Recuperación: esperanza y obstáculos

Artículo del presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, publicado hoy en Diario Vasco

Eduardo Zubiaurre

Eduardo Zubiaurre, presidente de Confebask

Los datos de la economía vasca indican que estamos recuperando terreno: la industria vuelve a tirar con fuerza, lo mismo que la construcción, mientras que algunas actividades relacionadas con los servicios necesitarán todavía más tiempo para remontar. Todavía se registran unas dos mil empresas menos de las que teníamos en febrero de 2020, y en torno a 10.000 personas siguen en ERTE, pero la confianza de empresas y consumidores mejora de manera clara y los indicadores de actividad de todos los sectores apuntan a una parte final de año de clara mejoría.

Así las cosas, mantenemos nuestra previsión de que la economía vasca registrará un crecimiento para este año que rondará el 7%, y que la tasa de paro cerrará el año en torno al 10’5%.

En todo caso, no podemos obviar algunos acontecimientos de las últimas semanas que insisten en no darnos un respiro. Por ejemplo, existe un factor claro y de creciente preocupación empresarial a medida que la recuperación económica se afianza: el rápido y elevado encarecimiento de los costes de la energía y de las materias primas, así como los problemas de abastecimiento de ciertos productos para sectores clave de nuestra economía, como el automóvil. La lógica indica que estamos ante problemas puntuales, pero la posibilidad de que se alarguen en el tiempo arroja una gran incertidumbre.

A esto hay que añadirle otras cuestiones, más ‘locales’ si se quiere, pero que también tienen su efecto. De una parte, el alto índice de absentismo que sufren muchas de las empresas vascas y que hace que su nivel esté en Euskadi muy por encima del existente en el Estado y del resto de las economías de nuestro entorno, sin que haya un motivo aparente que lo explique. Y de otro, la conflictividad sindical y la judicialización de las relaciones laborales que sufren muchas empresas vascas en dificultades y que tampoco encuentra comparación en nuestro entorno.

Aun así todo, me gustaría señalar que, a pesar de estas dificultades, en Euskadi, podemos decir que, de momento y por término general, tras la superación de un primer semestre ‘renqueante’, afrontamos con esperanza una progresiva mejoría de la actividad económica en la última parte de este año. La posible llegada de fondos europeos en los próximos meses para proyectos tractores en nuestro País, debería ser un elemento que alimente y certifique esa sensación.