20160811

El BBVA Research revisó ayer cuatro décimas a la baja su previsión del PIB para el próximo curso y la situó en el 2,3%, aunque mejoró en la misma proporción el avance para 2016 hasta el 3,1%. Un pronóstico más optimista que el del Gobierno, que en la reciente actualización del cuadro macroeconómico situó el incremento del PIB en un «prudente» 2,9% este año, pero redujo la estimación al 2,3% en 2017. Una situación similar ocurre con el ritmo de creación de empleo, que podría ralentizarse como de hecho ha ocurrido en el segundo trimestre del año. También el Banco de España ha insistido en los últimos boletines en una desaceleración de la velocidad de creación de empleo. Sin embargo, el Gobierno sostiene que el paro bajará al 16,6% a finales del próximo año, la menor tasa desde el cuarto trimestre de 2008. El principal riesgo a nivel interno de cara al próximo año radica en la dificultad para formar un nuevo Ejecutivo y las consecuencias derivadas de ello.

España será el país de la zona euro que más crecerá este año y también lo será el año que viene, pese a las revisiones a la baja que han realizado organismos internacionales y servicios de estudio en las últimas semanas. Ese crecimiento, sin embargo, sigue sin transmitirse a los salarios, cuyo incremento sigue siendo muy moderado, lejos de los avances anuales por encima del 3% que se produjeron entre 2000 y 2008. La principal razón que evita que se produzca ese contagio es la elevada tasa de paro de España. El alza salarial pactada en España hasta julio se situó en el 1,11%, casi cuatro décimas por debajo del techo del 1,5% fijado por patronal y sindicatos, y en línea con lo sucedido en los anteriores meses de 2011. Las peticiones de los sindicatos para incrementar los salarios y mejorar las condiciones de los trabajadores no encuentran, por ahora, reflejo en las estadísticas de los convenios colectivos firmados hasta julio.

En los siete primeros meses del año, el número de inaplicaciones de convenios colectivos ha caído un 10,1% respecto al mismo periodo del ejercicio pasado, de acuerdo con los datos de julio de la estadística de convenios colectivos de trabajo, que publicó ayer el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Este descenso, además, se suma al de los dos años anteriores, después de que las cifras de descuelgues tocaran techo en 2013, debido a la flexibilidad introducida por la reforma laboral un año antes. Además, el número de trabajadores afectados por estos descuelgues se ha reducido de forma todavía más pronunciada, registrando una caída del 23,6%, hasta los 21.460 ocupados afectados. Es decir que hay algunas empresas que todavía siguen necesitando desligarse de las condiciones pactadas en la negociación colectiva, pero son cada vez menos y cada vez más pequeñas.

En los primeros siete meses del año se presentaron en toda España un total de 13.188 partes por enfermedad profesional. De los mencionados más de 13.000 casos, 1.796, esto es, el 13,6%, se han registrado en Euskadi. El porcentaje es similar al computado en el conjunto de 2015, cuando fue del 14% (2.682 partes de un total de 19.138). La cuestión es que esto llama bastante la atención porque en el País Vasco sólo está afiliado el 5,1% de los trabajadores de toda España. Así que casi triplica la incidencia de enfermedades profesionales que, por pura estadística, le correspondería. Hay varias razones que lo explican: desde la menor precariedad que padece el mercado laboral vasco  que permite a los asalariados reivindicar derechos con más naturalidad, hasta la mayor presencia de la industria –sector más propenso a generar ciertas patologías–. Pero, además, hay un hecho diferencial fácilmente cuantificable: las sorderas

El Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno vasco ha destinado ayudas por valor de 400.000 euros a empresas que realicen contratos indefinidos a profesionales, directivos y técnicos experimentados en el exterior y que, de este modo, retornen a Euskadi. Los apoyos de este programa se concretan en 200.000 euros para el ejercicio 2016 y la misma cantidad en 2017, y sólo se concederán a las compañías que puedan contratar a profesionales que acrediten su bagaje internacional.

¿Está el impuesto de sociedades hecho un queso gruyer? Un informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) apunta que sí. La brecha entre el resultado contable de las empresas y la recaudación del tributo se ha ampliado cada vez más desde el año 2007. Hasta el punto de que a cierre de 2015 la diferencia entre el beneficio de las empresas y lo que han pagado en impuestos se sitúa en niveles máximos, según los datos de la Agencia Tributaria compilados por la Airef. ¿Y a qué obedece esa mayor distancia? Los beneficios exentos del extranjero, el sistema que permite a las empresas compensarse pérdidas de ejercicios anteriores y, en definitiva, una maraña legal cuyo efecto sobre la recaudación es, en opinión de la Airef, incierto.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) prevé que la demanda mundial de crudo crecerá este año un 1,31% en comparación con 2015, hasta alcanzar los 94,26 millones de barriles diarios (mdb), 90.000 barriles al día más que hace un mes. El cártel petrolero, según su informe de agosto, estima que se reequilibrará el mercado, lo que a su vez contribuirá a elevar los precios. Éstos, no obstante, cayeron ayer ligeramente (el Brent se situó en los 44 dólares) al conocerse los datos récord de producción en Arabia Saudí en junio (10,67 mbd) y ante el generalizado escepticismo respecto a una posible disminución del bombeo acordada por los principales países productores.

La recaudación acumulada en Gipuzkoa hasta julio experimentó un crecimiento del 4,1% sobre igual periodo del año anterior, que se apoya fundamentalmente en el aumento de los ingresos por IRPF (+5,4%) –con mejoras notables en las retenciones sobre los salarios y la disminución de las devoluciones en la campaña de la renta–, el IVA de ajustes con el Estado (+19,6%) –el de gestión propia mejora un exiguo 0,1%– y los impuestos especiales. Los datos confirman que la recuperación del empleo en el territorio es un hecho pero plantean algunas dudas sobre si la mejoría del consumo que se registraba en los últimos meses ha tocado techo. La recaudación por IVA, que aun en positivo se ve frenada, apunta en esa dirección.

Repsol profundiza su relación con Euskadi. La multinacional petrolera ha firmado un convenio con Cidetec, centro tecnológico asentado en el parque de Miramón (Donostia). De esta forma, da un paso más en la dirección de convertir a Euskadi en un ‘hub’ de la innovación vinculado a la compañía. El objetivo del convenio con Cidetec es desarrollar un proyecto de investigación relacionado con la acumulación de energía. La rúbrica demuestra que Repsol y Petronor apuestan por situar a Euskadi en el núcleo duro de sus proyectos de innovación. El efecto de arrastre sobre la red de centros tecnológicos vascos es evidente.

La previsión es cerrar el año con 137.000 vehículos de los modelos Clase V y Vito producidos en la planta que Mercedes tiene en la capital alavesa. Ese registro supondrá un récord para la factoría, que a tenor de los datos del primer semestre está haciendo bien los deberes y destaca entre los fabricantes de la automoción en España. Entre enero y junio de las instalaciones que la multinacional alemana tiene en Vitoria han salido 72.000 unidades –más de la mitad de esas 137.000–, lo que ha supuesto un 52% más que en los seis primeros meses de 2015. Este significativo incremento es el tercero más importante dentro del sector automovilístico nacional, sólo superado por la planta de Renault en Palencia  y por la de Iveco en Valladolid.

El empresario Juan Celaya, quien fuera presidente ejecutivo de Cegasa, Tuboplast e Hidronor, murió en la madrugada de ayer a los 95 años en su localidad natal, Oñati. El industrial guipuzcoano reflejó como pocos la figura modelo del emprendedor vasco. De hecho, la palabra recurrente para definirlo solía ser ‘arquetipo’, es decir, un patrón ejemplar de una realidad. Celaya encarnó, en efecto, todas las características que adornan la figura idealizada del empresario euskaldun: el apego irreductible a las raíces, la iniciativa, la capacidad de trabajo y el compromiso con la cultura y el deporte vascos.

Mariano Rajoy pidió ayer un tiempo a Albert Rivera para estudiar sus exigencias y someterlas al criterio del comité ejecutivo del PP, pero hay pocas dudas sobre cuál será la respuesta. «Lo importante es que España tenga un Gobierno y ese interés de los españoles lo antepondré a cualquier otra consideración», anticipó al término de su último encuentro con el presidente de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados. Ninguna de las condiciones planteadas por el partido de centro liberal genera demasiada discusión en las filas populares. Quizá la más desagradable sea la creación de una comisión de investigación sobre su financiación irregular, pero en el partido conservador son conscientes de que, en cualquier caso, con las actuales mayorías de la Cámara baja, iba a ser difícil librarse de ella. Así que no es un precio demasiado alto.