La Empresa vasca ante la Covid 19 y su prevención

Por Amaia López IriondoResponsable de Seguridad y Salud Laboral, Medioambiente y Asuntos Sociales de Confebask

amaia López iriondo

Amaia López Iriondo, de Confebask

2020-07-29

Desde el mes de marzo, la sociedad vasca, por primera vez en 100 años desde la gripe española, se encuentra inmersa en combatir y convivir con una Pandemia. Hemos sido muy afortunados hasta ahora, a diferencia de países situados en otros continentes, como el africano o el asiático, que vienen coexistiendo con epidemias y brotes epidémicos de forma regular. Nuestro sistema de bienestar nos ha ayudado mucho a mejorar, entre otras cuestiones, las condiciones higiénico-sanitarias y nutricionales de nuestra sociedad en este último siglo. Circunstancia que nos ha permitido reducir enormemente los brotes epidémicos y erradicar enfermedades, tales como la viruela. 

Ahora, sin embargo, por primera vez en el mundo entero, al unísono, nos encontramos ante una pandemia mundial, y para que se declare se tienen que cumplir dos criterios: que el brote epidémico afecte a más de un continente y que los casos de cada país ya no sean importados sino provocados por trasmisión comunitaria. Cosa que ha sucedido. Un hecho histórico, disruptivo y excepcional que requiere, por lo tanto, de medidas excepcionales. Y, ante todo, necesita del compromiso de todo el mundo sin excepción alguna. Todos y cada uno de nosotros debemos y podemos aportar nuestro grano de arena. El propio Director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha apelado a la responsabilidad común. Y lo mismo sucede con los especialistas que piden encarecidamente la implicación de todo el mundo.

Pandemias como ésta volverán a repetirse, probablemente, de forma más recurrente o en espacios de tiempo más cortos. Esto nos debe hacer pensar que necesitamos transformar la visión que nuestra sociedad tiene con respecto a su salud y su cuidado, así como con respecto al sistema sanitario y a nuestro compromiso con la salud laboral.

No podemos seguir centrando los debates, única y exclusivamente, en buscar “culpables” o responsables legales, especialmente en una situación que sobrepasa a todo el mundo y afecta a todos los ámbitos de la sociedad.

Esto no es solo una crisis de salud, es una crisis de todos los sectores y ámbitos de la vida, por lo que cada sector y cada persona deben participar en su mitigación.

Necesitamos centrar el debate en buscar soluciones eficaces, útiles y claras, también, en la sociedad, así como en los centros de trabajo. Necesitamos centrar el debate, tanto en las empresas, como a nivel institucional entre los agentes sociales y el Gobierno en buscar soluciones eficaces desde la colaboración constructiva. Ahora más que nunca necesitamos construir País y tejido empresarial en el contexto de la “nueva normalidad”.   

 

Las empresas de Euskadi y sus desafíos en Prevención frente a la COVID 19

Las empresas de Euskadi llevan meses tratando de mantener un equilibrio adecuado que permita proteger la salud de sus plantillas y sostener al mismo tiempo su actividad productiva, sorteando las interrupciones económicas a las que se han visto abocadas debido a la pandemia.

En materia de prevención frente a la COVID 19 las empresas han tenido que ir enfrentándose día a día a numerosos desafíos, y siguen haciéndolo, tales como:

  • La necesidad de disponer de recursos materiales frente al COVID19 de forma generalizada y no haber suficientes para todos, ha provocado en los momentos más críticos de la enfermedad, momentos especialmente duros de gestionar, particularmente, en el ámbito sociosanitario y servicios esenciales.

 

  • Constantes cambios en normativa preventivo-sanitaria. Cabe señalar, especialmente la profusión y modificación continua de los protocolos sanitarios, que ha generado incertidumbre jurídica y numerosas dudas técnicas para la adaptación de los puestos de trabajo.

 

  • El teletrabajo, forma de trabajo poco extendida aún, que se ha tenido que aplicar de forma generalizada ante el confinamiento forzoso. Circunstancia que ha exigido a las empresas adecuar su modelo organizativo y preventivo.

 

  • El miedo, la angustia, el cansancio físico y mental que una pandemia de estas características genera de forma global en la gente y, en particular, entre las personas que conformamos las organizaciones.

 

Asimismo, dura ha sido y está siendo la labor de los técnicos de prevención de las empresas a la hora de planificar, prever e implementar las medidas preventivas ante el virus para poder mantener los entornos seguros en las empresas y, además, paralelamente, continuar haciendo prevención de riesgos laborales. Dura ha sido, y está siendo aún, la labor de los responsables de las empresas a la hora de gestionar los Ertes y sus consecuencias a corto, medio y largo plazo, así como la de los dirigentes definiendo estrategias para la viabilidad de la empresa en los próximos meses.

Todo esto se ha hecho a marchas forzadas porque las circunstancias lo han exigido, aplicando medidas excepcionales de forma incesante y, a menudo, en soledad.

Ahora más que nunca las empresas necesitan en este “nuevo contexto de normalidad” apoyo en mayúsculas. Necesitan que les ayudemos a aplicar los protocolos sanitarios frente a la COVID19 con seguridad jurídica, es decir, regulando la materia con la rigurosidad que exige y de forma pausada y ordenada (evitando en todo caso cambios repentinos que dan lugar a confusión y equívocos). Ahora más que nunca necesitan del apoyo de las instituciones y los agentes sociales en la búsqueda de soluciones constructivas de cara a reflotar la actividad económica de las empresas en condiciones seguras y con las garantías necesarias para generar la confianza de las personas que las conformamos. 

Y, ante todo, necesitamos que todos en nuestra condición de personas trabajadoras y empleadoras nos comprometamos ahora más que nunca con el cuidado de nuestra salud y cumplamos en los centros de trabajo los protocolos sanitarios que se nos marcan desde las instituciones sanitarias.  

Nos estamos jugando la viabilidad del sistema económico y de bienestar social de Euskadi. Intentemos, pues, desde la escucha activa, el acercamiento de posiciones y el compromiso mutuo encontrar y aplicar las soluciones más eficaces para que las empresas de Euskadi y las personas trabajadoras podamos salir más reforzadas. Aprendamos de los errores pasados y miremos al futuro con esperanza.