende la Inspección. La sensación es que la mayor parte de los empresarios están haciendo los deberes y que ahí donde aun no se ha hecho efectivo el nuevo sistema al menos se está negociando con los sindicatos. De esas 70 denuncias solo han desembocado en la apertura de expediente 14, lo que signiflca que buena parte de las fir­mas en cuestión han podido demos­trar que están en el camino correcto para instalar el nuevo sistema. 

Más de 2.000 personas de todo tipo de organizaciones y empresas se concentrarán esta semana que entra en Bilbao para conocer las ultimas tendencias tecnológicas en el congreso Basque Industry 4.0. Esta sexta edición presenta numerosas novedades al crecer significativamente sus contenidos. Por ello, ha pasada a ocupar ya un pabellón completo del recinto ferial BEC. En la cita se integra el Día de la Ciberseguridad (Basque Cybersecurity Day), además de una muestra específica de las nuevas empresas tecnológicas (‘startups’) finalistas en el programa de aceleración Bind 4.0 y un área de exposición con 170 compañías.

Royme es una empresa con una experiencia de más de 50 años en el sector del normalizado de matricería y molde. La llegada de su nuevo gerente, Manu García, el pasado enero, busca dar «un impulso» a su estrategia. «Queremos dar mayor protagonismo a nuestra marca. Vender nuestro propio producto», destaca. Actualmente, la empresa de Hernani comercializa principalmente piezas de otras firmas. "Nuestro activo más importante es el equipo. Contamos con personas con talento, ilusión y pasión. Con su esfuerzo y dedicación, han hecho que esta empresa sea hoy el proveedor líder de soluciones globales para matricería y molde. Tenemos gente muy joven y dinámica, con fuerza; y necesitamos que sean críticos tanto con su trabajo como con el del grupo". 

Los datos, el intangible por excelencia del siglo XXI, se han convertido en una de las materias primas más disputadas a escala global y, ahora, en una de las más reivindicadas por la Unión Europea. Consciente de haberse quedado por detrás de EE UU y China en un ámbito con potencial para decantar la balanza del poder económico global y tras haber perdido varios trenes en la cuarta revolución industrial, Alemania y Francia quieren liderar la batalla europea por los datos. Las dos mayores potencias del continente apelan a la “soberanía digital” para tratar de no quedarse de nuevo en el andén.

El banquero, que debía dejar la presidencia de BBVA ahora y no hace un año con prisas, se sienta mañana ante el juez por el ’caso Villarejo’. González abandonó con prisas en septiembre de 2018, cuando los contratos con el excomisario José Manuel Villarejo –ahora en prisión– comenzaban a asomar en los medios y por los que mañana tendrá que declarar ante el magistrado Manuel García Castellón. Lo hará como imputado por los delitos de cohecho y de revelación de secretos. Sobre las siete cuestiones clave sobre la mesa, Francisco González ha mantenido una posición pública durante los últimos meses.

El próximo miércoles Pedro Sánchez tendrá la oportunidad de explicar en el VI Congreso de la Empresa Familiar Europea, que se celebra en Madrid y al que los servicios oficiales de La Moncloa han confirmado la asistencia (podrá reconciliarse así con la sección española de este colectivo a la que plantó en Murcia), las razones que le han llevado al pacto con Unidas Podemos. Será la primera vez, desde que se celebraron las elecciones y se formalizó esta alianza, que el presidente se acerque a los empresarios, la mayoría de los cuales reclama aclaraciones para salir del dilema a que les ha conducido. Ese mismo día, la patronal CEOE celebra la reunión mensual de su junta directiva. Y no será una junta cualquiera. Sobre la mesa, y casi como único tema del orden del día, figura el análisis de la situación política tras el acuerdo.

Históricamente la automatización nunca ha sido sinónimo de menos trabajo. Las constantes transformaciones exigen que la formación sea continúa. Los cambios tecnológicos están trastocando muchos aspectos del mundo del trabajo que precisan una revisión para asegurar la calidad del empleo. El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) apunta que en 2022 se habrán creado 50 millones de empleos más de los que se habrán destruido. “Esta gran transformación genera más empleo y no parece tener un impacto sobre la productividad. Cada año se crean, más o menos, 30 millones de empleos netos en el mundo”, añade Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas y exdirector del departamento de Investigaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los violentos volvieron a robar ayer el protagonismo a los chalecos amarillos en el fin de semana que marca el aniversario del movimiento. Mientras cientos de manifestantes pacíficos volvían a ocupar rotondas en diferentes localidades francesas para visibilizar sus reclamaciones sociales, en París grupos de encapuchados sembraron el caos en varios puntos de la capital, donde se enfrentaron a pedradas con las fuerzas de seguridad, incendiaron mobiliario urbano y vehículos, e intentaron impedir el trabajo de los bomberos. Al menos un centenar de personas fueron detenidas.