20170822

La temporalidad está ofreciendo empleo a cada vez más parados de larga duración que el trabajo indefinido. Y a una mayor proporción de lo que lo hacía en 2016. Así lo subraya un estudio de Asempleo  en el que se concluye que los contratos temporales son la vía de acceso más rápida para que los parados que llevan más de un año en esa situación se reenganchen al mercado laboral. Asempleo ha analizado datos correspondientes al segundo trimestre de 2017 del Instituto Nacional de Estadística (INE), observando que la probabilidad de encontrar un empleo asalariado temporal es del 13,1% frente al 2% de probabilidad de hallar un trabajo fijo. La primera se ha incrementado notablemente, un 2,5%, mientras que la opción de tener un empleo indefinido sólo lo ha hecho un 0,3%, siendo los trabajadores que llevan inactivos dos años o más los que más han elevado su representatividad en el tránsito del desempleo al empleo a través de un contrato de duración limitada.

Las pequeñas y medianas empresas son las que más están contribuyendo a la recuperación del empleo, la gran meta del Gobierno para dar por finiquitada la crisis. Las pymes crearon 352.673 puestos de trabajo entre abril y junio. Esta cantidad más que duplica las cifras de creación de empleo de las grandes compañías –de más de 250 empleados–, que crearon 178.610 puestos. De hecho, el total de afiliados a la Seguridad Social en compañías de menos de 250 empleados superó los 9 millones de personas, frente a los 3,9 de grandes grupos, según el último Boletín Trimestral de Empleo en las Pymes, elaborado por Randstad y Cepyme. Sólo en las empresas de uno a nueve trabajadores el número de afiliados asciende a 3,3 millones de personas.

La asfixia financiera padecida por algunas de las principales constructoras españolas en el último año ha pasado factura al negocio internacional del sector de la obra pública. Los ingresos fuera de las fronteras del conjunto de las grandes compañías nacionales se redujo en 2016 hasta los 58.988 millones de dólares, con un recorte de 809 millones o del 1,5% con respecto a los registrados un año antes, según el estudio de la consultora especializada ENR. A pesar de la caída las empresas españolas se mantienen en segundo lugar en la clasificación mundial, sólo por detrás de China. El retroceso está concentrado en tres grandes corporaciones empresariales (Abengoa, OHL e Isolux) que atraviesan crisis en sus negocios.

La siniestralidad laboral lejos de reducirse continúa disparándose en España, según denunció ayer UGT. En los seis primeros meses del año hubo 17.765 accidentes más (2,78%) que en el primer semestre de 2016, hasta situarse en los 657.169. Accidentes que en algunos casos tuvieron un trágico final. Trescientos trabajadores perdieron la vida hasta junio, sólo uno menos que el año pasado: 245 fallecieron durante la jornada laboral y 55 en itinere, es decir, cuando iban o volvían a su domicilio desde el trabajo. Para el sindicato, esta cifra resulta absolutamente «inasumible» y demuestra que «la seguridad y salud en el trabajo es incompatible con condiciones laborales cada vez más precarias que hacen que el trabajo sea inseguro y nada saludable».

Kutxabank ha reducido un 11% su exposición al ladrillo en el curso del último año. Desde su constitución como grupo bancario en 2012, la entidad ha aminorado su pasivo inmobiliario en 4.700 millones de euros, de 7.000 a los 2.300 del pasado junio, una caída del 70% respecto al que acumulaba en la fecha anterior a la fusión de las tres cajas. En un comunicado, el banco califica como «determinante» en ese retroceso la venta de su filial inmobiliaria Neinor a Lone Star en 2014. Una operación que se completó con el traspaso de 900 millones en activos inmobiliarios y más de 90 empleados, la mayor venta de este tipo de activos en la crisis.

Los más de 2.000 trabajadores cuyos empleos dependen de La Naval, los actuales propietarios del astillero y las instituciones que se han implicado en buscar una salida para la firma de Sestao (Gobierno vasco, Diputación de Bizkaia y Ayuntamiento), han visto cómo se cumplían los peores pronósticos: no hay noticias de Manuel del Dago, el empresario asturiano afincado en Miami cuya inversión millonaria se perfilaba como la última alternativa para salvar la empresa. En esta situación, y cuando se sigue consumiendo el plazo para encontrar soluciones en pleno proceso de preconcurso de acreedores, los dueños de la instalación han convocado una junta extraordinaria para el próximo miércoles, día 30 de agosto, en la que analizarán las opciones con las que cuentan.

El Gobierno se ha quedado solo al otro lado de la mesa de diálogo que decidirá si habrá huelga en todos los aeropuertos españoles a partir del 15 de septiembre. Aena ha dejado en sus manos la posibilidad de evitar unos paros que se convocarían oficialmente a partir del 31 de agosto y que involucrarían a todo el personal de la empresa, salvo los controladores. Pocas veces las posturas entre una compañía y sus trabajadores han estado tan cerca que son casi la misma. Así quedó de manifiesto en la reunión mantenida ayer por el presidente y consejero delegado de Aena, José Manuel Vargas,  con los representantes sindicales. Sus objetivos son comunes en lo que a mejoras salariales e incremento de personal por encima de la tasa de reposición se refiere. El Ministerio de Hacienda y Función Pública será quien deba pronunciarse sobre la viabilidad de llevar a cabo esos aumentos salariales y la ampliación de personal.

Será la ministra de Empleo, Fátima Báñez, la encargada de abordar con los sindicatos temas como las condiciones salariales y laborales de los vigilantes de seguridad, una vez se forme el grupo de trabajo que anunció hace unos días el titular de Fomento, Íñigo de la Serna. Mientras los sindicatos esperan a ser llamados por Empleo, el comité de empresa de Eulen aseguró ayer que convocará «en breve» otra huelga por los despidos y sanciones que, según denunció, la dirección ha realizado en los últimos días. El comité trata así de sortear la prohibición de huelga que implica que se emita un laudo con carácter vinculante. Conscientes de que ya no podrán seguir con los paros indefinidos y las reivindicaciones que habían planteado hasta ahora; los trabajadores han puesto en marcha esta nueva estrategia.