20180122

Euskadi cerró 2017 con 127.547 desempleados inscritos en las listas de Lanbide (algo más de lo reflejado el viernes por la encuesta de la PRA), tras reducirse en el último año en 8.626 parados, lo que deja la tasa en el 12,1%, casi dos puntos menos que en 2016. El Gobierno vasco se ha fijado rebajar ese índice al 10% al final de la legislatura, dentro de tres años. Un objetivo que ve posible. Pero ¿cuál es la radiografía de esa población que busca un trabajo y que todavía no lo ha conseguido? Pues bien, la fotografía no ha variado mucho en los últimos meses y a grandes rasgos, el perfil del parado es el de una mujer, mayor de 44 años, que lleva más de un año buscando empleo, del sector servicios, con estudios primarios y que reside en Bizkaia. Y si queremos afinar más, de la margen izquierda. Además, están los extranjeros, con sus propias peculiaridades.

Como presidente de Garapen, la asociación vasca de agencias de desarrollo comarcal, Fernando Nebreda tiene un conocimiento muy a pie de terreno sobre las características de los desempleados vascos y sus necesidades para reinsertarse en el mercado laboral. Considera que las políticas activas deben incidir más en los colectivos que tienen riesgo de cronificarse y reivindica el papel de las empresas de inserción para facilitar el tránsito hacia el mercado ordinario o hacia la economía social.

El 17 de enero de 2017, hace poco más de un año, la sede del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) de Bilbao acogió la firma del primer acuerdo entre la patronal y los cuatro sindicatos vascos en casi dos décadas. En esas mismas oficinas. Tomás Arrieta, su presidente, no oculta cierto pesimismo sobre el futuro inmediato de la negociación colectiva. Arrieta cree que la negativa de Confebask a abrir el grifo con los salarios es «un obstáculo» en la negociación colectiva, pero admite que hace falta flexibilidad pactada

El PP ha lanzado en los últimos días señales que indican que ya trabaja con la hipótesis de que la crisis catalana podría estar encauzada en las próximas semanas y que la intervención de la autonomía tiene las horas contadas. Atrás quedarían así meses en los que el Ejecutivo ha centrado toda su acción política en detener el desafío soberanista, descuidando, según se reconoce entre los populares, otros asuntos hasta ahora prioritarios. Ese nuevo escenario permitiría a Mariano Rajoy recuperar la iniciativa y el impulso político, y retomar esas materias que han permanecido ‘aparcadas’. Y entre ellas, la «prioritaria» es la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018, tal y como el pasado viernes certificó el ministro y portavoz Iñigo Méndez de Vigo.

El Foro Económico Mundial, que arranca hoy, pone sobre la mesa de debate su informe sobre competitividad, en el que España presenta falta de calidad institucional y un destacado y creciente descrédito de la clase política. También deja mal parada a España el informe denominado Índice Mundial de Crecimiento Inclusivo, que pretende ser alternativa al Producto Interior Bruto como forma de medir el desarrollo económico. España es la única gran economía avanzada que retrocede en los últimos cinco años en crecimiento con cohesión social y aparece al final de la clasificación, solo empeorada por Italia, Portugal y Grecia. En cuanto a confianza en la clase política, el Foro de Davos sitúa a España en el puesto 104 de 137 países, en tendencia a la baja, puesto que el pasado año ocupaba la ya muy rezagada plaza número 100. Por detrás solo aparecen Estados en los que la corrupción o la mala gestión gubernamental alcanzan altas cotas como Grecia, Italia, Colombia o Venezuela.

Los líderes empresariales españoles afrontan 2018 con optimismo. Las grandes empresas prevén consolidar este año el crecimiento iniciado en años anteriores y crear más puestos de trabajo, según una macroencuesta de Expansión entre 140 presidentes y consejeros delegados de las principales compañías españolas. La fortaleza de las exportaciones y la mejora del consumo impulsarán la economía, con la crisis catalana como casi única incertidumbre y la transformación digital como gran reto.

No es casual que la 48 edición de la reunión anual del World Economic Forum (WEF) en la localidad suiza de Davos lleve por título Creating a Shared Future in a Fractured World (Crear un futuro compartido en un mundo fracturado). Resume las dos grandes ideas que van a inundar el foro durante los cinco días que dura. Los líderes mundiales que se reúnen en él, y que en total suman más de 1.900 empresarios y directivos, 350 altos representantes políticos y además de 70 jefes de Estado, son conscientes de que las fórmulas económicas aplicadas hasta ahora necesitan profundos ajustes para dar respuesta a los crecientes e imprevisibles populismos de todos los colores ideológicos. Según los informes que va publicando el WEF, y las ponencias que están programadas, los populismos, en la mayoría de los casos ligados a proteccionismos comerciales o nacionalismos identitarios, se han convertido en una de las grandes amenazas de la economía de libre mercado.

España lleva cuatro años de recuperación. Crea más empleo que ningún otro país de Europa —antes lo destruyó— pero ese dato está oscurecido por la escasa calidad de esos puestos de trabajo. La temporalidad ha llegado al 27,5%. Entre quienes trabajan a tiempo parcial, domina el subempleo: el 60% quisieran trabajar más horas. Y todo esto incide sobre los salarios, que no se suman a la recuperación. El Gobierno, los sindicatos y los empresarios han abierto una mesa de negociación para abordar el problema y buscarle soluciones, pero sus avances y sus encuentros, por el momento, son escasos. En esa mesa se presentó la propuesta oficial, que emana del pacto de investidura de Ciudadanos y el PP. Los sindicatos llevaron la suya. Hay otras iniciativas de partidos políticos, como la presentada por el PSOE, o las de economistas y profesores de Derecho.

Las importantes subidas de la luz que castigaron el bolsillo de los consumidores en 2017 –el ejercicio con las facturas más caras desde 2009– han dado un giro de 180 grados en el arranque del nuevo año. No en vano, el precio de la electricidad en el mercado mayorista, el conocido como ‘pool’, es ahora un 30% más barato que la media de enero del 2016. Además está un 14% por debajo de la previsión que avanzaba el mercado de futuros antes de iniciarse el mes.

2017 no fue un buen año para la siniestralidad laboral, se mire por donde se mire. En primer lugar, porque los accidentes con baja crecieron un 5,7% en Euskadi en relación al año anterior. Una realidad que no se puede achacar a la mayor actividad, ya que el índice de incidencia, que mide la siniestralidad por cada mil trabajadores, y que permite por lo tanto desligarlo del aumento del empleo, también se incrementó un 2,9%. Y la puntilla la pone Gipuzkoa, único territorio en el que subieron las muertes en el trabajo.

El vehículo eléctrico es la estrella. Acaparando menos del 1% del mercado mundial, las automovilísticas están, sin embargo, redoblando sus apuestas por este nuevo tipo de movilidad más limpia de cara a cumplir los objetivos medioambientales de regiones como Europa o China y para tener automóviles capaces de circular por los centros urbanos que están cerrando el tráfico a sus vehículos más contaminantes. En conjunto, las empresas del motor han anunciado inversiones de más de 90.000 millones de dólares (73.000 millones de euros) en el desarrollo de nuevos modelos y baterías de recarga en un plazo de unos 10 años. Y creciendo, tal y como afirman los analistas de Reuters.

El movimiento a favor de una renta básica universal está ganando fuerza en España y en todo el mundo. Sus defensores argumentan que supone la fórmula más eficaz para combatir la pobreza, garantizar la dignidad humana y crear sociedades más justas. El andamiaje filosófico de la renta básica bebe sobre todo de la tradición republicana y tiene más adeptos en la izquierda, aunque también se pueden encontrar defensores dentro del liberalismo. Más allá de la base teórica, surge la pregunta lógica: “Oiga, ¿y todo esto quién lo paga?” A responder esta cuestión se dedica el libro Renta básica incondicional. Una propuesta de financiación racional y justa, del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona Jordi Arcarons, el profesor de economía en la misma universidad Daniel Raventós y el director de servicios de planificación en el Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona y profesor en la Escuela Superior de Comercio Internacional-Universidad Pompeu Fabra, Lluís Torrens. Los autores llevan años defendiendo la viabilidad de una renta básica y el libro que acaban de publicar representa la propuesta más concreta que surge desde la academia.

El territorio guipuzcoano ya tiene cerrados para este año 79 eventos en los que se prevé la participación de unas 203.000 personas. La oficina de San Sebastián Turismo & Convention Bureau certifica la celebración de 42 eventos (32 congresos, 4 convenciones, 6 ferias y otros 6 seminarios), lo que no es óbice para que a lo largo del año se vayan sumando nuevas citas. En el caso de la capital guipuzcoana, se estima que el gasto de los congresistas ya confirmados supere los 18,9 millones de euros

La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) es la asociación sectorial de energía solar fotovoltaica que agrupa a más de 200 entidades, de las que alrededor de un 5% son vascas. Esta plataforma acaba de elegir un nuevo delegado para impulsar el desarrollo de esta tecnología y representar al sector ante las administraciones públicas. Fermín Ollora, fundador de la compañía Stansol Energy, valora positivamente la competitividad de las firmas vascas del sector y considera que el futuro de la fotovoltaica es imparable.

Aunque desarrolla sus actividades profesionales «en el extrarradio», como reconoce él mismo, le duele ver el centro de la ciudad «triste. No sé las causas, porque seguramente habrá muchas, pero en otras capitales está claro cuáles son los lugares de referencia y aquí no». José Barreira nació hace 63 años en Atreve (Orense) pero lleva media vida en Vitoria, «donde estoy encantado y sólo puedo tener palabras de agradecimiento para la gente». Por ello, asegura este empresario propietario del Gran Hotel Lakua y del Ruta de Europa, y también vinculado al mundo del transporte, le preocupa la situación por la que atraviesan las calles céntricas de la ciudad. «No es agradable ver que se cierran negocios y que pasa el tiempo y no se reabren», añade.

« Hay decisiones que imprimen carácter. Elecciones puntuales que no sólo definen el rumbo a seguir, sino también la forma de recorrerlo. La política económica y las reformas estructurales impulsadas por Mariano Rajoy han guiado el camino de la recuperación, la consolidación fiscal y la vuelta a la creación de empleo. En 2017 hemos logrado recuperar los niveles de PIB previos a la crisis, este año por fin saldremos del procedimiento de déficit excesivo y, si perseveramos, conseguiremos volver a los 20 millones de personas trabajando en España en 2019».