20190803

Julio, un mes que incluso en la crisis permitió aplacar el desempleo –salvo en 2008–, ha cumplido su función, aunque de manera testimonial, con una leve disminución del 0,14%, es decir, 4.250 parados menos. Euskadi empeora la realidad nacional, con un incremento de 1.741 desempleados para rebasar los 113.000. Lo peor es que no acaba ahí el mal balance del mercado laboral vasco. El conjunto del país al menos maquilla sus cifras con una buena evolución de la afiliación a la Seguridad Social: un 0,08% hasta los 19.533.200 cotizantes, un nuevo techo con poco que celebrar, sobre todo si se tiene en cuenta su papel primordial en la financiación de las pensiones. Se trata con todo de una mejora. Porque en Euskadi ni siquiera la afiliación permite salvar los muebles. Hay 3.873 cotizantes menos (-0,4%), con saldo positivo únicamente en Gipuzkoa. Muchos de los afiliados perdidos son jubilados en un contexto de población envejecida.

Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) cerró ayer un fin de fiesta de absoluta locura antes de las vacacciones de agosto, al haber ganado en apenas tres semanas contratos por un valor conjunto de 469 millones de euros; un volumen extraordinario, si se tiene en cuenta que en todo el primer semestre del presente ejercicio firmó pedidos por 562 millones. Después de dar la campanada con Solaris a comienzos de julio con el mayor pedido de autobuses eléctricos de Europa, de presentar el pasado martes unos resultados semestrales marcados por una cartera récord de más de 8.500 millones de euros y de cerrar un día después tres pedidos de récord en España, Eslovenia y Bulgaria con su filial de señalización y seguridad, la traca final llegó (de nuevo) desde Italia.

Euskadi ha reducido un 32,2% su siniestralidad laboral en jornada laboral en los últimos diez años, bajando el pasado año en 14.323 el número de bajas laborales contabilizadas respecto a las apuntadas en 2008. En concreto, ese año se registraron 44.438 bajas por accidente laboral, mientras el pasado ejercicio esa cifra se redujo a 30.115. Según datos del Consejo de Relaciones Laborales, recogidos por Europa Press, esta positiva evolución de la siniestralidad laboral también se ha reflejado en la mortalidad en el trabajo, pasando de 48 muertes en 2008 a 34 fallecimientos el pasado año, lo que supone un descenso del 29% respecto a los fallecidos en su puesto de trabajo hace una década. Además, desde el 2009 la cifra de fallecidos en jornada laboral se mantiene por debajo de los 40 anuales.

La emisión de gases contaminantes en Gipuzkoa aumentó un 8,34% en 2017. El dato es «un punto alarmante» como describió ayer el diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, durante la presentación del inventario correspondiente elaborado por Ihobe. El aumento supone tres puntos más que la media vasca, que se situó en el 5,5% convirtiendo a 2017 en el curso en el que mayor emisiones se registraron desde 2012. El aumento en la contaminación en dicho curso en el territorio casi duplica el 4,2% de incremento sumado en el conjunto de España y se aleja mucho del escueto avance del 0,6% que acumularon los países de la Unión Europea. Unos resultados que aunque apuntan a coyunturales –la tendencia desde 2005 tiende a la baja– no deja de suponer un toque de atención. 

El Puerto de Bilbao movió un total de 17.643.814 toneladas de mercancías en el primer semestre del año, lo que le situó como la cuarta dársena de España que más tráfico gestionó, sólo por detrás de la Bahía de Algeciras (más de 55 millones de toneladas), Valencia (41 millones) y Barcelona (34,5 millones). La evolución con respecto al año anterior se redujo en menos de 200.000 toneladas, lo que supuso una caída del 1%. «Hubiese bastado con un petrolero más» para acercarse a los mismos registros, apuntó Ricardo Barkala, presidente del Puerto de Bilbao. Las dos paradas técnicas de un cliente tan importante como Petronor influyeron considerablemente en el volumen del tráfico de mercancías del puerto. Sin el cese de actividad de la refinería, el repunte habría sido del 7%. No obstante, desde la dirección portuaria confían en que se alcancen los 36,6 millones al cierre del ejercicio, un 2% más.

Cuando el diálogo comenzaba a predominar en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, las diferencias han escalado de forma vertiginosa. El anuncio del pasado jueves del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer un arancel adicional del 10% sobre los productos de exportaciones chinos valorados en 300.000 millones de dólares que habían quedado hasta ahora fuera del conflicto y que se sumarán al gravamen del 25% que ya soportan los productos chinos por 250.000 millones, ha caído como un baldazo de agua fría para Pekín. Las autoridades chinas no han dudado en advertir “que habrá represalias” para “proteger sus intereses”.

El Ibex cae el 1'56%, hasta los 8.897 puntos. Los descensos en el Dax y el Cac superan el 3% ante la inminencia de nuevos aranceles a productos europeos por parte de EEUU. Las bolsas han cotizado hasta ahora la deriva china de la guerra comercial, pero el presidente estadounidense Donald Trump reabrió el frente europeo en su ofensiva y desató una tormenta en los parqués. El mandatario estadounidense anunció a primera hora del día que a media tarde en EEUU daría a conocer las nuevas medidas arancelarias sobre productos europeos, lo que provocó la huida de los inversores de los activos de riesgo para entrar en cualquier opción defensiva (ver págs. 20-21). Incluida la renta fija alemana, donde las compras llevaron a mínimos la rentabilidad del bund, que se encuentra ya en -0,495%, aunque en el peor momento del día incluso llegó a tocar el -0,5%. 

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, va a recorrer el final de su mandato previsiblemente con nuevos estímulos monetarios. Lo hará en septiembre, un mes antes de abandonar el cargo, tal y como anticipan todos los analistas, que ven en el último movimiento de la Reserva Federal (Fed) norteamericana un respaldo a las pretensiones del banquero italiano. El recorte de tipos aprobado por el presidente de la Fed, Jerome Powell, del 2,25% al 2%, ha puesto en bandeja a su homólogo europeo la posibilidad de incidir en algunas medidas para rebajar más el interés en la zona euro e intentar mitigar la desaceleración en la que Europa ya se encuentra inmersa.

Kristalina Georgieva, 65 años, se convirtió ayer en la candidata de la Unión Europea a presidir el Fondo Monetario Internacional (FMI). La política y economista búlgara opta a coger el timón de la institución financiera como relevo de Christine Lagarde, que el próximo 1 de noviembre entrará en el despacho principal del Banco Central Europeo (BCE) en Francfort. Georgieva, actual directora general del Banco Mundial, consiguió más votos que su oponente, Jeroen Dijsselbloem, exministro holandés de Finanzas y expresidente del Eurogrupo. Pero no lo tuvo nada fácil. De hecho no concitó el apoyo unánime de los Veintiocho. Pero entre seguir en un bloqueo que llevaba implícito desunión y debilidad, y el pragmatismo, se optó por lo segundo.

Un pacto entre fuerzas contrarias al Brexit ha infligido el primer revés electoral al nuevo Gobierno de Boris Johnson, que ha perdido un valioso escaño conservador en la elección parcial del jueves en Brecon & Radnorshire, en Gales. La victoria de la candidata liberaldemócrata Jane Dodds en esta circunscripción —con el apoyo tácito de un partido nacionalista y los Verdes— deja reducida la mayoría parlamentaria del primer ministro tory y sus aliados del DUP norirlandés a un solo diputado. Dodds afirmó que su primera acción en Westminster será decirle a Johnson que “descarte un Brexit sin acuerdo”.

El tratado para la eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance (INF, en sus siglas en inglés), hito de la Guerra Fría que firmaron Washington y Moscú en 1987, es historia desde ayer, cuando se formalizó la salida de EE UU, desencadenando el temor a una nueva carrera armamentística. Washington, que ya planea pruebas con misiles prohibidos por el INF, aboga por un nuevo modelo para el control global de armas nucleares que incluya por primera vez a China. Pero corre el riesgo de dejar al mundo sin control alguno. El fin del INF preludia el del New Start, que limita el número de cabezas nucleares desplegadas de las dos potencias y que expira en febrero de 2021. El propio consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, ya ha dicho que es poco probable que dicho tratado sea renovado. Desaparecería así, por primera vez en medio siglo, toda limitación legal vinculante y verificable al crecimiento de los dos mayores arsenales nucleares del mundo.