20200416

El Gobierno vasco ha puesto en marcha una estrategia de presión sobre el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez –no es la primera peripecia de este tipo y probablemente no será la última– para que la Administración central asuma una parte del riesgo en los créditos que se conceden en Euskadi a pymes y autónomos. El Gobierno vasco lanzó una línea de 525 millones de euros en avales y no sólo está agotada, sino ampliamente superada. Hay ya 9.200 peticiones para estos avales, que suman un total de 1.450 millones de demanda de crédito, lo que triplica la oferta. Y 200 millones, casi el 40%, ya están adjudicados. El Gobierno vasco lanzó estos avales en condiciones muy ventajosas, con tipo de interés cero –está subvencionado–, con unos costes de formalización marginales y la amortización a cinco años. Un arma magnífica para combatir el bache de ausencia de ingresos que afecta a la mayor parte de pymes y autónomos en Euskadi desde la declaración del estado de alarma, pero que se quedo muy corta en su ‘capacidad de fuego’.

Elkargi, que canaliza la línea de 500 millones, ha dado luz verde a avalar 200 sobre una demanda que casi triplica la cantidad disponible. La línea de créditos blandos que gestiona la SGR ya ha recibido más de 9.000 solicitudes. Las pequeñas y medianas empresas que han entrado en crisis por la declaración del estado de alarma podrán solicitar desde hoy las ayudas aprobadas por el Gobierno Vasco para el mantenimiento de su actividad. El Ejecutivo pone en marcha el programa denominado Bideratu Covid-19, dotado con 20 millones de euros, no ampliables –las peticiones se atenderán en orden de llegada– y destinado a la reestructuración y relanzamiento de empresas en crisis.

Las empresas del sector del Metal de Bizkaia prevén una recuperación de su actividad bastante rápida, ya que el 57,3% de ellas estiman que a lo largo del próximo mes de mayo su nivel de funcionamiento esté ya por encima del 51%. Es más, casi una cuarta parte (el 23,3%) cree que su actividad se situará entre el 76% y el 100%. Por contra, para el 31,6% aún no se llegará al 50% e incluso un 10,7% indica que su operativa dentro de un mes todavía se situará por debajo del 25%. Eso es al menos lo que se desprende de una encuesta que la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) ha realizado entre sus asociados. Un dato llamativo que revela la encuesta es que solo un 4% de las compañías que han participado en ella –lo que se traduce en ocho empresas– declaran haber sufrido «mucha» presión sindical a la hora de recuperar la actividad, mientras que el 56% indica que «ninguna» y el 40% restante, que «poca». 

La siderurgia supone el 6,5% del PIB vasco. Si este sector tose, el resto de la economía se resfría. Y está tosiendo mucho. Arcelor Mittal ha planteado un ERTE que afecta a las plantas vascas, si bien Sidenor ya ha retomado la actividad. Asier San Millán, director de Siderex, el clúster vasco de esta industria, explica que 2020 iba a ser el año de la recuperación, tras un 2019 «revuelto», pero admite que la situación ha cambiado y que la pandemia obliga a afrontar meses «complicados». «Las inversiones públicas y privadas van a caer, así que habrá más competencia para hacerse con los contratos». «Las plantillas están bastante equilibradas, así que en principio no esperamos una gran pérdida de empleos». 

La dirección y el comité de empresa de Tubacex volvieron a reunirse ayer para abordar el expediente de regulación temporal de empleo que plantea la compañía siderúrgica para los trabajadores de sus plantas de Llodio y Amurrio. Este ERTE, según fuentes sindicales, se plantea para seis meses, del 4 de mayo al 3 de noviembre, y con un impacto en la jornada que podría ser desde el 33% hasta el 60%. Los complementos salariales podrían llegar al 82%. Este expediente afectaría a la práctica totalidad de trabajadores de ambas factorías –unos 600–, salvo mandos intermedios y eventuales, apuntan los sindicatos. La compañía, que volverá a reunirse mañana con el comité, confirmó que el consejo de administración y los directivos también se reducirán sus sueldos en un 30%.

El Departamento de Trabajo del Gobierno vasco dio ayer el visto bueno al ERE de extinción, por motivos económicos, para los 141 trabajadores de Araluce. Así lo recoge el informe solicitado por el magistrado del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Bilbao, que señala que el periodo de consultas se realizó correctamente y que no aprecia ningún fallo en la documentación presentada. La decisión de autorizar o no el ERE está en manos del juez, que la dará a conocer tras un periodo de alegaciones de cinco días.

Global Dominion va a poner en marcha un proceso de fusión por absorción de varias filiales para reordenar y simplificar su estructura societaria y su negocio, con el fin de concentrar toda la potencia y las referencias del grupo en la cabecera. La próxima junta de accionistas -convocada para el 6 de mayo en la sede social de la empresa, en Bilbao- aprobará la absorción por parte de Global Dominion Access de las compañías Dominion Smart Solutions, dedicada a grandes proyectos integrales; Beroa Thermal Energy, especializada en el ámbito energético; Visual Recycling, que utiliza la inteligencia artificial para interpretar imágenes de vídeo y trabaja, entre otros, para el sector ferroviario; Dominion West Africa; la firma de dispositivos de telecomunicaciones Eci Telecom Ibérica; y Wind Recycling, dedicada a mantenimiento de parques eólicos.

Como el máximo a pedir es de 3.000 euros, puede que solo alcance a un total de 1.000 personas. Las ayudas son escasas y, además, muy restringidas. Así, solo pueden beneficiarse aquellos autónomos «cuyas actividades hayan quedado suspendidas a consecuencia de la declaración del estado de alarma» y hayan obtenido, o al menos pedido, la prestación por cese de actividad. Sería el caso, por ejemplo, de los que tengan un bar o una peluquería cerrados por decreto. Pero se deja fuera a los que el Gobierno central les reconoce la prestación extraordinaria si demuestran una caída de facturación del 75%. También hay que ser arrendatario de un local.

a crisis del coronavirus está provocando que los países incrementen el gasto público para mejorar la capacidad de sus sistemas sanitarios y mitigar las consecuencias económicas y sociales del cierre de la actividad en muchos sectores, lo que va a implicar también menores ingresos impositivos. El resultado de todo ello será un incremento del déficit público y de la deuda. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha realizado sus primeros cálculos, que revelan que casi todos los países deteriorarán sus cuentas públicas durante este ejercicio. En el caso de España estima que el déficit público llegará al 9,5% este año (desde el entorno del 2,6% de 2019), lo que sería la cifra más elevada desde 2012 (10,7%).

El presidente habría cedido al empeño del vicepresidente de acelerar esta ayuda pese a las reticencias de buena parte de los ministros. Todo parece indicar que España contará con una renta mínima vital a lo largo del próximo mes de mayo. La crisis del coronavirus ha acelerado su implantación. Y las desavenencias mostradas públicamente por varios miembros del Gobierno también habrían anticipado el proceso ante la insistencia del vicepresidente, Pablo Iglesias, de poner en marcha el proyecto cuanto antes a pesar de las dudas generadas entre parte de los ministros de Pedro Sánchez.

Al igual que ocurre con el descenso previsto del PIB, la verticalidad de la caída de los ingresos no tiene precedentes en la democracia española. De cumplirse, la pérdida de 40.000 millones equivaldría a una caída de la recaudación del 18,8% sobre las cifras de 2019. El mayor batacazo hasta la fecha se había dado en 2009, cuando la anterior crisis supuso una rebaja de la recaudación del 17% (29.430 millones menos) que superó el retroceso ya registrado en 2008, del 13,6% (27.223 millones), tras los máximos alcanzados en 2007, año de culminación del boom económico. En paralelo a este efecto, los economistas recuerdan que el Gobierno ha anunciado la movilización de más de 120.000 millones de euros públicos.

La ministra de Trabajo se mantiene firme ante el PNV e insiste en utilizar los fondos destinados a la Formación Profesional para garantizar prestaciones sociales ante la crisis. El Gobierno de Pedro Sánchez no parece muy dispuesto a cambiar de criterio sobre la gestión de las aportaciones de las cuotas que tra­bajadores y empresas aportan pa­ra la Formación Profesional y la ministra de Trabajo Yolanda Díaz se lo trasladó con crudeza al dipu­tado del PNV lñigo Barandiarán. «Hemos elegido dar de comer a la gente, dar prestaciones por de­sempleo», recalcó Díaz ayer se­gundos después de que el parón económico ya está provocando que “se nos está cayendo el em­pleo». 

Los precios se desplomaron el pasado mes de marzo después de que el día 14 se decretara el estado de alarma y se redujeran al mínimo la movilidad y el consumo. Así, el índice de precios al consumo (IPC) se sitúa en el 0%, siete décimas por debajo de febrero (0,7%) y marca la tasa más baja en casi cuatro años, según los datos publicados ayer por el INE. La caída se debió principalmente al descenso de los precios de los carburantes y combustibles (-2,4% frente al alza del 1,8% de febrero), en un momento en el que el transporte ha quedado reducido a la mínima expresión por el confinamiento de la población. Así, el IPC marca su tasa más baja desde agosto de 2016 y supone que los precios son hoy exactamente iguales que en marzo del año pasado.

El mayor recorte artificial en la oferta global de crudo de la historia no basta para contener el huracán en el que está instalada la madre de todas las industrias extractivas. El coronavirus ha provocado ya un recorte de la demanda de casi un 30%. Un desplome sin parangón que ha llevado al mercado petrolero al que ya es, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el “peor año de su historia”. Tres meses y medio desde el inicio del ejercicio son suficientes para que el brazo de análisis de la OCDE alerte ya del riesgo de que el sector pueda borrar de un plumazo todo el crecimiento acumulado en la última década. Con la demanda en niveles de hace un cuarto de siglo y los tanques a rebosar simplemente “no hay ningún acuerdo de recorte de la producción suficiente para paliar una caída de la demanda como esta”.

La Administración de Donald Trump llegó a un acuerdo con las principales líneas aéreas estadounidenses para lanzar un mecanismo de rescate económico al sector. El pacto, anunciado en la madrugada de ayer, pretende evitar quiebras y despidos masivos en un sector que emplea a más de 750.000 personas. Desde que se declaró la pandemia de coronavirus, el número de pasajeros en las aerolíneas ha caído más de un 96% y las empresas se han visto forzadas a cancelar más del 70% de los vuelos. La IATA, la asociación internacional de transporte aéreo, cifra en más de 286.000 millones de euros las pérdidas de la industria a nivel global. La crisis afectará a decenas de miles de empleados en todo el mundo.

Alemania tratará de recuperar paulatinamenta la normalidad a partir de la semana próxima. Entonces, y bajo una serie de condiciones higiénicas, podrá reabrir una gran parte del comercio, mientras el curso escolar se reiniciará el próximo 4 de mayo de manera escalonada. Se mantienen sin embargo las restricciones de contactos sociales y la obligación de mantener una distancia mínima de metro y medio frente a otras personas. Las autoridades alemanas urgen además al uso de mascarillas en el transporte público y a la hora de hacer compras. La obligatoriedad de la distancia de seguridad seguirá hasta el próximo día 3 y estadios, cines y eventos no funcionarán antes del 31 de agosto. 

En la actualidad, Osakidetza realiza en Euskadi alrededor de 1.500 pruebas diarias para la detección de la enfermedad, mientras que con la nueva técnica podría llegarse a las 10.000, usando los equipos de análisis disponibles en la UPV y varios centros tecnológicos. Se alcanzaría así el que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), constituye uno de los requisitos para frenar la pandemia: la realización masiva de test para determinar el avance real del coronavirus entre la población y contener posibles focos.