20161231

El índice de Precios de Consumo (IPC) creció en diciembre un 0,6% respecto a noviembre. Con este dato, la tasa anual se dispara hasta el 1,5%. Es decir, ocho décimas más que en noviembre y la cifra más elevada en un cierre de año desde diciembre de 2012, cuando el IPC cerró el ejercicio creciendo un 2,9%, según informó ayer el INE. La culpa de este incremento del IPC está en la subida del precio del petróleo y su transformación en carburantes como la gasolina y el gasóleo. También tiene mucho que ver que España importa la totalidad del petróleo que consume y, por lo tanto, le afecta notablemente la subida del barril.

Los precios han terminado 2016 con una fuerte subida. La inflación se ha disparado hasta el 1,5% en diciembre. Para los 8,6 millones de pensionistas se aprobó en 2016 un alza del 0,25% en sus pagas, el mínimo que marca la ley. Como consecuencia, con una subida de precios del 1,5% al terminar el año, su poder adquisitivo acaba con una caída de 1,25 puntos, una pérdida que se consolida aunque durante la mayor parte del año los pensionistas no la hayan sufrido. Este colectivo sufre así por primera vez desde 2012 una bajada de la capacidad de compra, que también sufren funcionarios y asalariados.

Tras el repunte que han vivido los precios a finales de 2016, el nuevo año traerá un encarecimiento general de la cesta de la compra, con subidas de servicios esenciales como las telecomunicaciones y de algunos tributos como el impuesto de Sociedades. Los salarios no notarán en la misma medida esa recuperación. De los regulados por el Estado, solo los que estén sujetos al salario mínimo verán mejorar su situación. Los pensionistas recibirán un aumento del 0,25% y los funcionarios, si el Gobierno cumple su promesa, volverán a ver incrementada su nómina en un 1% cuando se aprueben los Presupuestos. El resto de asalariados estará sujeto a la negociación con su empresa pero ni siquiera los sindicatos son optimistas sobre mejoras salariales. Por el contrario, los precios seguirán inflándose. La última previsión oficial del Gobierno es que el IPC crezca un 1,4% en el conjunto de 2017 pero, a la vista del cierre de 2016 (1,5%), resulta poco creíble y todo apunta a que la inflación se dispare en el entorno del 2% que auguran otros organismos. La consecuencia será una pérdida de poder adquisitivo para la mayoría de los que dependan de una nómina o una prestación pública.

Desaceleración moderada. Ese es el diagnóstico compartido entre todos los organismos, nacionales e internacionales, y el propio Gobierno sobre la evolución de la economía española en 2017. Un año en el que los famosos vientos de cola que han impulsado el crecimiento este 2016 y el pasado 2015 soplarán con menos fuerza. Especialmente el petróleo, pero también la previsible retirada gradual de estímulos por parte del BCE. Asimismo, el consumo de los hogares –motor interno de la economía– ralentizará su ritmo y las exportaciones podrían resentirse del declive del comercio mundial. Todo ello aderezado por la presión para reducir el déficit público en unos 15.000 millones a fin de cumplir con Bruselas en un contexto de fragmentación parlamentaria cuya primera prueba de fuego será aprobar unos nuevos Presupuestos.

La economía vasca se verá especialmente afectada por el complicado panorama internacional debido a su vocación exportadora y a su carácter abierto. Es por esta razón que sufrirá de forma más acusada si Trump toma medidas muy proteccionistas o si se impone un ‘Brexit’ duro. Asimismo y dada su dependencia energética, la evolución del crudo tendrá un fuerte impacto en sus cuentas. En este contexto se enmarcan las previsiones económicas realizadas en las últimas semanas. Todas ellas asumen una ralentización del crecimiento respecto a 2016, si bien confían en que se mantenga la recuperación por cuarto año consecutivo. Este dinamismo es suficiente para seguir impulsando la creación de empleo. Confebask considera que se generarán 16.000 puestos de trabajo –2.000 menos que en 2016–, lo que colocará la tasa de paro en el 11% al cierre del ejercicio que ahora arranca (en términos PRA, Eustat). Además en materia laboral hay muchas esperanzas puestas en que la reunión del 10 de enero de patronal y sindicatos alumbre un acuerdo para dar prioridad a los convenios vascos que sirva de revulsivo para desbloquear la negociación colectiva.

El Consejo de Ministros aprobó ayer un acuerdo de no disponibilidad por importe de 5.493 millones de euros para que la prórroga automática de los presupuestos de 2016, que entrará en vigor el uno de enero, tenga ajustado el gasto al techo de 118.337 millones aprobado para 2017. El Ejecutivo informó a Bruselas de esta medida en el plan presupuestario que le remitió el pasado 9 de diciembre, que ha contado con el aval de la Comisión Europea. El techo de gasto para el año que viene asciende a 118.132 millones de euros, límite con el que el Gobierno espera cumplir con la senda de déficit público.

Hoy se cierra un ejercicio que difícilmente se olvidará en la planta que Mercedes-Benz tiene en la capital alavesa. Nunca antes, en sus casi 67 años de historia –primero como Imosa, luego como Mevosa y en los últimos 35 bajo el sello de Daimler–, esta factoría, que es la industria más importante de Euskadi y el principal fabricante de vehículos, había producido un número tan elevado de furgonetas –récord con 135.400– y había contado con una plantilla tan amplia: 5.000 trabajadores. Y el futuro que se avecina incluso puede ser mejor que el presente. Porque el nuevo convenio, de aplicación para todos los empleados hasta 2020, «va a dar continuidad al trabajo que estamos haciendo y va a crear riqueza no sólo para nosotros –con subidas salariales del 1,8% anual y la conversión en fijos de mil de los 2.000 eventuales– sino en el entorno industrial de Álava y Euskadi», asegura el director de la planta vitoriana de Mercedes, Emilio Titos.

El porcentaje de empresas innovadoras en Euskadi se sitúa en el 16,9% del total, según dio a conocer ayer el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, con datos referidos al cierre de 2015. Si se tienen en cuenta tan sólo a las empresas de diez o más empleados, el porcentaje alcanza el 34,6%. En cuanto a las empresas con innovación tecnológica, éstas representaron en el periodo 2013-2015 el 11,9% del total, con 19.338 firmas. Por su parte, los gastos efectuados por las empresas vascas en actividades para la innovación tecnológica fueron de 2.443,2 millones de euros, lo que representó el 3,5% del Producto Interior Bruto de Euskadi.

La balanza por cuenta corriente, que mide los ingresos y pagos al exterior por intercambio de mercancías, servicios, rentas y transferencias, registró un superávit de 15.600 millones de euros hasta octubre, lo que supone un 62,5% más que el registrado en el mismo periodo de 2015 (9.600 millones de euros), según las cifras publicadas por el Banco de España. El saldo positivo de la balanza por cuenta corriente registrado hasta octubre se explica por el mayor superávit de bienes y servicios y el menor déficit de la balanza de rentas.

Cuando parecía que ya no nos quedaban más conceptos por aprender sobre la crisis económica, la realidad ha vuelto a enriquecer nuestro conocimiento. Dejamos ya atrás términos como ‘prima de riesgo’, ‘preferentes’... y a la vuelta de la esquina, en el inicio de la recuperación nos encontramos con el ‘dumping’. Y además, chino. Y a la economía guipuzcoana, todavía tierna, le atacó de lleno esta gripe asiática con las defensas bajas. La venta de acero chino por debajo del precio de mercado y hasta inferior al precio de coste  impactó en la industria de Gipuzkoa, tan ligada al hierro y al acero, y se llevó por delante a una de las empresas más importantes de la comarca de Alto Urola, Arcelor Zumarraga, con más de 300 empleos directos. Dicha muesca ha levantado una curiosa herida en la fina piel de la recuperación económica de la que empezaba a presumir Gipuzkoa, sin cierres de esta envergadura desde la quiebra de Fagor Electrodomésticos en noviembre del 2013.

España destinó el 8,49% de su PIB a ayudas a la banca entre 2008 y 2014 frente al 4,94% del conjunto de la UE, según un informe sobre ayudas públicas hecho público ayer por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Las sumas totales destinadas durante la crisis a la recapitalización y rescate de entidades fue superior en España que en la media de la UE. Las ayudas al sector en 2014, en concreto, se redujeron drásticamente a cero, mientras en el conjunto de la UE fueron «prácticamente anecdóticas», el 0,1% del PIB.

Los precios de la vivienda cerraron 2016 sin sorpresas, acumulando un nuevo incremento, si bien este fue bastante moderado. La tasadora Tinsa presentó el viernes su índice IMIE correspondiente al cuarto trimestre del año y según este las casas se revalorizaron un promedio del 0,8% si se comparan los precios que alcanzaron a finales de este 2016 con los valores registrados en el último trimestre de 2015. El estudio de esta empresa, una de las líderes del mercado de la valoración, se elabora a partir de la información obtenida con sus tasaciones y tiene en cuenta los precios de la vivienda terminada, tanto nueva como usada. Con este nuevo incremento, el ajuste acumulado de la vivienda en España se sitúa en el 40,7% desde que los inmuebles alcanzaron sus máximos.

Las claves de la futura legislatura se encuentran en el equilibrio de fuerzas parlamentarias. El Gobierno sabe que tiene poco sentido alargar innecesariamente el mandato si es incapaz de sacar adelante sus futuras reformas, o bien si las mayorías alternativas comienzan a derogar las pasadas: y en el fiel de la balanza se encuentran los socialistas, que combinan estas semanas los acuerdos con los populares con las promesas de desmantelar su política económica. El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, lanzó ayer una petición implícita de colaboración al PSOE para alcanzar acuerdos de Estado y conseguir que la legislatura sea «larga y fructífera», según dijo en la rueda de prensa de balance de curso ofrecida tras el último Consejo de Ministros del año.

El Consejo de Ministros anunció ayer por sorpresa el cese de Carlos Urquijo como delegado del Gobierno en Euskadi, puesto que ocupaba desde 2012 y que le ha llevado a protagonizar un sinfín de desencuentros con las fuerzas nacionalistas y el Gobierno autonómico. Ante el «nuevo clima» en el que PNV y PP intentan estrechar lazos, su relevo parecía evidente, aunque algunos miembros del Gabinete Rajoy venían defendiendo a capa y espada su figura hasta hace apenas unos días. Su sustituto será Javier de Andrés, parlamentario, juntero y exdiputado general de Álava, que abandonará sus cargos dentro del PP vasco para tomar posesión a partir del lunes. Fuentes populares alababan ayer la figura de Urquijo, muy desgastada, aunque aplaudieron la llegada de De Andrés y su corte moderado y dialogante.