20190401

Los convenios firmados en Euskadi están marcando una nueva tendencia en la negociación colectiva, de modo que se está consolidando el marco vasco mientras se frena el avance de los acuerdos estatales. La recuperación de varios convenios sectoriales de peso el año pasado elevó el porcentaje de trabajadores con sus condiciones negociadas en la CAV al 67%, un punto más que el año anterior. Asimismo, los datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) de los primeros meses de este año apuntan también a una consolidación de esta tendencia. La cuestión de dónde se negocian las condiciones de los emplea dos vascos, si en la CAV o en el Estado, incide directamente en parámetros básicos como los salarios y el tiempo de trabajo. El parón de la negociación colectiva ha sido una de las causas del estancamiento de los sueldos estos últimos años. Ahora, sin embargo, la media salarial ha iniciado un repunte.

En el pico de la burbuja, el conjunto de las empresas no financieras desembolsaron 371.166 millones en sueldos. Once años después y con 800.000 asalariados menos, por fin superan esa cota. En 2018 gastaron 374.706 millones, un 0,9% más. Aun así, la cifra en realidad es menor que en 2008 porque la inflación fue del 14,3%. Ha costado una década recuperar el nivel en euros. Pero costará todavía más recobrar la capacidad de compra del total de asalariados. Sobre todo al ser menos. A la vez, en este nuevo modelo sube mucho el beneficio empresarial.

El nivel de formación suele ser un factor determinante en las tasas de actividad, empleo y paro. Cierto es que desde hace años, sobre todo desde que en 2008 se desencadenó la crisis económica, en demasiadas ocasiones la cualificación académica no ha encontrado después su correspondiente contrapartida profesional. Todavía hoy, dejada atrás la recesión y en fase de expansión económica –aunque empieza a haber síntomas de ralentización– no son infrecuentes los casos de graduados universitarios que aún accediendo a un empleo deben conformarse con trabajos para los que están claramente sobrecualificados. Pero aún así, las posibilidades de conseguir una ocupación aumentan de manera considerable para quienes poseen una formación superior –FP o título universitario– o especializada en determinadas materias, ya que como recogen numerosos informes la tasa de paro es notablemente más elevada en los colectivos sin formación o con niveles básicos de estudios.

Los parlamentarios británicos afrontan hoy otra sesión clave para intentar desbloquear el proceso del Brexit, con un nuevo debate y votación sobre las potenciales alternativas al plan de la primera ministra Theresa May para salir de la Unión Europea (UE). Representantes de varios grupos políticos están negociando el contenido de una moción que pueda obtener una mayoría en la Cámara de los Comunes, después de que en un ejercicio similar la semana pasada las ocho opciones presentadas fueran derrotadas. La propuesta que podría alcanzar más apoyos contempla un Brexit más blando que el pergeñado por May, manteniendo a Reino Unido dentro de la unión aduanera de manera indefinida. Esto es defendido por el líder laborista Jeremy Corbyn, algunos diputados conservadores pro-europeos e incluso podría ser bien visto por el Partido Unionista Irlandés (DUP), al no poner en riesgo la unidad de mercado entre el Ulster y Gran Bretaña.

En España hay actualmente 16,1 millones de personas que tienen edad de trabajar pero no cuentan con un empleo ni lo buscan por distintas causas. Son los denominados inactivos. De todos ellos, el colectivo más elevado es el de aquellos que ya están jubilados pese a estar dentro de las edades de los ocupados; suman 3,7 millones de personas. Les siguen las personas que están realizando cursos de formación (el 16% de los inactivos), los que argumentan que no quieren trabajar por estar enfermos o discapacitados y los que dicen tener obligaciones familiares que les impiden tener un empleo (8%). Y hay otro colectivo que sirve a los expertos como indicador de la marcha del mercado laboral. Se trata de aquellas personas que no buscan un empleo «porque creen que no lo van a encontrar». Los últimos datos disponibles corresponden al último trimestre de 2018 e indican que en el mercado laboral español existen 302.800 desanimados. Este colectivo representa al 1,9% de los inactivos y está actualmente en su nivel más bajo de los últimos diez años.

La autoridad de competencia española impuso entre 2000 y 2012 más de 1.153 millones de euros en sanciones a las empresas que incumplieron la legislación, de los que solo ha podido recaudar 290,4 millones. Es decir, uno de cada cuatro euros. Los recursos judiciales de las empresas consiguieron anular u obligar al regulador a recalcular (sobre todo a la baja) la mayoría de sanciones. Las compañías dan la batalla en los tribunales de manera sistemática y los pleitos se prolongan durante años. La CNMC reclama un cambio legislativo que agilice el cobro de las multas y más medios técnicos y humanos.

El vehículo particular ha sido mucho más que un medio para ir de un punto A a otro B. Tras la II Guerra Mundial, se convirtió en símbolo de progreso y en parte del paquete aspiracional que incluía casa y trabajo. Ahora, después de más de un siglo de crecimiento ininterrumpido de la industria del motor, el coche en propiedad se enfrenta a un cambio de percepción debido a la revolución de la movilidad y a la restricción al tráfico en las grandes ciudades. En una década se alcanzará el ‘peak car’ .

La actual situación macroeconómica y los bajos tipos de interés complican de manera relevante el negocio de los bancos y, por lo tanto, empujan a que haya de nuevo fusiones bancarias. Los supervisores europeos son partidarios de uniones transfronterizas, pero las miradas siguen centradas en las operaciones nacionales.

Cerca de doscientos colegios de la red concertada, en los que estudian más de cien mil alumnos, afrontan desde hoy cuatro huelgas consecutivas. Cuando acabe la tanda de esta semana, sumarán ya 22 días de paros y pérdidas de jornadas lectivas. Las asociaciones de padres de alumnos que se manifestaron ayer por las calles de Bilbao para pedir una solución al conflicto tienen puestas sus esperanzas en la reunión a la que los sindicatos han citado al Departamento de Educación y a las patronales mañana en el Consejo de Relaciones Laborales.

Cuatro años después de su último diagnóstico, el Observatorio vasco de la Juventud ha vuelto a preguntar a 1.500 chicos y chicas sobre sus ideas y valores y ha hecho una recopilación de fuentes para obtener un perfil del joven vasco tipo. El dibujo que obtiene es el de una persona que habla indistintamente castellano, euskera e inglés (el 41,5%), sujeta a una concatenación de contratos temporales en cuanto se incorpora al mercado laboral, tolerante hacia el inmigrante, con interés en la política y que sabe reconocer en una relación de pareja los comportamientos violentos. «Somos más reivindicativos y tenemos un cuestionamiento más crítico que hace diez años, pero vivimos en una precariedad social y vulnerable y asumimos que es lo que nos toca», advierte Estibaliz Linares, investigadora, a sus 27 años, del equipo Deusto Valores Sociales y doctora en Sociología.

El próximo fin de semana ELA tendrá un nuevo secretario general. Adolfo Muñoz Txiki dará el relevo a Mitxel Lakuntza después de 11 años en el cargo. Una nueva cara en la cúpula de un sindicato que seguirá siendo el mismo: «Ser un sindicato de contrapoder es algo que en ELA no está en discusión», ha dicho en muchas ocasiones Muñoz. No habrá nuevos aires en el sindicato del ‘no’, como se le conoce en muchos ámbitos empresariales por su negativa a firmar convenios y su oposición a participar en los órganos sociolaborales.

La lectura del documento ‘110 compromisos con la España que quieres’ suscita de primeras la benevolencia del lector. Incluso el logo blanco del corazón y la barra oblicua que parecen defenestrar al puño y la rosa no puede sino sorprender positivamente. Pero el diablo está en los detalles. Una de las acciones más trascendentes que el folleto programático socialista incluye ‘en passant’, viene recogido en el compromiso número 45. Dice lo siguiente: «Convergeremos paulatinamente hacia el promedio de recaudación de la Unión Europea». Lo que nos lleva una vez más al espinoso mundo de la fiscalidad y de los recursos impositivos. Promete financiar el gasto con un aumento de la presión fiscal utópico y dañino.Dado que la presión fiscal en España es siete puntos de PIB inferior a la de la zona euro (34,5%, frente a 41,4%, respectivamente) estamos hablando de un aumento en los ingresos fiscales de 84.000 millones de euros (7% de 1,2 billones de euros). Tal crecimiento es sencillamente utópico, pero tampoco resiste la prueba del agravio comparativo. No puede compararse la presión fiscal de un país como España, con una tasa de paro del 15% –los parados no pagan impuestos–, a otros países que gozan de pleno empleo, con tasas de paro inferiores al 5%. La presión fiscal española es equivalente a la de varias potencias económicas mundiales y supera la de países como Estados Unidos, Irlanda o Suiza, modelos no precisamente desdeñables.