20190309

Decenas de miles de mujeres inundaron ayer por segundo año consecutivo las principales arterias de Euskadi y el conjunto de España para gritar que todo debe cambiar. Un año después de la histórica movilización que en 2018 levantó conciencias, mujeres de todas las edades, profesiones e ideologías demostraron que poco o nada ha cambiado en estos últimos doce meses. Que los motivos para protestar, para parar en sus trabajos y para lucir con orgullo el color morado siguen presentes en un país donde los principales indicadores sociales y económicos demuestran que la igualdad real entre hombres y mujeres entra en el terreno de la ciencia ficción. Más de medio millar de actos estaban convocados en España bajo el paraguas de la Comisión 8 de Marzo, que agrupa a varios colectivos feministas. Y Bilbao fue una vez más una referencia. Dos grandes concentraciones, una por la mañana y otra por la tarde, demostraron que el movimiento 8-M mantiene su fuerza.

Los sindicatos vascos señalaron ayer que la «huelga feminista del 8 marzo ha sido un éxito». Destacaron los sectores en los que la huelga había sido muy amplia: enseñanza, comedores escolares, residencias, Osakidetza, medios de comunicación, transporte, ayuntamientos, telemarketing, limpieza, medios de comunicación, comercio... Añadieron que «también en la industria, donde hay pocas mujeres, estas han secundado la jornada de huelga en numerosas empresas. Una vez más ha quedado claro que la lucha sindical de las mujeres también forma parte de la lucha feminista». Euskal Herriko Mugimendu Feminista y los sindicatos ofrecerán datos concretos del seguimiento de la huelga este próximo lunes en rueda de prensa.

Era uno de los objetivos estrella del Gobierno, y hace solo unas semanas parecía al alcance de la mano, pero el Ejecutivo hizo ayer oficial su renuncia a modificar los aspectos más duros de la reforma laboral del PP. La convocatoria de elecciones anticipadas generó un ambiente político imposible para el consenso, según la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, que lo intentó hasta el final y la semana pasada aún pensaba que podría buscar un punto de encuentro entre Podemos a la izquierda y el PDeCAT y el PNV a la derecha. La presión de la patronal, por un lado, que prefería esperar al siguiente Gobierno, que podría ser mucho más cercano a sus posiciones, y de Podemos, por otro, que no quería firmar un ajuste poco ambicioso de la reforma del PP, dio al traste con las expectativas del Ejecutivo en uno de sus proyectos estrella, que queda así truncado.

Las empresas tendrán dos meses para poner en marcha el registro horario de la jornada laboral. El sistema debe apuntar las entradas y salidas de los trabajadores, con el fin de evitar que la empresa pueda abusar del tiempo de los empleados. Sobre todo, como demanda la Inspección de Trabajo, en el contrato a tiempo parcial y en las horas extraordinarias. Si la empresa no cumple con el registro horario puede tener una sanción desde 600 hasta 6.250 euros por tener a trabajadores en esta situación. Así se recoge en el Real Decreto-Ley que aprobó ayer el Consejo de Ministros que, además del registro de la jornada laboral, tiene otras muchas medidas, fundamentalmente, de carácter social.  El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, reconoció que los empresarios han recibido el decreto del Gobierno que regula la obligatoriedad del registro de la jornada laboral «moderadamente satisfechos», porque su vinculación con la negociación colectiva para su establecimiento implica que «no es lesivo para las empresas».

Los ‘viernes sociales’ del Gobierno de Pedro Sánchez miran a Euskadi ya que dependen de las fuerzas nacionalistas vascas. Porque una cosa es aprobar medidas en el Consejo de Ministros a través de reales decretos ley y otra bien distinta que estas medidas lleguen a entrar en vigor algún día. Ayer tocó ‘vender’ la prestación para desempleados mayores de 52 años o el registro de la jornada laboral en aras de la igualdad, pero la clave es quién ‘comprará’ estas medidas, si el Gobierno tendrá la mayoría suficiente en el Congreso para sacarlas adelante. Todo se resolverá por detalles y cada voto es esencial dada la gran polarización del Congreso. Además del tradicional protagonismo que siempre tiene el PNV en estas lides, ha adquirido una cierta notoriedad el rol que puede jugar EH Bildu, que sigue a la espera de recibir una llamada de los socialistas. Si la izquierda abertzale se desmarca del PSOE, adiós a los ‘viernes sociales’ de Sánchez.

Como ya indicó el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, en su avance del pasado 30 de enero, la economía vasca sufrió un proceso de suave, aunque paulatina, desaceleración según transcurría 2018. Una evolución que finalmente concluyó con un crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB) del 2,8% en el conjunto del año tras haber registrado un aumento del 0,5% en un último trimestre marcado por el frenazo de la industria. Este sector, considerado el motor de la economía de Euskadi, se contrajo un 0,9% –afectado por el parón del subsector de automoción–, después de que en los dos anteriores trimestres, el segundo y tercero, ya diera síntomas de paralización al no crecer prácticamente nada. Aunque un 2,8% sigue siendo un crecimiento saludable, es el menor incremento de los últimos cuatro ejercicios. Eso sí, también es la primera vez en el mismo cuatrienio que el PIB vasco avanza más que el del conjunto de España, cuya desaceleración ha sido algo más pronunciada a lo largo de este tiempo.

Las cifras comienzan a confirmar los pronósticos más agoreros sobre la economía mundial. La caída de las exportaciones de China y la decepcionante creación de empleo en Estados Unidos el pasado febrero alimentan el temor a que el frenazo económico sea más profundo de lo esperado. Europa emerge como el epicentro de la ralentización mundial. En poco más de un mes cuatro grandes instituciones internacionales (BCE, OCDE, FMI y Bruselas) han corregido a la baja sus pronósticos sobre la eurozona y han sembrado el futuro de nubarrones. BCE y Comisión Europea) enumeran desde hace trimestres los principales escenarios de incertidumbre: la guerra comercial entre China y EE UU, la fragilidad de los mercados emergentes, los problemas de Canadá y Turquía.

El crecimiento económico de la zona euro está cerca del estancamiento. Existe un elevado riesgo de recesión y de deflación, impulsado mayoritariamente por los problemas en Italia y Alemania. En España, subir los impuestos, las cotizaciones sociales y los salarios por encima de la productividad no va a ayudar a tranquilizar a los mercados: las decisiones de inversión se podrían postergar y la desaceleración podría ser todavía mayor.

La producción industrial se incrementó en enero un 1,8% en términos interanuales y puso fin a una racha de dos meses consecutivos de caídas gracias a la evolución de la producción de los bienes de equipo, que subieron un 3,2% interanual, y la energía (1,8%). Solo los bienes de consumo duradero y los bienes intermedios registraron tasas anuales negativas en el índice original, esto es, sin corregir los efectos estacionales y de calendario. El crecimiento de la producción industrial alcanza un 2,4% en enero, una vez corregido de efectos estacionales y de calendario, con respecto al mismo mes del año anterior, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata de la mayor subida desde marzo del año pasado.

Los concursos empresariales en el País Vasco cayeron un 35% en los dos primeros meses del año tras haberse registrado un total de 34. Por lo que respecta a las disoluciones, se produjeron 469 lo que representa un incremento del 12% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Según el estudio realizado por Informa D&B, en el conjunto de España los concursos descendieron un 22% mientras que en el caso de las disoluciones aumentaron un 1%.

Los nuevos pedidos de la industria alemana registraron durante el pasado mes de enero un derrumbe del 2,6% en comparación con el mes anterior, cuando aumentaron un 0,9%, lo que supone la mayor caída de ese registro desde junio de 2018, según reflejaron los datos publicados ayer por la Oficina Federal de Estadística (Destatis). Un guarismo que alimenta la preocupación sobre el frenazo de la ‘locomotora’ europea. En comparación con el mes de enero de 2018, los nuevos pedidos de la industria en Alemania experimentaron una caída interanual del 3,9%, después de haber retrocedido un 4,5% en el último mes de 2018.

China está sufriendo las consecuencias de la guerra comercial con Estados Unidos. La potencia asiática registró en febrero su mayor desplome de las exportaciones en tres años. A pesar de sumar más de 120.000 millones de euros, esta cifra supone un descenso del 38% respecto a enero y casi un 21% en comparación con el mismo mes de 2018, según los datos ofrecidos ayer por la Administración General de Aduanas. Las cifras alimentan los temores de la desaceleración del gigante asiático, lo que puede acarrear consecuencias a nivel global. Ya lo advertía la OCDE esta semana en su informe sobre la economía mundial, asegurando que un descenso del PIB más agudo del previsto en China (6% de avance estimado para 2020) afectaría al crecimiento y las perspectivas comerciales «en todo el mundo». Y las importaciones también se han visto reducidas. Alcanzaron en febrero un total de 117.000 millones de euros, lo que supone una caída del 26,5% respecto a enero y un 5,2% en comparación con febrero de 2018.

La escalada de precios de la vivienda cobró fuerza en 2018, aunque el último trimestre dejó algún signo de ralentización en el mercado. El índice de precios de vivienda evolucionó en España un 6,7% el año pasado, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata del mayor incremento desde 2007, el punto álgido de la burbuja inmobiliaria. En términos generales, las casas cuestan casi un 20% más que 2015, aunque todavía están significativamente por debajo de los máximos de antes de la crisis. El crecimiento es desigual: Madrid y Cataluña fueron de nuevo las comunidades que más tiraron al alza.

La digitalización es la palabra de moda en las empresas. La que ha venido para quedarse y la que va a cambiar la forma de trabajar y de encarar el futuro. La que hay que dominar para que las empresas sean competitivas. La que hay que encarar cuanto antes y en las mejores condiciones. La que tienen que dominar tanto los gigantes como las pequeñas y medianas empresas. ¿Cuál es la foto actual de Gipuzkoa en este reto? ¿Qué desafíos se persiguen para 2019? ¿Cómo será el futuro? Aitor Urzelai, director de Emprendimiento, Innovación y Sociedad de la Información del Gobierno Vasco, aporta muchas de las claves de esta revolución.

El fondo de innovación de la Diputación de Bizkaia ha concedido ya 5,9 millones de euros a 24 empresas para poner en marcha nuevos proyectos que suponen un salto en 1+ D para el desarrollo de su negocio. Son cifras de cierre de febrero, pero ya está prevista una nueva partida de dos millones, que se formalizará a lo largo de este m es. La iniciativa ha tardado en arrancar debido a la complejidad de la operación. Sin embargo coge velocidad en este arranque del año y confirma su papel como vehículo de financiación alternativa a las líneas tradicionales y a las ayudas públicas a la innovación.

Los operadores de telecomunicaciones Euskaltel y MásMóvil anunciaron ayer la creación de una central de compras conjunta, en la que también participará la compañía Dominion, que tiene intereses en el sector al ser la propietaria de la cadena de tiendas Phone House. El acuerdo contempla la creación de una nueva sociedad y su especialización en la compra de terminales telefónicos, routers y otros equipamientos habituales en las instalaciones de telefonía de domicilios y empresas. La nueva sociedad que centralizará estas operaciones ha sido bautizada como Medbuying Technologies Group y estará participada en un 45% por MásMóvil, otro 45% estará en manos de Dominion y el 10% restante será suscrito por Euskaltel.