20211010

Euskadi es la comunidad autónoma con menor porcentaje de mujeres directivas: un 23%. Son once puntos menos que las medias de España y Europa –34%– y cuatro puntos menos que la de Asia-Pacífico, la región del mundo con peores estadísticas. Y estudios de diferentes instituciones arrojan datos similares. Por ejemplo, la Professional Women’s Network (PWN) estima el número de mujeres en los consejos de administración de las grandes empresas vascas en un 27%, cuatro puntos por debajo de las empresas del Ibex 35, donde la representación femenina se ha duplicado con creces en la última década. Pero lo más preocupante es que, a diferencia de lo que sucede en otras comunidades autónomas, Euskadi es la única en la que se ha reducido la presencia de mujeres en puestos directivos este año: ha caído un punto frente al 24% de 2020. Isabel Iturbe, que preside la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia (AED) y el Bilbao Basket, añade que las peores estadísticas se dan en las empresas que no presentan cuentas abreviadas –entre las que destacan las familiares–, no en las pymes, y que el especial impacto de la pandemia en el sector servicios puede explicar el retroceso de este año. No obstante, recalca que no se trata de algo coyuntural: «Las carreras STEM tienen el mejor futuro y los sueldos más altos. Si no estamos ahí, tendremos una nueva brecha». Ana Santiago CEO Sistemplant; «Hay que saltar la barrera que dificulta a las mujeres acceder al mundo industrial». Tamara Yagüe, presidenta de la Federación Vizcaína de Empresas del Metal y directora general de Tecuni: «la mujer debe dejar de subestimar su preparación y ser más ambiciosa». En su opinión, es necesario iniciar desde el sector de la educación «un cambio de abajo arriba para derribar los estereotipos que perduran».

La edad media de los conductores de camiones en el Estado y Euskadi es de 50 años. "Y si no hay relevo para esa generación, lo que está pasando en Reino Unido va a ser lo que va a pasar en los países de Europa también", advierte Sonia García Díaz, la presidenta de la Asociación Empresarial de Transporte de Mercancías por Carretera de Bizkaia (Asetrabi). "Tras el confinamiento y el relanzamiento de la economía se ha incrementado el consumo y hacen falta más trabajadores, más conductores para que se transporten esas mercancías, y si no los encontrábamos antes, ahora muchísimo peor", sostiene García Díaz. Y el principal motivo es que no hay relevo generacional. El gremio del transporte calcula que, para 2030, el Estado español habrá perdido a un tercio del total de sus conductores. Y en Europa la situación es similar. Para el secretario general de Cebek, Francisco Javier Azpiazu, la falta de transportistas es solo uno más de los problemas a los que se enfrentan las empresas actualmente. "El problema es mayor, a la vuelta de la pandemia y cuando estamos normalizando la actividad económica, nos estamos encontrando con problemas de abastecimiento de algunos productos ligados al incremento de la demanda industrial y de consumo, al encarecimiento de las materias primas como es el petróleo, al incremento de los precios de la energía... y a esto le sumas los problemas de carestía en lo que son los contenedores que usan muchísimas compañías para desplazar sus productos. El precio del transporte de containers se ha multiplicado por cinco o por seis en los últimos meses. Esto, las empresas lo están notando", explica Azpiazu. No obstante, asegura que "no tengo la percepción de estar en una situación como la de Reino Unido" y vincula los retrasos que pueden estar sucediendo al aumento de la actividad tras la pandemia.

Virginia Oregui defiende el modelo de previsión social voluntaria porque, según afirma, es más solidario con la sociedad y reclama una política fiscal que lo ampare. Geroa celebra este año su 25 aniversario como un punto de inicio de algo que está por venir y que "todavía va a ser mejor" según cree su directora gerente. "Hay hitos importantes, como es la crisis de 2008 y la reforma laboral, donde se llega a cuestionar a esta entidad. Pero luego hay un momento mucho mejor que es la ratificación por parte de las organizaciones, de todas ellas, de que apuestan por la entidad". "Se hace difícil comprender por qué Bizkaia y Álava no tienen este modelo. Me consta que en Bizkaia se han hecho esfuerzos que no han terminado materializándose. De una manera u otra se va a tener que afrontar el reto de la longevidad. Puede ser vía impuestos, o puede ser a través de entidades como Geroa, que es mucho más eficiente, pero para eso hay que tener personas que crean dentro de las organizaciones y de las instituciones que esto es correcto. La sociedad guipuzcoana siempre ha sido muy solidaria y ese componente es el que permite que este reto lo haya asumido Gipuzkoa y no otros territorios". 

El País Vasco se ha situado desde 2010 en el podio de las comunidades con mayor pérdida de jornadas por contingencias profesionales y comunes. Desde 2013, cuando se tocó suelo con 10,9 jornadas al final de la anterior crisis económica, ha registrado un incremento del 64%, solo superado por Ceuta, Melilla y Castilla y León. Y si nos remontamos a 2008, cuando Euskadi ocupaba el quinto puesto, con 15,8 días perdidos por año, el aumento ha sido del 13%. En una entrevista a DV hace días, el presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, aludía a la cuestión destacando que «somos junto con Canarias los que más absentismo tenemos siempre». Hacía así referencia al estudio de Adecco, sin aportar otros argumentos. Con todo, añadía que «tenemos unas prácticas y unas dinámicas que, por la razón que sea, nos llevan a ello. Es así. No tenemos las peores condiciones de trabajo ni las peores empresas, pero sí el absentismo más alto del Estado. ¿Por qué tenemos más bajas por enfermedad común que en otras comunidades? Difícil de explicar». Tanto CC OO como UGT aseguran estar en «total desacuerdo con la patronal». Las centrales sindicales consideran que las bajas por enfermedad están justificadas, y que los empresarios buscan culpabilizar al trabajador y a los facultativos.

 

Entrevista con Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del gobierno. "¿En qué punto está la derogación de la reforma laboral?– Va bien, estamos emprendiendo una tarea magna que es mirar de frente a los problemas del trabajo en España, sustancialmente la precariedad y la temporalidad, que son esas vergüenzas que tenemos en relación a los países de la media europea. Vamos a intentar abordar este enorme problema que no es de ahora, durante 42 años se ha hecho lo mismo.– Parece que el PSOE quiere aplazar la reforma a 2023.– No es posible, y quiero hablar en nombre del Gobierno: no hay ni discrepancias entre sindicatos y patronal, saben que es un problema enorme. El diagnóstico es compartido y las soluciones son similares...La patronal y el Ministerio de Trabajo no utilizamos términos belicosos nunca y tenemos una relación de respeto. Entiendo muy bien los intereses que representan y lo hacen muy bien. A veces compartimos decisiones y a veces no"

Feliz tras el acuerdo presupuestario, Yolanda Díaz sigue madurando su proyecto político, que «superará los límites de Unidas Podemos» y tendrá a la «gente como referente». Cree encarrilada la legislatura con los Presupuestos y descarta una ruptura con el PSOE. "Es una ley (de vivienda) que va a cambiar el paradigma de la vivienda en nuestro país. Es ponderada, combina la realidad y las necesidades de nuestro país, donde se construyen cuatro veces más viviendas privadas que públicas. Esta ley camina en la construcción de vivienda pública, social, pauta mecanismos de corrección. Es una norma sensata". 

La política fiscal solo será eficaz si alivia los cuellos de botella que lastran el tejido productivo...El principal problema no radica en la falta de demanda privada, sino en la merma de capacidad productiva a que se enfrentan grandes áreas de la economía, como la industria y los servicios más intensivos en recursos naturales. Otra cosa es la situación de actividades ligadas al turismo, la cultura y el capital humano, donde sí existe una amplia oferta ociosa e inmediatamente disponible. Si el diagnóstico es correcto, los próximos PGE tienen que ser expansivos en inversiones que contribuyan a relajar la crisis energética (que son aquellas orientadas a las energías renovables, hidrógeno verde y mejora de la infraestructura de red eléctrica). También se necesita un esfuerzo de adaptación del mercado laboral a las transformaciones en marcha (más capital humano, mejores políticas activas de empleo). Todo ello coincide en buena medida con el plan de recuperación financiado con los fondos europeos. Pero la situación económica también aboga por unos PGE que se acerquen al equilibrio en materia de transferencias y gasto corriente de las administraciones: no son instrumentos adecuados para sustentar una recuperación lastrada por cuellos de botella, como tampoco lo sería un recorte de tributos...

ITP Aero se declara ahora “independiente”. La empresa vasca que fabrica motores y componentes aeronáuticos, novena en el escalafón mundial en su sector, deja de pertenecer a Rolls-Royce y pasa a manos de un consorcio empresarial liderado por el fondo de capital riesgo estadounidense Bain Capital, del que, por el momento, también forman parte el banco de inversiones de Javier Botín, JB Capital, y el grupo guipuzcoano SAPA que opera en el sector de la defensa. La venta se ha cerrado por 1.700 millones de euros y tiene la bendición de los Gobiernos central y vasco. Los dos Ejecutivos admiten haber intercedido en el tramo final de la operación para que ITP Aero, una empresa que consideran estratégica y de primer orden, no pierda en el futuro sus señas de identidad, refuerce su plan industrial, relance su negocio, mantenga el empleo y siga arraigada en el País Vasco. El acuerdo marca un nuevo capítulo en los 32 años de historia del grupo, dice un portavoz de ITP Aero: “Los planes de Bain Capital pasan por invertir en el crecimiento de los productos y los clientes, y por reforzar su perfil de empresa líder global”. Más de la mitad de los aviones que operan en todo el mundo cuentan con productos diseñados y fabricados con tecnología propia que ITP ha ido innovando “para contribuir a una aviación cada vez más sostenible”.

La estructura de la propiedad de las acciones españolas ha sufrido una profunda transformación en las últimas décadas. Al cierre del ejercicio 2020 (últimos datos publicados por el servicio de estudios de BME), los inversores no residentes tenían el 49,9% del valor total del mercado español frente al 30,6% que poseían cuando se creó el Ibex en 1992. Los siguientes grupos de poder en la Bolsa española son las empresas no financieras, que controlan el 21% del valor del mercado, y las familias, con el 17,1%. A este espectacular crecimiento de las participaciones en manos de los fondos extranjeros han contribuido principalmente tres factores. El primero de ellos fue la política de privatizaciones que inició el Gobierno socialista de Felipe González y continuó el Ejecutivo popular de José María Aznar. El Estado, a través de sus diferentes entes (SEPI, Enaire, FROB), actualmente solo conserva el 2,9% de la Bolsa española. Otro elemento que ayudó a alimentar la descentralización de la propiedad de las acciones fue la entrada en el euro: el riesgo de invertir en una divisa más volátil y con un repleto historial de devaluaciones como era la peseta desaparecía, incentivando la inversión extranjera. Por último, en esta revolución silenciosa también desempeñó un papel relevante la crisis del sector financiero que se inició en 2008. Bancos y, sobre todo, cajas de ahorros tuvieron que deshacerse a marchas forzadas de sus carteras industriales. En la actualidad solo conservan acciones equivalentes al 2,7%, cuando a comienzos del siglo XXI tenían el 12,8%. En gran parte, ese hueco en los accionariados de las cotizadas que dejaron las entidades financieras lo llenó el dinero foráneo.

Fue hace ahora un año cuando se gestó una parte de la crisis más grave de precios energéticos de los últimos años. Entonces, la Comisión Europea sorprendió a todo el mundo: en plena pandemia redobló sus propios objetivos medioambientales al instar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% de aquí a 2030 –frente al 40% anterior–, en comparación con los niveles de 1990. La medida intentaba acelerar un proceso de transición verde en el que toda la UE estaba de acuerdo como motor de la recuperación. Pero nadie preveía por entonces que un desbocado precio del gas y del petróleo hiciera temblar las estructuras energéticas del Viejo Continente.

El último en dar ese paso ha sido el socialista Antonio Miguel Carmona, recién nombrado vicepresidente de Iberdrola España. El movimiento es legal —solo los altos cargos tienen que esperar dos años antes de pasar a entidades privadas afectadas por sus decisiones—, pero su ascenso a la cúpula de una de las grandes firmas de energía del planeta llega en pleno choque de Gobierno y eléctricas por el precio de la luz. Y en su designación llaman la atención otros condicionantes, como la animadversión mutua que se profesan Carmona y la actual dirección del PSOE, o su falta de experiencia en la materia. Revilla: “440.000 para un tío que no sé si entiende el recibo de la luz...” ¿Por qué le han elegido entonces? Un antiguo alto cargo bajo gobiernos socialistas apunta a un desafío abierto a Pedro Sánchez. “No me puedo explicar que hayan nombrado a Carmona, que tiene un perfil público muy visible, en pleno debate sobre las puertas giratorias y la factura eléctrica. Tengo la sensación de que ha sido un rejonazo de [el presidente de Iberdrola, Ignacio] Sánchez-Galán al PSOE”, afirma. La noticia ha ido seguida de reacciones viscerales desde dentro del partido. Entre las más duras, la del diputado por Gipuzkoa Odón Elorza. “El fichaje del Sr. Carmona por Iberdrola confirma la opinión que me merece desde hace años. No hay palabras”. 

El Gobierno del PSOE y Unidas Podemos acaba de aprobar los Presupuestos Generales del Estado, que prevén un gasto y una inversión récords gracias a los fondos europeos y prestan especial atención a los jóvenes. En una entrevista con El País, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confía en que reciban el apoyo del PNV y ERC y asegura que la coalición agotará la legislatura. “El PP pide todos los días elecciones. Se le va a hacer eterna esta legislatura”, dice. "Creo que después nos vamos a encontrar un país mucho más moderno, transformado. No solo en lo que implica la apariencia de nuestras ciudades y pueblos, a través de los programas de eficiencia energética. Dentro de cuatro o cinco años vamos a tener una España muy distinta, que va a permitir crear empleo de calidad. Tenemos que lograr que no haya temporalidad y que haya unos sueldos decentes...El Presupuesto que tenemos pasa de un déficit del 8,4% al 5%. Hay un compromiso con Bruselas de que al siguiente año sea un 4%, y un 3,2% en 2024, en el entorno de la salida del procedimiento de déficit excesivo de las reglas fiscales, digamos, antiguas. Ahora hay un debate en la UE para ver si hay que adecuarlas a una nueva realidad. Reorientamos políticas y partidas que, por ejemplo, hubieran ido a pagar los ERTE y que ahora podemos convertir en recursos para ciencia, educación, becas...

El Gobierno tenía tres opciones ante la inminente quiebra de la empresa y al parecer ha escogido la que más le gusta al mercado. Ni intervendrá a sus gestores ni dejará caer de forma desordenada a la compañía que ahora mismo tiene más de 1,1 millones de viviendas vendidas pero aún sin construir. Tal y como explica Francisco Quintana, director de estrategia de inversión de ING, «se están dando pasos en la dirección de la venta de activos o la salida de algunos negocios para priorizar el pago a los acreedores locales», pues los internacionales, aunque son los que han provocado más ‘ruido’ en el mercado, representan en realidad un porcentaje muy bajo de lo que la compañía debe pagar en intereses. Por su parte, los gestores de Mapfre Inversión indican en un reciente análisis que «el Gobierno quiere dejar claro que se acabó la fiesta, por tanto, debe permitir que se produzcan pérdidas en los inversores; pero al mismo tiempo se ven obligados a controlar la situación para evitar una espiral en los mercados».