20180930

La economía española lleva tiempo enviando señales de enfriamiento. Esta misma semana el PIB registraba su menor crecimiento desde 2014. Sin embargo, desde el Gobierno prefieren no darle importancia a estos nubarrones. Hace unos días, la ministra de Economía, Nadia Calviño, afirmaba que «no hay un frenazo en la economía y que la desaceleración no es preocupante». Pero son muchas las voces que opinan lo contrario y que advierten de las sombras que amenazan nuestro crecimiento.  A los factores internos como la debilidad del Gobierno, la crisis catalana, la menor llegada de turistas y la ralentización del consumo, se suman otros externos como el Brexit, los aranceles aprobados por Donald Trump, el incremento del petróleo o la previsible subida de los tipos de interés...

El panorama empresarial español está compuesto mayoritariamente por micropymes, sociedades con menos de nueve empleados. Ese gran motor de trabajo, beneficioso en algunos aspectos, no lo es tanto cuando se mira hacia el lado del comercio exterior. Las exportaciones fueron la «fuerza fundamental» durante la crisis, lo que ayudó a que muchas empresas no cerraran, pero hoy solo el 3% de las firmas de menos de 200 trabajadores –las denominadas pymes– vende sus productos o servicios fuera de España. Y de las exportadoras en general, más de la mitad lo hace solo a un país, según los últimos datos de la CEOE.

El consenso energético dominante establece que la electricidad es la matriz energética del futuro. Pero antes de llegar a estrategias definidas de transición entre energías hay que hacer frente a varias dificultades. En síntesis: la electricidad es una energía que tiende a encarecerse con el modelo español de mercado; por el contrario, en el resto de Europa y del mundo las nuevas tecnologías producen una electricidad más barata. Se da la molesta circunstancia de que la electricidad en España presenta una tendencia exagerada a encarecerse, por encima de los países europeos a los que quiere aproximarse o parecerse. Esta circunstancia es tanto más incómoda cuanto que el mercado de la electricidad en España está regulado.

«Los datos son positivos, pero produce cierto vértigo constatar esta situación, porque venimos de diez años de caída libre». Quien así se expresa es Paul Liceaga, secretario de la Asociación de la Construcción de Gipuzkoa (Ascongi-Adegi). Sin embargo, no echa las campanas al vuelo. «El escenario apunta bien, pero tampoco podía ser de otra manera, porque veníamos de una situación de actividad bajo mínimos. En concreto, el sector se ha reducido un 60%». Patxi Sasigain, director de Competitividad e Innovación de Adegi, añade que la velocidad de crecimiento es «razonable». Explica que el sector representa en la actualidad el 6,4% del PIB de Gipuzkoa, frente al 10% de 2007, antes de la crisis, pero señala que es preferible una trayectoria al alza ordenada a repuntes coyunturales que generan burbujas y pinchazos dolorosos. Lo cierto es que los datos confirman que la construcción ha dejado de ser el ‘patito feo’ y que se ha sumado a la recuperación económica.

El turismo se ha consolidado como uno de los motores de la economía guipuzcoana, reivindicándose como el tercer sector en importancia y liderando su crecimiento en el conjunto de Euskadi. La contribución del sector al PIB de Gipuzkoa ya supera el 7,7%, lo que se traduce en casi 2.000 millones de euros de inyección a la economía de un territorio cuya apuesta por la expansión hotelera ha abierto interrogantes sobre el blindaje de un modelo turístico de calidad y sostenible. Este verano el empleo ha vuelto a crecer otro 1,5% en Euskadi, llegando a los 62.647 trabajadores vinculados a la actividad turística.

La industria 4.0 no se trata de una tecnología o una revolución tecnológica. Estos cambios implican un desarrollo de muchas tecnologías que deben ir unidas, funcionar transversalmente y creando además sinergias y colaboraciones entre distintas empresas, generando una conectividad dentro de la propia empresa, como en la relación con otras. Por tanto es un cambio de paradigma. Por un lado de la propia industria y del negocio. Esto traerá consigo nuevos modelos de negocio y empleos que, a día de hoy, todavía no se conocen. Estas son algunas de las ideas y conclusiones que pudieron extraerse del Encuentro DElA Mesa de Expertos Industria 4.0 que reunió a Ander Eguídazu, Business Development Manager de EGA SOLUTIONS; Juan Jesús Alberdi, Director General de ULMA HANDLING SYSTEMS; Jon Matías, Director Técnico de KEYNETIC TECHNOLOGIES; Tomás lriondo, Director General de GAlA; y Aitor Cobanera, Director de Innovación y Tecnología de la SPRI.

Las pensiones en España volverán a revalorizarse de acuerdo al IPC, tal y como sucedía antes de la reforma aprobada en 2013 por el Gobierno de Rajoy. Este ha sido el acuerdo al que llegó la semana pasada el Pacto de Toledo después de meses de intensas negociaciones.  Este mecanismo de revalorización es en realidad el menos utilizado en los países del entorno. Así, solo Francia, Italia, Austria y Hungría suben sus prestaciones exclusivamente basándose en la inflación, algo que esta misma semana criticó el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, que se mostró en desacuerdo con utilizar solo un factor, ya que –a su juicio– conlleva «efectos perversos» a largo plazo.

Recién cumplidos diez años de la quiebra de Lehman Brothers,  llega el momento de echar la mirada atrás y analizar el nuevo escenario bancario en el Estado. Llama la atención la fuerte reducción de entidades financieras en España, la práctica desaparición de las cajas de ahorros y, por supuesto, la multimillonaria factura del rescate del sistema por parte de Europa. Pero también son llamativos los escasos cambios que ha sufrido el sistema financiero en Euskadi. Más allá de la concentración de entidades, los agentes bancarios vascos siguen siendo básicamente los mismos. La clave principal: una gestión y unas prácticas financieras alejadas de los desmanes en otras comunidades del Estado.

El 24% de los bilbaínos tiene más de 65 años. Y la gran industria ha desaparecido. La tormenta perfecta para una ciudad con una grave crisis demográfica. Para atajarla, la Administración se ha propuesto revitalizar el tejido productivo con un polo universitario que atraiga a estudiantes y empresas con valor añadido. La UPV y las universidades de Deusto y Mondragón han asumido el reto y tienen ya planes de crecimiento en Bilbao, la de Navarra se implantará en un año y dos británicas se lo piensan. «Buscamos que vengan jóvenes y desarrollen un proyecto de vida aquí», explica el alcalde Aburto.

 Hace más de 10 años, varios exdirectivos del Grupo Mondragon crearon la Asociación de Amigos de Arizmendiarrieta para extender los valores del cooperativismo a la sociedad. Su trabajo en la sombra, liderado por Juan Manuel Sinde, ha dado lugar a la aprobación por parte de todos los grupos del Parlamento Vasco de una iniciativa para impulsar una empresa más participativa.

El histórico contraste que ha existido entre las dos orillas de la ría de Bilbao sirve para ilustrar la coyuntura actual que atraviesa el sector de la construcción de barcos. Mientras la Margen Izquierda sufre con angustia el hundimiento de La Naval, que ha entrado en fase de liquidación, imponentes cruceros atracan enfrente, en la nueva terminal de Getxo, en una demostración de la pujanza que viven los astilleros europeos especializados en este segmento. Casi el 100% de esos gigantes que llevan de excursión a los turistas por el mar son ‘made in Europe’. Es una de las pocas actividades en las que no arrasan los asiáticos y en los últimos años ha experimentado un auténtico ‘boom’: la cartera de perdidos aumenta un 30% anual. Es el área con mayor crecimiento y la causa de que la UE sea la única zona del mundo con pedidos en ascenso. Pero también es un área de muy difícil acceso, que escapa del alcance de La Naval.