20200312

Iñigo Urkullu anunció ayer que el Gobierno vasco va a destinar «un primer fondo de urgencia de 300 millones» para mitigar el impacto que la crisis del coronavirus está teniendo ya en el conjunto de Euskadi. Será un mecanismo «para reforzar los sistemas sanitario, educativo y ayudar a las familias y las empresas», recalcó en declaraciones efectuadas tras el acto del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, celebrado en Vitoria.Todavía se desconocen qué medidas concretas se aprobarán, pero el lehendakari sí avanzó cuál es el marco de actuación que contemplan. «El conjunto de estas medidas, complementarias y de carácter excepcional, se plantearán en el Consejo de Gobierno del próximo martes con el objetivo de ofrecer la mejor respuesta ante la situación creada por el coronavirus», explicó.

El Gobierno Vasco acordó ayer con el Ejecutivo central los objetivos de estabilidad presupuestaria para el periodo 2020-2023, fijando el déficit de Euskadi en el 0,0% del PIB. Por lo que se refiere a la deuda, se establece que en el presente ejercicio represente el 11,8% del PIB, bajando progresivamente al 11,4% en 2021, el 11% en 2022 y el 10,6% en 2023. El objetivo del 0,0% supone una diferenciación respecto de las comunidades de régimen común (0,2%), una autoexigencia que permite a Euskadi mostrarse más disciplinada que las demás. No obstante, se ha pactado que podrá incurrir en déficit en caso de darse un cambio significativo de las previsiones macroeconómicas, como es el caso del impacto del coronavirus. Así se acordó en el seno de la Comisión Mixta del Concierto, reunida ayer en Madrid.

Una de las primeras medidas que tomó el Gobierno ante la crisis del coronavirus es la de considerar como Incapacidad Temporal por accidente de trabajo las bajas de los contagiados o de quienes deban guardar aislamiento preventivo ante la posibilidad de estar infectados. Esto supone una mejora de la prestación para estas personas, así como un alivio para las empresas donde trabajan, que no tendrán que hacerse cargo de ninguna parte del salario que cobran sus empleados. Desde el primer día de ausencia, el Estado será el que pague todas las bajas médicas por coronavirus, ya sea a través de la Seguridad Social o de las mutuas, según recoge el real decreto aprobado el pasado martes. Gracias a él, los trabajadores afectados pasarán a recibir desde el día siguiente de la baja laboral el 75% de la base reguladora, en lugar del 60% que les correspondería durante los primeros 15 días si estuvieran de baja por enfermedad común. 

Adegi, que como el resto de asociaciones empresariales y agentes sociales sigue con la máxima atención la evolución de las últimas novedades en torno al coronavirus, envió ayer a sus asociados un mensaje, ante todo de tranquilidad, recomendando a las compañías del territorio seguir las directrices del departamento de Salud del Gobierno Vasco, en el que incluía también algunas recomendaciones prácticas en distintos escenarios o hipótesis (cuatro, en concreto) más o menos graves. La organización recuerda la importancia de «los acuerdos de todas las partes afectadas» y aboga por el teletrabajo en caso de complicaciones. Si cerraran los colegios de Gipuzkoa, Adegi sugiere, entre otras cosas, utilizar excedencias o días de vacaciones para conciliar. 

Los padres que tengan que dejar de trabajar para cuidar de sus hijos podrán solicitar una ayuda extraordinaria que sufragará el Estado. Así lo anunció ayer el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en una entrevista radiofónica. Esta prestación se enmarca dentro de la batería de medidas para familias y empresas que prepara el Gobierno central para hacer frente a la crisis del coronavirus. La nueva ayuda, cuya cuantía se desconoce por el momento, se aprobará previsiblemente hoy en el Consejo de Ministros. 

La preocupación ronda por todo el sector, que no atraviesa un buen momento y que tiene puestas gran parte de sus esperanzas en esta feria. Aún faltan dos meses y medio para que se celebre la edición 2020 –prevista entre el 25 y el 29 de mayo–, pero la sombra de los cambios de fechas o suspensiones planea sobre todos los certámenes feriales europeos. La semana pasada, la mayor cita industrial multisectorial del Viejo Continente, la alemana Hannover Messe, que debía celebrarse entre el 20 y el 24 de abril, anunció que se pospone hasta el mes de julio (del 13 al 17). Bilbao Exhibition Centre (BEC), que organiza la Bienal de la mano de la asociación sectorial AFM, insistió ayer en que de momento no hay cambios en su calendario, aunque «en todo momento se está analizando la situación» en diferentes mesas de seguimiento con instituciones, empresas y organizadores.

La velocidad a la que se propaga el coronavirus está provocando una crisis económica sin precedentes en sectores de Bizkaia relacionados con el mundo de la hotelería y la restauración. La suspensión de eventos empresariales ha conllevado la anulación de miles de habitaciones y de comidas y, lo que es peor, la destrucción de empleo. Los locales de alojamiento aseguran «sobrevivir» estos días con cifras de ocupación que rozan mínimos históricos, por debajo incluso del 35% de pernoctaciones. La «falta de ingresos» ha encendido todas las alarmas. «Puede que algunos bares y restaurantes no retornen a la conclusión de esta crisis», advierte Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia (AHB).

Pocos se atrevían ayer a dar cifras, porque la situación cambia a cada momento y las medidas más restrictivas de movimiento son muy recientes. Pero con la Semana Santa a las puertas cunde el pesimismo y se reza por que la crisis sea lo más corta posible. Y al tiempo, se reclama a las autoridades medidas de apoyo económico. En Madrid, donde se concentran más de la mitad de los casos de coronavirus de España, la ocupación hostelera se ha desplomado al 15% en marzo, frente a un 70% de media el año pasado, según datos de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid, que calificó la situación de “extremadamente grave”. Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), se resistía ayer a dar por perdida la Semana Santa, aferrándose a la “poca memoria” que tiene el sector turístico. Confía en que “cuando empiece a haber noticias positivas todo se dé la vuelta”.

El frenazo económico se traduce en un castigo general IAG, Meliá, Repsol y los bancos, entre los más afectados. Inditex, Aena, Arcelor, Acerinox y las eléctricas sufrirán la caída de demanda La crisis del Covid-19 condiciona los planes de Repsol y Telefónica. Las previsiones han saltado por los aires. Los presupuestos ya son papel mojado. La crisis del coronavirus ha arruinado antes de acabar el primer trimestre los planteamientos que las empresas se habían hecho para todo el ejercicio. Las empresas aún esperan que el parón de actividad provocado por el Covid-19 pase lo antes posible, pero son conscientes de que el daño ya está hecho. En mayor o menor medida, la pandemia dejará cicatrices en las cuentas de las empresas del Ibex de este año y en su estrategia para el futuro.

El «haremos lo necesario para superar esta situación», que lanzó ayer Angela Merkel desde Berlín es de gran alcance para contener el golpe económico del coronavirus en toda Europa. Alemania, su motor, regida bajo el principio de la disciplina fiscal y reacia hasta ahora a incrementar el gasto público, está preparada para saltarse la regla autoimpuesta del ‘déficit 0’. Y lo hará sin restricciones. «Ya veremos luego (cuando se supere la crisis) lo que significa en nuestro presupuesto», precisó la canciller. El recorte en los tipos, la compra de deuda y préstamos generosos son las opciones del emisor que dirige la francesa para evitar otra crisis europea. 

Aunque en 2019 la economía española creció con mayor rapidez que la media de la Eurozona, las perspectivas para 2020 son «sumamente inciertas» ante la evolución del coronavirus, según alerta el Fondo Monetario Internacional (FMI) dirigido por Kristalina Georgieva. En su informe anual publicado ayer, el organismo multilateral mantiene su previsión de crecimiento del PIB en el 1,6%, pero advierte de que esa cifra no tiene en cuenta la epidemia y anunciará la nueva estimación el próximo mes de abril.

El monumental desafío que supone el coronavirus para Alemania y para Europa en su conjunto ha provocado un quiebro atípico en la siempre rigurosa política fiscal berlinesa. En su primera gran comparecencia pública sobre el coronavirus, la canciller Angela Merkel marcó ayer distancia respecto al dogma de la disciplina presupuestaria, dejando claro que la gravedad de la situación requiere medidas excepcionales. “El mensaje es que haremos lo que sea necesario como país y también junto con Europa”, dijo Merkel sin concretar ningún plan.

La avalancha de medidas que el ministro de Economía de Boris Johnson, Rishi Sunak, presentó ayer para hacer frente al coronavirus se ha interpretado como la punta de lanza de unos Presupuestos para la era pos-Brexit que aspiran a expandir la economía del Reino Unido y poner fin a una década de austeridad. El estímulo está valorado en algo más de 34.000 millones de euros. “Tenemos la libertad y los recursos para decidir nuestro propio futuro (...). Presentamos estos Presupuestos en un momento de desafío, pero sabremos estar a la altura y juntos lo superaremos”, aseguró. Frente a las cifras de crecimiento de la economía británica adelantadas este mes por la Oficina Presupuestaria, Sunak rebajaba las expectativas: se crecerá un 1,1% en 2020, tres décimas menos de lo previsto.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) rebajó ayer de forma contundente sus previsiones de crecimiento de la demanda mundial de petróleo para 2020. Pocos días después de que fracasara su intento por reducir con Rusia los suministros de crudo y ante el imparable avance del coronavirus, la OPEP pidió una acción «coordinada de todos los participantes en el mercado» para hacer frente a esta situación. Actualmente la organización prevé un aumento de 60.000 barriles de petróleo por día –frente a los 990.000 que calculaba anteriormente–. En su informe mensual, la OPEP destaca el «tremendo impacto que el Covid-19 ha tenido hasta ahora en el crecimiento económico, mermando con fuerza la demanda petrolera en el actual trimestre». El mayor golpe se lo llevaron el transporte y la industria, muy afectados por la «recesión económica en China».

El Gobierno adopta más medidas radicales y prevé invertir hasta 25.000 millones para sufragar el coste de la lucha contra el virus. El Gobierno italiano ha tomado conciencia de que sólo con medidas radicales podrá evitar que el coronavirus deje una cifra inaceptable de muertes directas mientras provoca el colapso del sistema de salud. En el día en el que el país superó los 12.000 contagios y alcanzó los 827 fallecidos por la epidemia, el primer ministro, Giuseppe Conte, anunció anoche el cierre de todas las tiendas, negocios, bares y restaurantes excepto las farmacias, los supermercados y los puntos de venta de productos de primera necesidad. El cerrojazo también afecta a las industrias, que deberán clausurar temporalmente todos los departamentos que no sean imprescindibles para su producción. En las áreas que permanezcan abiertas han de adoptar medidas de seguridad que garanticen que se evitan los contagios.

Las autoridades sanitarias pusieron ayer por primera vez fechas al control del del coronavirus en España. En plural, porque se contemplan dos escenarios. El más favorable sitúa el fin de la transmisión vírica del Covid-19 en dos meses. El segundo, más pesimista, contempla la posibilidad de que la epidemia se extienda hasta julio. Es decir, y «si todo va bien», hasta bien entrado el verano. El fin de la alerta llegaría tras detectarse el último positivo, una vez que el paciente se curase y transcurrieran dos periodos de incubación del virus –un mes, aproximadamente–. Sólo entonces los expertos podrían dar por sometida la enfermedad.

Los casos se disparan hasta los 261 por la gran propagación del virus en Álava y el crecimiento continuado en territorio vizcaíno, que suma ya 51 infectados. El coronavirus sigue sumando contagios en Euskadi. A la espera de ver si en 8 ó 10 días se comienzan a ver los primeros efectos de las medidas de «contención reforzada» aplicadas por el Gobierno vasco –cierre de colegios en Álava y Balmaseda, de hogares de pensionistas y suspensión de algunos eventos–, durante las próximas jornadas se espera que el número de positivos siga aumentado. Y ayer lo hizo de forma exponencial. En especial en el territorio alavés, el más castigado por el patógeno. Al cierre de esta edición los vascos infectados ascendían a 261. Son 64 más que el martes, lo que supone el crecimiento más acusado de contagios desde que el Covid-19 hizo acto de aparición. 

La mayoría decidió quedarse cuando se inició la crisis sanitaria y ahora no pueden salir por el aislamiento o por la anulación de vuelos. Los jóvenes habían decidido permanecer en sus universidades de destino cuando se desató la epidemia, a pesar de que el Gobierno vasco aconsejó su regreso hace semanas y les ofreció facilidades para volver a reintegrarse en sus facultades. De los cerca de 130 alumnos de la UPV/EHU destinados en Italia en este programa de intercambio, cuarenta acudían a centros universitarios ubicados en zonas de riesgo de contagio y en su entorno. De todos ellos solo ha renunciado a la beca uno y otra docena ha regresado a Euskadi.