20200510

Ignacio Muñoz Calvo (San Sebastián, 1976), el CEO de Angulas Aguinaga, una de las firmas más señeras dentro del sector de la alimentación, ha vivido estos dos meses de pandemia rodeado de tensión y volatilidad. La compañía de Irura ha sorteado la tormenta, a pesar de una caída de ventas, sobre todo en el sector de la hostelería, y se ha conjurado para evitar el ERTE. «No está en nuestra cabeza», afirma Muñoz, que se declara «obsesionado» con «el día después». Su receta: no bajar la guardia en la inversión y apostar por la innovación. "Eso de ‘economía o salud’ es peligroso. Las empresas esenciales hemos demostrado, al menos Angulas Aguinaga, que podemos seguir produciendo manteniendo la seguridad de nuestros trabajadores". "Creo que tenemos que volver a la normalidad lo antes posible, garantizando siempre la salud. Estaremos todos de acuerdo en que la mejor manera de que la gente cobre el 100% de su sueldo y de no dejar a nadie atrás es trabajando". 

Entrevista con Rafael Sterling Director general de Irizar. Afronta esta crisis, que considera que será larga, con un sólido balance y prevé cambios en el mapa de agentes del sector. "Hay ciertas ideas que ya empiezan a asomar y que necesitan madurar. Creo que impactarán en muchos aspectos. El hecho de que haya muchos fabricantes que salgan debilitados de esta crisis posiblemente llevará a replanteamientos no sólo a nivel de canal de suministro, sino a nivel de colaboraciones o de planteamientos estratégicos". 

«Vamos a crear una nueva partida de 30 millones de euros en ayudas para autónomos y micropymes», anunció el lehendakari, Iñigo Urkullu, el 17 de abril, un día después de que se produjera el caos en la concesión de tres millones de euros en subvenciones por parte de Lanbide. Lo reducido del presupuesto, que apenas daba para 1.000 beneficiarios, junto con el sistema de adjudicación por orden de presentación, hizo que la web del organismo público se colapsara en la madrugada creando un gran malestar. En sólo ocho horas llegaron 10.000 solicitudes. Han pasado tres semanas desde entonces y todavía no hay noticias sobre cómo se van a articular esas ayudas, según denuncian las asociaciones vascas de autónomos, que urgen a habilitarlas con celeridad ya que es ahora cuando las necesitan.

Entrevista con Matxalen Acasuso, decana del colegio de arquitectos vasco navarro (COAVN). “Desde el colegio de arquitectos hemos remitido nuestras peticiones al lehendakari y a la presidenta del Gobierno de Navarra con copia a diferentes consejerías. También hemos hablado con Eraikune, el cluster de la construcción…Hay cuestiones clave y un anexo importantísimo, la agilización de las licencias y de todos los procesos administrativos. Tenemos que trabajar codo con codo para que los trámites sean mucho más rápidos, dando todas las garantías a los ciudadanos, al promotor... El que está detrás de un proyecto tiene que tener todas las garantías, pero sin abusar con los plazos. Los tiempos administrativos son eternos, tenemos una normativa complejísima, hay que pasar por cien mil filtros. Eso hay que agilizarlo”.

De los 161.000 empleados –comerciales, administrativos, responsables– que trabajan en los concesionarios, unos 64.000 profesionales seguirán en sus casas. Y lo harán a la espera de que la actividad vaya recuperando una normalidad que en ningún caso será como la que dejaron a mediados de marzo, cuando tuvieron que cerrar sus puertas. El sector prevé una ligera alza de matriculaciones por las reservas de marzo pero prevé un desplome del 45% este año. 

Entrevista con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. “No hay cambio de alianzas. Somos de izquierdas y hablamos con ERC”. “El PP y FAES se equivocan. No era el momento para acosar al Gobierno". "En la Comisión de la Reconstrucción queremos revisar la legislación sanitaria. No queremos recentralizar competencias, pero hay cuatro leyes estatales dispersas, algunas con más de 30 años, y queremos hacer una revisión. Hay que reforzar mucho las residencias de mayores, la privatización masiva en la Comunidad de Madrid es la que es. Nos gustaría poner el foco en el sistema nacional de salud". "Habrá una gran revisión de la política fiscal, claro. Ya lo veníamos diciendo. Hay áreas que no tributan, ya planteamos el nuevo impuesto relativo al mundo digital. También lo que tiene que ver con el pacto verde en Europa. Tenemos que buscar fuentes de financiación justas". 

"En definitiva, se trata de actuar con más contundencia aún para hacer frente a los costes transitorios de la pandemia, y así no adentrarse en una crisis de mayor gravedad de la que tenemos por delante. Y a la vez mostrarse responsable con respecto a compromisos permanentes, que tendrán que ser sufragados por nuestras arcas públicas, sin ayuda de otros. Sin duda, la línea divisoria entre ambas políticas es fina, y el dilema, complejo. Pero este es el debate de fondo que convendría afrontar en los foros políticos, apartándose de cuestiones accesorias. Y así abrir un horizonte de recuperación para nuestra economía".

Richard Sennett, Profesor en la London School of Economics y en el MIT, El pensador estadounidense es asesor de la ONU, donde elabora estrategias contra el calentamiento global. “Las ‘ciudades de 15 minutos’ no son, por desgracia, una opción para los núcleos urbanos de los países en vías de desarrollo”. "El liberalismo, como fuerza económica, ha debilitado nuestra red de salvación, lo que nos ayuda en caso de crisis. Ha convertido al Estado de bienestar en algo que no funciona. ¡El Estado nos está enseñando a hacer mascarillas porque no puede proveernos de ellas!". "Tendremos que cambiar la economía y decidir cómo supliremos la ausencia del Estado". 

Paul Romer, Premio Nobel y ex economista jefe del Banco Mundial. “La normalidad volverá si hacemos pruebas y aislamos a los infectados”. “EE UU debe gastar 100.000 millones de dólares al año para comprar test”. “Intentar llevar a cabo una vigilacia digital es una pérdida de tiempo”. "Aislamiento solo de los infectados, test masivos y 100.000 millones de dólares para financiarlos". Romer lleva desde marzo (con la ayuda de la Fundación Rockefeller) buscando a través de ecuaciones y econometría un modelo que permita convivir con el virus sin cerrar la economía. 

Sufrieron la crisis financiera de 2008 y ahora son de nuevo la parte más vulnerable de la sociedad ante la recesión que deja la pandemia. Las personas que ahora tienen entre 32 y 41 años presentan altas tasas de contratos temporales “El impacto será profundo porque parten de una situación vulnerable”, dice Davia Entre 2008 y 2016, este colectivo sufrió una reducción del 15% en el salario medio. 

El negocio del ‘fracking’ ha perdido 50.000 millones en siete años y el Covid-19 ha terminado de hundirlo. La incapacidad de las empresas que lo llevan a cabo para seguir pagando sus deudas amenaza al sector financiero. La demanda energética caerá este año un 6%, siete veces más que durante la crisis financiera de 2008. Con ello el precio del petróleo se ha hundido a los niveles más bajos de las últimas dos décadas y se ha desvanecido el espejismo del ‘fracking’ contra el que habían luchado los activistas durante más de una década. Gracias a esta técnica para la extracción de petróleo o gas natural mediante fracturación hidráulica, EE UU emergió milagrosamente como el mayor productor mundial durante el Gobierno de Barack Obama. Una tras otra, las plantas han cerrado y todo indica que las que reabran se encontrarán con un mercado muy distinto.

Hace semanas que las sociedades tiemblan por una crisis que ha hundido la actividad como nunca en la historia reciente. Pasada la alerta sanitaria, lo más complicado será decidir cómo y cuándo retirar las ayudas públicas. La destrucción de empleo equivale ya a cuatro años de Gran Depresión. En Europa, el golpe provocará distorsiones del mercado único. Un virus procedente de China se ha erigido como nuevo supervillano. En unos meses ha contagiado a casi cuatro millones de personas y ha matado a 300.000, algo solo imaginable en ficciones postapocalípticas, en 190 países. Ha colapsado los sistemas de salud y ha obligado a adoptar medidas extremas de distanciamiento social que han metido a la economía global en hibernación; en un coma inducido del que no sabemos cómo vamos a despertar.

Medidas «más garantistas con requisitos más restrictivos». Euskadi pasará a la fase 1 de la desescalada con pies de plomo. No porque las cifras no acompañen –la consejera de Salud, Nekane Murga, afirmó ayer que «estamos preparados»–, sino porque «hay mucho en juego». «Esto no ha acabado», añadió. Una de las medidas más esperadas de esta nueva flexibilización, que entrará en vigor mañana, era la movilidad entre municipios de la misma provincia. El Gobierno vasco podría haberla aprobado pero ha estimado que aún es pronto, así que por regla general, los ciudadanos deberán permanecer en su población.

Entrevista con Andoni Ortuzar Presidente del EBB del PNV. REPROCHE. «Lo que pasa es que Sánchez se ha montado en el tren del mando único y le ha gustado». CRÍTICAS. «El Gobierno cae en las garras de esos altos funcionarios que ven la vida solo desde Madrid». DIÁLOGO DE URKULLU. «De forma periódica está con los tres diputados generales. ¿Que son del PNV? Bueno, ganamos las elecciones». El dirigente jeltzale advierte al presidente de que cometería «un error» si intentase hacer de Ciudadanos un socio «estable». 

Idoia Mendia, secretaria general del Pse. "Siempre he defendido que el autogobierno era compatible con el estado de alarma y al final es lo que se acordó. No quiero hablar por el PNV porque les corresponde a ellos, pero lo cierto es que sobre el estado de alarma he visto más contenido al partido que al lehendakari. El estado de alarma y el mando único es una forma de luchar contra una pandemia que nos ha afectado a todos. Y a todos no es solo a las comunidades autónomas que conforman España, sino también a Francia, Portugal, Italia... Es una pandemia global y todos tenemos que colaborar con todos. Fue una medida buena el mando único y, además, es la que se ha mostrado como más eficaz". 

España, un país todavía confinado que suma más de 26.000 muertos por coronavirus, mira con una mezcla de envidia y perplejidad a los vecinos del oeste. Portugal no ha impuesto en ningún momento cuarentena obligatoria para la población general —era un deber cívico—, no ha parado su economía —aunque sí ha cerrado restaurantes y comercios— y, a pesar de todo, acumula algo más de un millar de fallecidos con una cuarta parte de la población. En otras palabras: cinco veces menos casos por habitante. Los expertos consideran clave la anticipación en la actuación.