Realismo sí, pesimismo no

Artículo del presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre para Empresa XXI

Eduardo Zubiaurre

2020-12-01

Todos nos hacemos ya una idea muy aproximada de en qué situación nos encontramos, y de la prácticamente nula visibilidad en la que nos movemos, de tal forma que se hace imposible sugerir escenarios a corto o medio plazo. Vivimos rodeados de una niebla espesa, conscientes de que, de momento, sólo nos queda resistir – que no es poco en el actual contexto – porque sabemos que no empezaremos a remontar hasta que esa niebla se disipe. Sólo cuando la pandemia esté controlada – o percibamos al menos el principio del fin – volverá la necesaria confianza a las empresas, a las familias y a la sociedad en general. Y sólo así, podríamos hablar del inicio de la remontada, que todavía no de la superación definitiva de la crisis.

 

Pero, mientras tanto, las noticias sobre los rebrotes, y no sólo en Euskadi sino en toda Europa, hacen que ese escenario no pueda todavía plantearse, a pesar de noticias más o menos esperanzadores sobre tratamientos en ciernes. Es cierto que el tercer trimestre de este año no ha sido, en términos generales, tan negativo como se preveía. Sin embargo, las nuevas medidas de restricción de actividad tomadas para controlar la expansión del Covid-19 van a tener, sin duda, un efecto perjudicial para nuestra economía. Y si no llegan pronto las ansiadas vacunas, podemos adelantar sin riesgo a equivocarnos mucho que, al menos durante la primera parte del año que viene, viviremos en una situación muy parecida a la actual, con lo que eso implica de cierre de empresas, pérdida de empleo y bienestar social.

 

Hasta aquí, una proyección lógica de lo que nos espera a corto y medio plazo si la crisis sanitaria no cambia de rumbo de manera radical. Pero, que ese baño de realismo no nos sirva de excusa para caer en un pesimismo inútil. De hecho, es momento para proponer ideas y planes de actuación a sabiendas de que la empresa vasca ha vivido a lo largo de su historia más reciente escenarios durísimos y, a pesar de todo, ha conseguido salir adelante.

 

En primer lugar, Euskadi cuenta con importantes activos para tratar de afrontar con éxito la actual crisis económica: una industria competitiva e internacionalizada, unas cuentas públicas saneadas, el Concierto Económico, estabilidad institucional como no teníamos desde hace años, una experiencia acumulada de colaboración público-privada y, de forma excepcional, los fondos de reconstrucción europeos. Pocas veces se han concentrado tantas herramientas a nuestro favor a la hora de luchar contra una crisis.

 

En segundo lugar, podemos cambiar las cosas. Precisamente, con la intención de aportar soluciones, desde Confebask presentamos hace unos meses ya, una propuesta para un gran pacto de País. Una agenda para, primero, resistir el embate de la crisis. En este sentido, venimos insistiendo desde hace tiempo en la urgencia de políticas de gasto público y endeudamiento extraordinario destinados a salvar empresas para salvar empleo.

 

Eso constituye ahora mismo lo prioritario. Una actuación decidida que sirva asimismo para la reactivación de sectores especialmente afectados por esta crisis, como el comercio, hostelería, …, o inversión y gasto específico para sectores industriales de alto valor añadido, como el aeronáutico, el automóvil / automoción, el energético o la Máquina Herramienta, entre otros.

 

Precisamente, hace unas semanas, y con motivo del cierre de actividad decretado en concreto para el sector de la hostelería, lanzábamos a la opinión pública un comunicado conjunto – destinado a todas las empresas y sectores afectados en mayor o menor medida - en el que subrayábamos la necesidad de adoptar medidas compensatorias urgentes y en cantidad suficiente para evitar cierres y pérdida de puestos de trabajo.

 

‘Resistir’ y ‘reactivar’ constituyen pues dos de los tres pilares estratégicos que planteamos desde Confebask. El tercero consiste en ‘reconstruir’, esto es, acometer a medio y largo plazo una profunda renovación y transformación competitiva de nuestro tejido productivo, conscientes de que el reto para continuar siendo una sociedad desarrollada, con los actuales altos estándares de bienestar y progreso colectivo, pasa necesariamente por unas empresas fuertes y bien posicionadas en el mercado global.

 

Sabemos que ese reto es enorme y no exento de dificultades. Pero no podemos caer en la inacción como consecuencia de unos tiempos especialmente complicados. El compromiso de la empresa vasca por la salida renovada de la crisis y para el mantenimiento de un sistema de bienestar como el nuestro, al nivel de los países más desarrollados del mundo, es tan firme como nunca. Y no nos faltan ejemplos, algunos de ellos muy recientes. Por ejemplo, los empresarios galardonados hace unos días con los ‘Korta sariak’ o los que acaban de recibir otro importante reconocimiento de la mano de este periódico, Empresa XXI, en su habitual gala anual de ‘La noche de la empresa vasca’.

 

Dos citas que nos traen a colación ese firme compromiso de los hombres y mujeres de empresa con el país. Algo que necesitamos recordar en más de una ocasión porque no son pocos los que se olvidan de algo obvio: la empresa y las personas que la conforman, son sociedad vasca. Forman parte de ella y de su sistema, tanto como lo hacen sus hospitales, sus escuelas o sus universidades. Y unas no se pueden entender sin las otras.

 

Por eso me gustaría terminar recordando otra clave importante: la necesidad de hilvanar acuerdos transversales entre todos los agentes sociales e institucionales que den cobertura al conjunto de la sociedad vasca en momentos tan complicados como los actuales. Es también el momento del diálogo social a gran escala.

 

En definitiva, tenemos la capacidad, la experiencia, el compromiso y la ilusión suficientes como para concluir que, a pesar del realismo de los datos y la preocupación evidente ante una situación tan difícil como la que nos está tocando vivir, podemos salir, incluso reforzados. Por intentarlo, que no sea. Es nuestro compromiso como Confebask y como empresa vasca.