20200511

Apeló al consenso entre todas las comunidades autónomas para afrontar la nueva normalidad y dejó sobre la mesa una serie de deberes en clave económica. Abogó Iñigo Urkullu por un mayor gasto público. «Invertir para reactivar», resumió. Y para ello, emplazó al Gobierno central a «despejar incógnitas» como «el margen de déficit y deuda». Dicho de otra forma, hasta cuánto se podrá gastar. «Es el momento de invertir en el sistema sanitario, en cohesión social y en economía y empleo». 

De ese prácticamente millón redondo de personas, casi 510.000 son pensionistas que cobran prestaciones contributivas, a los que hay que añadir otros 12.200 perceptores de pensiones no contributivas. En cuanto a los parados, en el Servicio Vasco de Empleo, Lanbide, figuraban en abril 138.643, aunque de ellos sólo algo menos de 50.000 cobraban alguna prestación o subsidio de desempleo, ya que la tasa de cobertura del paro en Euskadi ronda el 35,5%. Buena parte del resto, de aquellos que ya han agotado o nunca han llegado a tener cobertura del desempleo, son perceptores de otra ayuda pública

Las arcas públicas financian las rentas de más de 21 millones de personas, mientras el número de asalariados se reduce a los 15,2 millones. De golpe y porrazo el Gobierno ha asumido ya las rentas de unos seis millones de personas más y la estimación es que se acerquen a los ocho millones, algo histórico que no se había producido jamás, pero tampoco había habido una crisis igual que llevara a paralizar prácticamente toda la economía.  Hasta el punto de que el Estado se ha convertido por primera vez en el principal sustento de los españoles.

El sistema de la Seguridad Social sufrirá este año un histórico déficit de, al menos, 38.000 millones. Y en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) la desviación, también en el mejor de los casos, ascenderá a casi 17.000 millones. En total, un desfase de 55.000 millones de euros en los Fondos de la Seguridad Social que revela la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). El Gobierno no quiso concretar estos desoladores datos en la actualización del programa de estabilidad, algo totalmente inusual y que desde el Ejecutivo justifican señalando las notables incertidumbres que entraña el actual contexto.

Entrevista con Pío Aguirre Experto financiero. "Me preocupa mucho que sigamos teniendo un entramado económico en el que más de un 90% de las empresas son pymes o micropymes, tienen menos de 10 trabajadores. Todos los retos que nos estábamos marcando desde hace años, antes del Covid-19 –I+D, innovar, avanzar en digitalización, internacionalizarse, profesionalizar la gestión, captar talento, reforzar la capacidad financiera, etc.– ya exigían ganar dimensión. Ahora más, máxime cuando esta crisis vemos que las empresas más digitalizadas son las que mejor están pudiendo responder, ya sea una gran industria o un pequeño comercio. Por tanto hay que dar ese salto y apostar por el tamaño". 

Los cerca de 500 hoteles, pensiones, agroturismos y casas rurales, así como las 1.500 viviendas de uso turístico reguladas con los que cuenta Gipuzkoa mantendrán sus puertas cerradas, a pesar de que la fase uno de la desescalada que ha entrado hoy en vigor permite que vuelvan a recibir clientela. El sector subraya que «no hay demanda» para justificar la reapertura a partir de hoy y reclama al Gobierno que expanda y flexibilice los ERTE. Desde Adegi, Paul Liceaga muestra su «absoluta convicción» en la capacidad de las empresas guipuzcoanas para afrontar un escenario «incierto» y subraya que es preciso regresar a la actividad en un entorno de seguridad para los clientes. El responsable del sector de los hoteles dentro de la patronal guipuzcoana reitera que la restricción de movimiento de las personas ha provocado que la demanda de alojamientos sea «inexistente». 

Las pymes vuelven a tocar la puerta del despacho de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, para lamentar que las líneas de financiación con aval del Estado puestas en marcha a través del ICO no llegan a las empresas que más lo necesitan en estos momentos de parálisis económica. Y en esta ocasión, el requerimiento al Gobierno va acompañado de una encuesta interna realizada por la patronal Cepyme que evidencia los fallos que a juicio de este tipo de compañías -que suponen un 99% del tejido empresarial del país- tiene el mecanismo de ayuda puesto en marcha por el Gobierno. Las dos principales quejas de las pymes se refieren a la «burocracia y demora en tramitación» de estos préstamos, concedidos por las distintas entidades financieras pero avalados hasta en un máximo del 80% por el Estado.

El comité ejecutivo de CEOE se estaba alargando durante horas con decenas de intervenciones, algunas de ellas en contra. Garamendi se limitaba a escuchar mientras intercambiaba mensajes o rápidas conversaciones con presidentes de grupos del Ibex partidarios, en general, del acuerdo como mal menor. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, envió un mensaje al jefe de la patronal: si CEOE no firmaba el pacto, eliminaría las mejoras que le había arrancado. Espero que no sea un chantaje», afirmó uno de los veteranos de CEOE, el hotelero Joan Gaspart. No era el único reacio a firmar. Dirigentes de peso como el presidente de la patronal madrileña CEIM, Miguel Garrido, de la catalana Foment, Josep Sanchez Llibre, o el director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), José López-Tafall, se mostraron en contra del acuerdo por considerarlo excesivamente rígido para las empresas en esta crisis. "Ninguna patronal del mundo firmaría esto. Garamendi nos dijo que no nos iba a fallar y mis asociados creen que haría falta en CEOE alguien que negocie mejor», reprocha el presidente de Faconauto, Gerardo Pérez". 

Vía libre definitiva a la nacionalización de empresas en la UE. La Comisión Europea ya ha adoptado la modificación en las reglas sobre ayudas públicas que permitirá a los Gobiernos entrar en el capital de empresas afectadas por la pandemia, grandes y pequeñas, cotizadas o no, y lo hizo a través de una norma cuyo borrador adelantó EXPANSIÓN el pasado 23 de abril. La norma, en vigor desde el fin de semana, eleva los umbrales de notificación de forma que las intervenciones en empresas superiores a 250 millones deberán ser comunicadas a Bruselas frente a los 100 millones que inicialmente contemplaba la Comisión, a caballo entre lo que demandaba España, que sean lo más bajos posibles, y los 500 millones reclamados por Alemania y Francia. 

A una escala mayor, los movimientos hacia la llamada nueva normalidad muestran un continente partido en mil pedazos. Alemania se abre por länder, Francia por departamentos y España, salvo casos puntuales, provincia a provincia. La desconfianza ante la posible llegada de la segunda oleada de la covid-19 es el mejor antídoto contra la precipitación: sosiega el ímpetu de los líderes europeos y los empuja hacia una política de paso a paso cargada de mensajes implorando responsabilidad a la sociedad.

«Este verano no lo pasaremos en el balcón», dice el primer ministro. Los italianos podrán irse este verano de vacaciones, aunque preferiblemente deberán hacerlo en su propio país para ayudar así a uno de los sectores más golpeados por la crisis del coronavirus y que supone el 13% del PIB nacional. El primer ministro, Giuseppe Conte, garantizó ayer que será posible ir a la playa, a la montaña o a gozar de las ciudades de arte italianas durante los meses de verano, aunque pidió tener datos ulteriores de cómo marcha la pandemia para poder ofrecer indicaciones claras sobre cómo deberán desarrollarse este año las vacaciones estivales.

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Boris Johnson, pactaron ayer las condiciones de cómo será el tránsito aéreo entre sus países. Se trata del primer acuerdo de estas características que se toma en el seno de la UE desde el cierre de las fronteras y, por lo tanto, de los vuelos internacionales. Motivado por la decisión de Johnson de establecer una cuarentena obligatoria de 14 días a quienes viajen a Reino Unido, los dos mandatarios introdujeron ayer una excepción: las personas que viajen entre este país y Francia en una u otra dirección no tendrán que someterse a ningún periodo de cuarentena. Francia reanuda hoy la actividad con la incógnita de cuántos alumnos irán a las escuelas mientras las tiendas levantan la persiana en Bélgica. 

Boris Johnson ha afirmado que todos aquellos que no puedan ejercer su profesión desde sus casas «deberían ser vigorosamente animados» a regresar a sus trabajos hoy, especialmente en la construcción y en la industria. El primer ministro adelantó también ayer que desde el miércoles la población podrá hacer ejercicio fuera de casa tantas veces como quiera, y practicar deportes con personas con las que cohabite en la misma vivienda. Alienta a volver hoy al trabajo a quienes no pueden hacerlo desde casa, pero los colegios y comercios no abrirán hasta junio.  «Millones de personas temen esta enfermedad y a la vez el efecto que esta forzosa inactividad tendrá en su manera de vivir». 

El miedo en Alemania a una recaída en la propagación de contagios se avivó ayer tras superar la tasa de reproducción del virus la barrera del 1, considerada por las autoridades políticas y sanitarias el límite para evitar la propagación de la enfermedad. El instituto oficial Robert Koch cifró en 1,1 la tasa que mide la media de contagios de los que es responsable una sola persona, casi tres semanas después de que comenzara la desescalada en Alemania con la apertura de los comercios. Mientras, en las calles se palpa la relajación ciudadana.

La ciudad de los casinos, cuya economía depende del turismo, simboliza el impacto brutal de la pandemia en el país. El 98% de los 60.000 afiliados al sindicato hostelero no tienen trabajo. Salas cerradas se han convertido en centros de reparto de comida. El concepto de normalidad en Las Vegas ya era discutible antes de la pandemia, pero la imagen de estos días roza lo surrealista. Todos los casinos de la ciudad están cerrados por orden del Estado. Los pocos hoteles que funcionan no ofrecen servicios y operan al 5% de su capacidad. La comida solo se sirve a domicilio. El aeropuerto está desierto. En el famoso Strip, familias de residentes pasean en bicicleta con los niños por el medio de la calzada. No hay música ni fuentes ni nada que anunciar. Es como si alguien hubiera dejado abandonado un enorme decorado, vacío y silencioso en medio del desierto.

Euskadi registra quince fallecimientos más, uno de ellos en Gipuzkoa, y los contagios descienden a 45. Euskadi se adentrará hoy en el territorio inexplorado de la fase 1 con unas cifras que reflejan el paulatino retroceso del Covid-19, lo que no significa que haya desaparecido el peligro. Los esporádicos repuntes que se registran, tanto en el número de fallecimientos como en el de contagios, son un recordatorio de que cualquier traspiés puede avivar la pandemia. Y también recuerdan que no todos los territorios vascos se enfrentan a la nueva etapa desde la misma posición.

Entrevista con Martín Guzmán, Ministro de Economía de Argentina. El ministro de Economía de Argentina ha querido subir las apuestas con los tenedores de bonos del país sugiriendo que su Gobierno estudiaría el impago de 65.000 millones de dólares de deuda exterior a menos que los inversores se abriesen a negociaciones para aliviar su carga financiera mientras hace frente a la pandemia de coronavirus. En declaraciones a Financial Times antes del vencimiento el pasado viernes de una oferta que implica una moratoria de tres años para el pago de la deuda, Martín Guzmán advirtió de que el Gobierno no aceptaría un acuerdo “basado en ilusiones y escenarios optimistas” porque preludiaría otra crisis de la deuda en el futuro. A la pregunta de si un impago era un precio demasiado grande a pagar para Argentina, Guzmán señala: “Todo camino plantea sacrificios.”