Industria 4.0 y mercado laboral en Euskadi: riesgos y oportunidades

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La industria es clave en nuestro país, así que la ‘cuarta revolución industrial’ ya en marcha incidirá en nuestra forma de vivir y trabajar de lleno, inevitablemente.

Se trata de una ‘nueva industria’ en la que se aplica el  ‘internet de las cosas’ a la máquina productiva y en donde la inteligencia artificial, la robótica, la nano y biotecnología, la ‘big data’, las impresoras 3D …son realidades palpables. Esta nueva forma de producir implica perfiles profesionales  muy diferentes a los que hemos estado acostumbrados hasta ahora. El mercado laboral va a cambiar, si no lo está haciendo ya, radicalmente.

El fundador de Davos, Klaus Schawb, lo advierte muy bien en su último libro ‘La cuarta revolución industrial’: ‘desde la perspectiva de la historia de la humanidad nunca ha habido un tiempo de tantas oportunidades como el actual, y a la vez de tanto peligro.’

De una parte, y según un informe del Foro de Davos, la ‘cuarta revolución industrial’ podría  destruir un buen número de empleos ‘tradicionales’ en los 15 países más industrializados del mundo en apenas 5 años …sobre todo los relacionados con la repetición mecánica de formas de trabajo, el llamado ‘trabajo de cuello blanco’ o el relativo a funciones administrativas.

Pero de otro lado, la Unión Europea estima que a medio plazo, los próximos 5, 10 años,  se generarán 1 millón en el sector servicios de apoyo a la industria (otros estudios hablan de hasta 2 millones de nuevos puestos de trabajo).  En el estado español la previsión es que en los dos próximos años se creen hasta 300 mil puestos de trabajo relacionados con la economía digital; y que la demanda de trabajadores cualificados en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas crezca en Europa hasta un 20%.

¿Oportunidad o amenaza? En el caso de Euskadi, la formación profesional y universitaria, permanente y de alto valor añadido,  se antojan imprescindibles si queremos afrontar con éxito la transformación de nuestro mercado laboral.

 

Algo que, por otra parte, encaja perfectamente con nuestra propuesta de Relaciones Laborales, porque a más formación, a más especialización y a más implicación profesional, mayor será la estabilidad en el empleo y su retribución. Siempre hemos dicho que a los empresarios vascos nos gusta el empleo cualificado y estable y que aunque la crisis nos obliga en ocasiones a hacer contratos menos estables de lo que quisiéramos, sí estamos convencidos de que a medida que la situación remonte y la formación de las personas mejore, también lo harán las empresas y consecuentemente los contratos.

En esa apuesta por la adaptación a los nuevos tiempos, el modelo vasco de Formación Profesional dual para cuya promoción acabamos de poner en marcha una campaña de captación entre jóvenes y empresas, es una iniciativa en el buen camino. También lo es  mejorar la colaboración con nuestras universidades para conectar a los futuros licenciados con las necesidades de la empresa a corto y medio plazo y el nuevo perfil laboral que demandan.

De tal forma que tecnología, industria 4.0, y formación profesional y universitaria para adquirir nuevas competencias sean inseparables de un proyecto empresarial de futuro y de un empleo de calidad, que a su vez, genere retorno a la sociedad en donde vivimos.  Se trata de optar por un modelo productivo, laboral y social  que  nos permita coger el ‘tren del cambio’, y no nos quedemos en el andén.

En el caso de Euskadi, la apuesta de gobierno y asociaciones empresariales es clara.  Ahí está la oportunidad. La amenaza es que no sepamos leer el signo de los tiempos. Y el que tenga dudas que se dé una vuelta por la próxima Bienal de Máquina Herramienta que se celebrará en el BEC de Barakaldo a finales de este mes.