20180121

El Gobierno Vasco ha acelerado la construcción de un fondo de inversión público-privado para apoyar a empresas estratégicas y tractoras entrando en su accionariado, y lo ha estrenado adquiriendo un 1,24% de CAF a Kutxabank. Se trata, por parte del Ejecutivo de Iñigo Urkullu, de promover el arraigo de las empresas vascas. Los expertos en fusiones y adquisiciones consideran que «a los fondos de inversión les encanta el País Vasco» y estiman que «hay más apetito comprador» del dinero foráneo que «ánimo vendedor» entre las empresas vascas. La tradición industrial y la costumbre de reinvertir el beneficio en la propia firma elevan el atractivo, mientras los analistas y hasta el Gobierno creen que «no se pueden poner puertas al campo»

«El camino emprendido hace ahora cuatro años por Adegi, orientado hacia el desarrollo de una nueva cultura de empresa fomentadora de una mayor transparencia y participación, se ha revelado como una herramienta útil al servicio de la consecución de mayores niveles de competitividad productiva. […] La denominada nueva cultura de empresa no buscaba sustituir el ámbito del diálogo social y negociación colectiva que el marco legal vigente ampara entre empresas y trabajadores, sino que trataba de convertirse en elemento incentivador de una mayor transparencia, participación y cooperación como elementos esenciales para reducir distancias y desconfianzas en el seno de proyecto empresarial. El camino recorrido por esta iniciativa, durante sus cuatro años de vida, ha contribuido a fortalecer la competitividad de las empresas del tejido productivo guipuzcoano, mediante una tarea perseverante dirigida a ensanchar los espacios de confianza en el seno de cada centro de trabajo».

Los datos oficiales de recaudación de impuestos en Bizkaia han confirmado las últimas estimaciones que se habían hecho el pasado mes de octubre e incluso se han situado ligeramente por encima. Como ya se había anticipado en la última reunión del Consejo Vasco de Finanzas, a mediados de octubre, 2017 ha sido un año récord para las arcas públicas, superando de forma holgada las cifras de ingresos del ejercicio de 2007. El año previo al estallido de la crisis económica y que hasta ahora había sido el de mayores ingresos por impuestos. La Hacienda vizcaína recaudó el pasado año un total de 7.500 millones de euros, lo que constituye nada menos que un 11,7% más que en el ejercicio precedente. En términos absolutos supone haber ingresado 785 millones más en este territorio que en 2016.

PSOE, Podemos y Ciudadanos están dispuestos a poner multas a las empresas que fomenten la brecha salarial, esto es, que a igual puesto y función, paguen menos a las mujeres que a los hombres. De este modo siguen los pasos de Islandia, que ya aplica sanciones de este tipo. El PP ha manifestado que está «dispuesto a estudiar la cuestión». En teoría, estas diferencias ya están prohibidas por ley. Pero el goteo de sentencias que dan la razón a las mujeres que denuncian discriminación en el trabajo, ilustran que, en realidad, estos casos se producen en el mundo laboral.

A nivel global, las mujeres ganan de media un 23% menos que los hombres, una situación que para Naciones Unidas constituye «el mayor robo de la historia». El problema, según los datos recopilados por la organización, no distingue de fronteras, sectores, edades ni cualificaciones. «No hay un solo país, ni un solo sector en el que las mujeres ganen los mismos salarios que los hombres», explica la asesora de ONU Mujeres Anuradha Seth. Según esta agencia, la brecha salarial no se puede explicar por una o dos causas, sino por la acumulación de numerosos factores que incluyen la minusvaloración del trabajo de la mujer, sus tareas sin remuneración en el hogar, su menor participación en el mercado laboral, el tipo de puestos que asumen y la discriminación.

Los accidentes laborales con baja registrados el año pasado en el País Vasco ascendieron a 33.564, 1.962 más que en 2016, lo que supone un incremento del 5,8%. A lo largo de 2017 fallecieron en la comunidad autónoma 32 empleados, 25 en sus puestos y 7 ‘in itinere’. Son ocho menos que en 2016, según la estadística publicada por el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales. Del total de accidentes de trabajo, 33.500 accidentes resultaron traumáticos y 64 no traumáticos.

Hay revoluciones que son evidentes a simple vista. Otras llegan de forma más gradual, y cuando nos queremos dar cuenta están más que consolidadas; paradójicamente, estos cambios de paradigma son los que, históricamente, suelen tener más relevancia. La revolución digital en la industria es una de estas últimas. Ya no se trata de si va a suceder o si está sucediendo; ese debate quedó atrás. Ahora se trata de gestionar sus consecuencias y prepararse para el próximo paso. Es para debatir sobre estos retos empresariales ante la digitalización que El País ha organizado un encuentro entre Rosa García, presidenta y consejera delegada de Siemens España, y Francisco Pérez Botello, presidente del grupo Volkswagen en España.

La Seguridad Social arrastra un déficit de más de 80.000 millones desde 2011, cuando entró en números rojos. Y todo apunta a que este ‘agujero’ seguirá creciendo... ¿Qué hacer? Algunos partidos se han animado estos últimos días a hacer propuestas: si el PSOE abogó por crear un impuesto a la banca y otro a las transacciones financieras para aumentar los ingresos, esta semana ha sido el PP quien ha situado a las pensiones en la palestra al anunciar la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que el Gobierno estudia permitir que los trabajadores puedan optar por ampliar el periodo de cálculo de la pensión a toda la vida laboral e incluso descartándose los peores años. Desde Empleo insisten en que es una propuesta voluntaria, y el portavoz del PP en el Pacto de Toledo, Gerardo Camps, reitera que el objetivo es llegar a que se contemple la práctica totalidad de la vida laboral con capacidad de elección y descarte para los trabajadores, aunque como en la reforma de 2011 se hará de forma progresiva.

Uno de los retos más importantes para el Estado del Bienestar actual y futuro es garantizar las pensiones. Hace ya muchos años que las alarmas están encendidas por el envejecimiento de la población. Y si la situación ya se presentaba complicada, con la crisis se torció bastante más porque al asunto demográfico se suma la devaluación salarial. Es decir, que quienes se incorporan al mercado laboral ganan menos y, por lo tanto, cotizan menos. Así que el déficit de la Seguridad Social no deja de crecer y este año el Tesoro emitirá deuda por 15.000 millones para garantizar estas prestaciones. Diez personalidades dan sus recetas para mantener en pie un pilar esencial del Estado del Bienestar amenazado por el envejecimiento de la población y los efectos de la crisis.

Los españoles están entre los europeos que más horas trabajan al año (1.691, según la OCDE, 272 más que holandeses y 320 más que alemanes) pero la productividad promedio (calculada como la relación entre PIB y tiempo trabajado) ronda los 36 euros por hora, frente a los 68 de Dinamarca, los 57 de Holanda, Francia (56 euros) o Alemania (55 euros). El presentismo, unos horarios endiablados, el menosprecio a las mujeres, los sueldos mermados, una legislación que no se cumple, unos mandos que presumen de no descansar y la presión de una sociedad que quiere poder consumir las 24 horas del día escriben el guion de una época difícil para sobrellevar equilibradamente vida privada y profesional.

El comercio electrónico y la sobreoferta han puesto en jaque en algunos países el modelo del centro comercial, originario de Estados Unidos. Allí, el año pasado cerraron 2.468 tiendas en estos centros, según Bloomberg. El banco Credit Suisse calcula que en cinco años cerrará una cuarta parte de los más de 1.100 grandes complejos que sobreviven en EE UU. Sin embargo, en España, tras una renovación del modelo y algunos cierres de tiendas en los últimos años, el negocio de los centros comerciales vuelve a levantar el vuelo, con nuevas aperturas y más ventas.

«Es el mercado, amigo». «Nadie quería que la fiesta terminara». «No sé qué habría pasado si lo que dijo Draghi lo hubiera dicho Trichet un año antes». «Las teorías conspiratorias son de perdedores». No se trata de exhaustivos análisis para discernir por qué llegó, se cronificó y aún perduran algunas consecuencia de la crisis financiera que ha vivido España en la última década. Pero estas cuatro afirmaciones, expresadas por los últimos ministros de Economía (Rodrigo Rato, Pedro Solbes, Elena Salgado y Luis de Guindos, respectivamente) en el Congreso reflejan la dirección a la que cada uno ha apuntado para esquivar cualquier responsabilidad.

Un año después de haber apretado las riendas a los grandes fabricantes de automóviles y haber obtenido de ellos promesas de que harían nuevas contrataciones en EEUU, ¿ha logrado Donald Trump salvar empleos en un sector afectado tanto por la robotización como por la deslocalización? Por el momento, la respuesta es “no”, aunque las últimas medidas aprobadas por el Congreso pueden empezar a dibujar un nuevo escenario, según concluye AFP.

En momentos de crisis, el capitalismo tiende a reiventarse. Desde 2008, impulsada por la disrupción tecnológica, ha ido tomando cuerpo la última e inevitable metamorfosis que se come a todas: la economía de plataformas. Guste o no, ése es el modelo de negocio de la revolución digital. Tarde o temprano, todos tendremos que pasar por la plataforma, como antes teníamos que ir a la fábrica o fichar en la oficina. Como trabajadores o como usuarios, todos acabaremos danzando (lo estamos haciendo ya) al ritmo ultraeficiente de los algoritmos, capaces de machear, como nunca antes, la oferta y la demanda, y de gestionar las tareas con la diligencia de un jefe implacable que además nos espía. El teléfono móvil será más que nunca nuestro cordón umbilical y la extracción de datos acabará siendo el negocio del siglo en esta no tan nueva economía, marcada por la velocidad y la voracidad.

Hacer la compra, teletrabajar, la moda, los viajes, el ocio y hasta la búsqueda de pareja. Casi todos los productos y servicios cotidianos se pueden adquirir en internet, salvo excepciones como las medicinas o la venta de tabaco.

Las ventas por Internet son imparables y lo serán más, como lo atestigua el hecho de que los españoles gastarán 29.376 millones de euros en compras on line este año, un 19,2% más con respecto al ejercicio anterior. Cada internauta consumirá, de media, 1.231,3 euros en adquisiciones on line en 2017, el 4,6% del salario medio anual. Son datos de un análisis elaborado por Kelisto.es, la web del ahorro. El crecimiento que está registrando este comercio en España en 2017 es el más alto de los que se producen en los países europeos de nuestro entorno. Estos nuevos hábitos de consumo todavía no están del todo asentados en Euskadi y es que, por ahora, la mayoría de los vascos y vascas prefiere la tienda física. Los consumidores que acuden a los tradicionales establecimientos valoran el poder tocar y sentir el producto.

«[…] Cada vez que algún responsable empresarial resalta la importancia de la productividad en el mundo empresarial se desatan voces que le califican con las etiquetas más oprobiosas. […] esta misma semana hemos conocido que el País Vasco es una de las comunidades autónomas en donde más ha crecido la productividad desde los peores años de la crisis. Ahora recuerde que es en el País Vasco donde las tasas de desempleo son menores y los salarios más elevados de toda España, en dura pugna con Madrid. ¿Tendrá algo que ver lo uno con lo otro? Y si lo tiene, ¿por qué despreciamos tanto el concepto de productividad? ¿Por qué razón les cuesta tanto a los sindicatos admitirlo como referencia habitual de las subidas salariales? ¿Por qué razón resulta prácticamente imposible incorporarlo al mundo de la función pública, como desea hacer el Gobierno central?».