Accidentes laborales: no bajar la guardia

(Por Amaia López Iriondo, del Departamento de Salud y Seguridad Laboral de Confebask)

2016-09-13

Durante las últimas semanas, nos hemos despertado con noticias que sugieren un aumento de los accidentes laborales. Esto nos obliga a preguntarnos si realmente  es así, y si la trayectoria registrada en los últimos años indica una tendencia ascendente o descendente. 

Dicho esto, recurrimos a las estadísticas de accidentabilidad laboral en Euskadi elaboradas por Osalan (Instituto vasco de Seguridad y Salud Laborales), que son las únicas oficiales en Euskadi.

Si acudimos a las tablas que disponemos hasta el mes de agosto de 2016 bajo el mencionado aumento observamos dos cosas: primero, que tanto los accidentes graves como los mortales ocurridos en jornada de trabajo, lejos de aumentar, disminuyen en comparación con el año anterior: un 13,2% en el caso de los siniestros graves, y un 25% en el de los mortales. Y lo hacen a pesar de que ahora hay más actividad económica y por lo tanto, más personas trabajando. En concreto, hasta el mes de agosto, en jornada de trabajo, se han registrado un total de 92 accidentes graves y 15 mortales.

Segundo, que los accidentes leves en jornada de trabajo hasta el mes de agosto sí han aumentado un 10,3%: en total, 18.593 siniestros.  

Y es precisamente esta última estadística referida a los accidentes leves la que ha provocado que el índice de incidencia general  en los primeros ocho meses del año aumente ligeramente con respecto al ejercicio anterior.

Sin embargo, no parece que nos encontremos ante un cambio de ciclo o tendencia de la accidentabilidad laboral en Euskadi, porque el indicador general se mueve en términos similares: casi 25 accidentes totales por cada mil trabajadores hasta el mes de agosto durante este año, frente a los 23 del mismo periodo del año anterior.

Descenso prolongado de la accidentabilidad laboral

De hecho,  si hacemos un análisis más prolongado en tiempo y abrimos el ‘foco’  de la estadística a los últimos 15 años nos damos cuenta que el número de accidentes laborales por cada mil trabajadores ha descendido a la mitad.

Según las cifras aportadas por Osalan (únicas oficiales), si en el año 2000 el índice de incidencia de accidentes laborales por cada 1.000 trabajadores era de casi 80 casos (77,96), en 2015 han sido de 36 (36,15): lo dicho, menos de  la mitad.

Incidencia (periodo 2000-2015)

 

Y si el número de accidentes mortales en jornada de trabajo fue de 85 en el año 2000, 15 años después se han registrado 28, un 68% menos.

Nº Accidentes Mortales (periodo 2000-2015)

 

Lo mismo ha sucedido con el número de accidentes graves que han pasado de ser 471 en el año 2000, a 153 en el año 2015, una disminución del 67%. En cuanto a los accidentes leves, se puede decir otro tanto de lo mismo: en el año 2000 se superó la cifra de 50.000; quince años después, en 2015, se registraron 26.460, un 47% menos.

Nº Accidentes Graves (periodo 2000-2015)

No podemos bajar la guardia

Estamos viviendo un momento en el que la sociedad, en general, y los empresarios y trabajadores, en particular, han ido asumiendo la importancia de la prevención. Y las cifras lo  demuestran.  

Es verdad que puntualmente hay momentos en los que se da un repunte, o bien ocasionalmente, se concentran dos o tres accidentes de trabajo en cuestión de días. Estas situaciones impactan en la sociedad dado que cada accidente laboral, y especialmente cada muerte en el trabajo, es una tragedia irreparable. Y nos debe hacer reflexionar sobre las políticas, medidas y conductas preventivas que desde nuestras posiciones respectivas estamos ejerciendo.

Nada es perfecto, pero la mejora es evidente. Algo parecido sucede con los accidentes de tráfico. Nada puede evitar que un verano concreto dos o tres accidentes especialmente graves generen alarma en la opinión pública y disparen las estadísticas, pero echando la vista atrás 25 años, creo que todos estaremos de acuerdo en que hoy hay muchos menos accidentes de circulación que entonces.

De la misma forma, la accidentabilidad laboral en Euskadi ha experimentado una espectacular reducción en los últimos quince años. No es fruto de la casualidad sino más bien consecuencia de que los empresarios y los trabajadores se han tomado en serio la prevención de riesgos laborales.

No obstante, tenemos que seguir trabajando para no bajar la guardia ya que somos conscientes de que cada accidente laboral, y especialmente cada muerte en el trabajo  es intolerable.  De ahí la necesidad de seguir apoyando políticas de Seguridad y Salud dirigidas a facilitar ese esfuerzo colectivo de empresarios y trabajadores para reducir aún más la cifra de accidentes. Y en eso estamos.