20200405

El Gobierno vasco puso ayer sobre la mesa datos para justificar sus esfuerzos para mantener al menos una actividad mínima en la industria vasca. El Ejecutivo prevé un auténtico hundimiento de la economía este año y una recuperación intensa en 2021 que, pese a ser vigorosa, no conseguiría paliar el daño que se va a generar en 2020. Tendremos que esperar al menos hasta 2022 para volver a la casilla de salida. En resumen, aumento acelerado del desempleo en los próximos meses, caída no menos intensa de los ingresos públicos por la vía de impuestos, frente a un aumento también importante del gasto público para atender los gastos sanitarios directos generados por la pandemia del coronavirus y también las ayudas a los ciudadanos y pymes. El consejero de Hacienda del Ejecutivo vasco, Pedro Azpiazu, reconoció ayer que las previsiones apuntan a un hundimiento del PIB vasco este año del 3,6%, para afrontar 2021 con un marcado optimismo que permitiría entonces un crecimiento del 2,6%. La tasa de desempleo, que debía cerrar este año en torno al 9% se disparará al 11,4%. Un panorama casi desolador.

Es la primera vez que el grupo aplica un ERTE general para todas sus actividades en España y el presidente se baja el sueldo un 50%. El grupo Gestamp, uno de los mayores fabricantes de componentes de automoción –que tiene 112 plantas productivas, repartidas por 23 países y que da empleo directo a más de 43.000 personas en todo el mundo– está inmerso en la aplicación de un plan de acción para trata de mitigar las consecuencias del parón económico y reconoce que incluye «medidas drásticas». Así, el presidente de Gestamp, Francisco Riberas, en una carta abierta a los empleados, recogida por Europa Press, especifica que ante la coyuntura actual, Gestamp está implementando un «plan de acción inmediato» con el objetivo de preservar las operaciones y las relaciones con los clientes, al tiempo que señaló que están preparados para continuar con el proyecto «cuando se normalice el mercado».

El presidente del Gobierno descartó ayer que pueda producirse una prórroga del parón empresarial que el Gobierno decretó el pasado domingo, con la restricción de actividad a las empresas no esenciales y con un periodo de permiso retribuido para los trabajadores afectados. Pedro Sánchez aseguró que, con los datos que tiene en estos momentos en las manos, no hay previsión alguna para prorrogar ese periodo de cerrojazo industrial. El reinicio de las actividades, sin embargo, deberá respetar aún las máximas condiciones de seguridad, con equipos de protección y distancias adecuadas entre los empleados, para evitar así que la curva de nuevos contagios vuelva a crecer.

Algunas pymes y grandes firmas reabren parcialmente para afrontar compromisos con clientes extranjeros. En Tubacex, se toma la temperatura a los pocos que trabajan en Llodio. “Hacemos cuatro horas semanales”, dicen dos empleados de Sidenor. En el polígono industrial de Júndiz, en Vitoria, el ruido de las máquinas, coches y personas ha dado paso al silencio más absoluto. La paralización de la actividad es casi total en el polígono más grande de Euskadi, salvo en la zona del transporte por carretera. Además de la planta de Mercedes Benz, que envió a casa a 4.900 de sus 5.000 trabajadores con un ERTE hasta al menos mediados de abril, el resto del medio millar de empresas de Júndiz han bajado la persiana. Álava es la provincia española en la que la industria tiene más peso en el PIB, más del 33%. En el País Vasco hay ya 148.295 trabajadores afectados en unos 21.000 ERTE, según la patronal.

Ocho ejemplos de cómo afrontan la industria y la construcción un cese de actividad que finalmente se levantará el día 9. Varias empresas relatan el efecto que ha tenido sobre su actividad, el parón decretado por el gobierno de Pedro Sánchez y cómo prevén reaccionar tras el levantamiento de esa medida. «Tenemos cinco obras paradas». «Hemos perdido varios clientes». «Nos han aplazado un proyecto grande por la incertidumbre»«Si podemos volver el día 14 será un alivio»...

Los planes del Gobierno esconden un marasmo de requisitos que desconocen los posibles beneficiarios. La exención de cuotas diferencia en los plazos entre las pymes (de abril a junio) y los autónomos (de mayo a julio). En apenas tres semanas, el Gobierno ha elaborado una batería de propuestas tan extensa como compleja en la práctica. Los decretos con ayudas económicas y sociales incluyen toda una serie de obligaciones.

El estado de alarma se mantendrá hasta el próximo mes aunque entonces tendrá medidas menos restrictivas. El Gobierno cree que la pandemia tiende a la baja, pero apuesta por moverse con extrema prudencia. El presidente del Gobierno explicó ayer que el confinamiento se alargará en las mismas condiciones que ahora hasta el 26 de abril. Después habrá una tercera prórroga con condiciones más laxas para la vida cotidiana, aunque evitó concretar cómo se materializará esa flexibilización. También ofreció a todas las fuerzas políticas, sindicatos y empresarios la reedición de los Pactos de La Moncloa, firmados hace 43 años, para relanzar la economía y salvar al país de la catástrofe. Pero no solo eso. En una comparecencia sabatina que empieza a convertirse en habitual para explicar los pasos que va dando su Gobierno, apeló a la necesidad de poner en marcha a nivel europeo un ‘plan Marshall’ para reconstruir la economía y superar «la gran crisis de nuestras vidas».

Entrevista con Nadia Calviño, Vicepresidenta tercera y ministra de Economía. “No podemos volver a la normalidad de 0 a 100”. “Ha sido prioritario garantizar la liquidez a la economía”. “Hemos facilitado flexibilidad a las empresas para evitar despidos”. Calviño pide una respuesta coordinada desde Europa para afrontar el shock. Defiende las últimas medidas aprobadas para tratar de que nadie se quede atrás, pero no se atreve a pronosticar cuánto durará está crisis.

Los países europeos y las grandes potencias enfocan de manera distinta la figura de los ERTE. España, Polémico veto a los despidos. Alemania usa el ‘Kurzarbeit’ (trabajo recortado), una reducción drástica de la semana laboral en la que la Agencia de Empleo compensa la parte del salario que deja de pagar la empresa para evitar despidos. La ayuda pública supone hasta un 60% del salario, que aumenta al 67% si el trabajador tiene hijos. El Gobierno británico pagará el 80% del salario, hasta 2.700 euros, de los empleados a los que empresas den una baja temporal como consecuencia de problemas de liquidez. Las compañías pagarán los salarios, con las correspondientes deducciones de impuestos y de contribuciones a la Seguridad Social, y Hacienda les reembolsará el importe. En Italia, se abrió la puerta a que las empresas afectadas realicen expedientes de regulación de empleo temporales. Sus trabajadores reciben así el 80% de su sueldo ordinario, que es aportado por el Estado, durante un período máximo de nueve semanas. A los autónomos el Ejecutivo les ofreció un bono de 600 euros del que no puede beneficiarse quien ya reciba algún tipo de pensión ni tampoco los médicos, arquitectos, ingenieros y periodistas.

La magnitud y rapidez de la crisis suponen un auténtico reto para Estados Unidos, que posee un sistema de protección público más débil que la media europea. Muchos de los que pierden su empleo se quedan también sin seguro médico. Las familias más golpeadas son las que tienen menores ingresos anuales. 

El paro en China ha crecido como consecuencia del coronavirus. En las ciudades ha aumentado un punto para situarse en el 6,2%, un máximo histórico. Se estima que entre enero y febrero se destruyeron 4,67 millones de empleos, una cifra que continuará aumentando debido a la crisis económica que amenaza ahora al mundo entero. La recuperación de la actividad empresarial y las ayudas aprobadas por el Gobierno para mantener a flote la economía están facilitando que las empresas esquiven los ERTE.

El cese temporal de la actividad coincide además con la Semana Santa, uno de los momentos más relevantes para el sector. «Hasta el 15 de mayo no creo que se recupere la normalidad y luego a ver qué cicatriz deja esto en la forma de consumir». «La cuota de autónomos y la Seguridad Social ha llegado como una segadora y aún no tenemos noticias del ERTE». «La pérdida no es solo económica, también de formación del equipo, porque Semana Santa es nuestra pretemporada». «Un hotel no se llena de un día para otro y recuperar la confianza de japoneses, australianos o americanos va a ser muy difícil». 

Ortuzar ve un cambio en Sánchez, que ayer informó al PNV de la prórroga del estado de alarma antes de su rueda de prensa, aunque desconoce aún el texto concreto. pide que siga el diálogo y aclara que no habrá "actos de fe". Sí valora que cese el cierre de empresas: “"Que la industria retome la actividad era nuestra posición de salida, y Sánchez se ha dado cuenta de que lo que decía el PNV era razonable". "El PSE en su fuero íntimo comparte nuestra posición, pero no lo puede expresar así porque le debe lealtad a Pedro Sánchez".

La consejera Artolazabal alerta de "situaciones personales muy difíciles" a causa del parón por el coronavirus más allá de los datos oficiales de empleo. "La previsión era crear 11.500 empleos este año, pero se van a destruir 17.000. Sumados son 28.500 empleos menos". "Ahora hay que apostar por la formación, es un error que el Gobierno de Sánchez desvíe dinero para pagar el paro". "Vamos a crear un fondo con diez millones para personas vulnerables y las AES se incrementan en 16 millones".

El cambio de tendencia que viene detectando el Departamento de Salud del Gobierno vasco durante los últimos días se está consolidando y la propagación del virus pierde fuerza en Euskadi. Ese es el mensaje que transmitió ayer Mikel Sánchez, director de Planificación de Osakidetza. Uno de los aspectos más esperanzadores que quiso destacar es que el número de personas que supera la enfermedad es «cada vez mayor», ya que la suma de recuperados y el total de altas es ya de 3.098 pacientes. 

Entrevista con Nekane Murga Consejera de Salud de Gobierno vasco. La responsable de Salud asume que los contagios en Euskadi pueden ser el doble de los detectados pero es optimista. «Tendremos vacaciones de verano. Las merecemos». «El riesgo de contagio se mantendrá hasta que un porcentaje de la población no esté inmunizada». TRAS ELCONFINAMIENTO. «En el futuro habrá que cuidar los aforos en los sitios públicos que impliquen distancias cortas prolongadas». FALTA DE BATAS. «No me gusta ver a sanitarios con bolsas de basura pero actuamos acorde a los materiales que teníamos». FALTA DE MATERIAL EN MARZO. «Teníamos pedidos confirmados y pagados y no nos llegaban». MEDIDAS DE PROTECCIÓN. «No uso mascarilla en mi día a día. ¿Que Pedro Sánchez la utiliza? Tendrá coronavirus». 

En la clínica IMQ Zorrozaurre, el habitual estruendo de los aplausos de las ocho de la tarde al personal sanitario acabó dando paso ayer al más triste de los silencios. El que no puede significar otra cosa que una despedida. Decenas de trabajadores se reunieron en la entrada de Urgencias para recordar a su compañera Laura, la auxiliar de enfermería que falleció en la noche del viernes en Cruces tras haber sufrido un ictus y dado positivo en coronavirus posteriormente. Al homenaje tampoco faltaron ambulancias, policías, ertzainas, guardias civiles y bomberos, estos últimos encargados de rescatar a la víctima cuando se desplomó en su casa por un infarto cerebral.

Poco a poco se aprecia que la hora más oscura ha podido pasar y la temida curva de letalidad empieza a aplanarse. Ayer, el Ministerio de Sanidad anunció 809 nuevas muertes por coronavirus en las últimas 24 horas (ya suman 11.744), la cifra más baja registrada en la última semana y más esperanzadora que la ofrecida el pasado jueves, cuando se alcanzó el máximo con 950 fallecidos. Esto supone una desaceleración del ritmo de decesos hasta un 7% diario. Hace siete días, la mortalidad crecía cada jornada un 11%.